A dos años del temporal de diciembre, Bahía Blanca aún muestra huellas en su trama urbana

A dos años del violento temporal de lluvia y viento que azotó a Bahía Blanca el 16 de diciembre de 2023, la ciudad continúa evidenciando las consecuencias de aquel fenómeno que, pese a su magnitud, quedó parcialmente opacado por la inundación del 7 de marzo de 2024, un episodio posterior aún más dramático.

Veredas, paseos, parques y plazas conservan señales visibles de lo ocurrido, con una notable pérdida de arbolado que todavía otorga a muchos sectores un aspecto descampado, más allá de las reposiciones realizadas en este tiempo. Si bien algunos indicadores permiten suponer que la inundación generó mayores daños materiales, las imágenes del temporal mantienen un fuerte impacto emocional en la comunidad.

El episodio tuvo además una consecuencia trágica: la caída de una pared en el club Bahiense del Norte provocó la muerte de 13 personas que asistían a un festival de patín. En apenas 30 minutos, una intensa lluvia que acumuló 60 milímetros y ráfagas de viento que alcanzaron los 150 km/h derribaron alrededor de 20 mil árboles, que cayeron sobre calles, veredas, vehículos y viviendas.

Más allá de las víctimas fatales, el hecho de que no se registraran más muertes fue considerado casi un milagro. En medio del escenario desolador comenzaron a circular versiones sobre supuestos fallecidos no informados, ocultamiento de datos y maniobras irregulares en hospitales y casas velatorias.

Una de las consecuencias inmediatas fue el corte total del servicio eléctrico en la ciudad, que dejó a los vecinos sin acceso a redes, sin posibilidad de cargar celulares y con incertidumbre sobre la duración de la interrupción. Estaciones de servicio y otros espacios se vieron colmados por personas que buscaban cargar baterías o adquirir combustible para generadores.

Con el paso del tiempo, el temporal se convirtió en un hito que divide recuerdos y acontecimientos en un “antes y después”. El impacto emocional persiste y cada alerta meteorológica despierta temores de una nueva catástrofe. Si bien se avanzó en tareas de reparación, en muchos casos la inundación de marzo volvió a dañar lo ya reconstruido.

En relación con el servicio eléctrico, desde la empresa EDES indicaron a La Nueva. que “no hay obras vigentes” vinculadas directamente a las afectaciones del temporal. Tras el evento, se recompusieron 6 mil metros de red de baja tensión y 2.400 de media, se repusieron 1.900 postes de baja y 450 de media tensión y se repararon y reemplazaron 25 transformadores.

La recomposición del arbolado fue otro eje central. Un mes después del temporal, el intendente Federico Susbielles presentó el plan “Reverdecer Bahía”, que prevé la plantación de 28 mil árboles en dos años. “El temporal generó estragos en la forestación pero trabajando con rigurosidad saldremos fortalecidos”, aseguró. Según datos municipales, en este período se colocaron 13 mil árboles en veredas, una cifra similar a la de los ejemplares perdidos. Desde el vivero Unipar Indupa informaron que ya entregaron 9.500 plantas, mayormente nativas, y que disponen de otras 3 mil para vecinos interesados.

Numerosos clubes afectados lograron recuperarse con esfuerzo propio y el apoyo de empresas privadas. Tiro Federal registró pérdidas en su sede y en el predio Jesús Fernández; Liniers repuso torres de iluminación y realizó arreglos en el complejo Zibecchi; Olimpo reparó el edificio de su piscina, aunque mantiene pendiente la recolocación de una pantalla derribada en la tribuna de calle Ángel Brunel.

El club Estudiantes avanza con la reconstrucción de la Cancha 3 sobre calle Ángel Brunel, mientras que en Villa Mitre se repararon vidrios, techos y estructuras en la sede y el estadio de básquet. El Nacional, Puerto Comercial y La Armonía también ejecutaron diversas obras de reparación.

En cuanto a edificios patrimoniales, algunos ya fueron intervenidos y otros continúan a la espera. El Teatro Municipal reparó parcialmente su cubierta, aunque permanece cerrado por daños posteriores. El Palacio Municipal trabaja en un proyecto para licitar su puesta en valor, mientras que en el Palacio de Tribunales se repararon techos y se licitó el arreglo de lucarnas. La iglesia Sagrado Corazón del Colegio Don Bosco aún no recuperó el remate de su torre, cuya recolocación se prevé para 2026.

En viviendas particulares, muchas reparaciones se concretaron gracias a donaciones de materiales, aunque persisten casos con daños pendientes. En términos generales, gran parte de los efectos del temporal han sido subsanados, aunque resulta complejo un relevamiento preciso debido a los daños sucesivos por granizada e inundación.

El intendente Susbielles estimó un plazo de 15 años y una inversión de 500 mil millones de pesos para la recuperación integral de la ciudad, con aportes de empresas y de los estados municipal y provincial, y en menor medida del nacional. Tres eventos extremos marcaron a Bahía Blanca y consolidaron el concepto de “resiliencia” como eje para pensar la reconstrucción y el futuro.