Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Policiales |DELINCUENTES DIERON EL GOLPE A METROS DE LA FACULTAD DE ARTES DE LA UNLP

“Te voy a volar la cabeza”, el grito que paralizó la noche en 9 y 63

Padre e hijo sobrevivieron de milagro tras quedar a merced de una banda que les apoyó un arma en la cabeza durante un asalto

“Te voy a volar la cabeza”, el grito que paralizó la noche en 9 y 63

La esquina de 9 y 63, zona en la que atacó una banda armada / WEB

7 de Diciembre de 2025 | 04:56
Edición impresa

La cuadra de calle 9 y 63 volvió a ser escenario de un episodio estremecedor que expone, una vez más, el clima de inseguridad que atraviesa ese sector de la Ciudad. A metros de allí -en 10 y 63- a principios de año motochorros asesinaron al enfermero Jonathan Calderón, un crimen que marcó profundamente al barrio. Desde entonces, los vecinos viven en alerta. Y lo ocurrido durante la madrugada de ayer, no hizo más que profundizar ese miedo.

Pasada la medianoche del viernes, una familia fue sorprendida dentro de su propia casa por una banda que actuó con violencia extrema, sangre fría y una impunidad que hiela la piel. Según pudo saber EL DIA, todo ocurrió alrededor de las 00.20, cuando un hombre de 55 años, estaba por acostarse y su hijo, de 21, permanecía despierto en el living. En ese instante, sin que nada lo anunciara, un sujeto apareció directamente en la habitación. Gritó, exigió que no lo miraran y sostenía algo en la mano: una pistola, un cuchillo o un hierro. La víctima no pudo distinguirlo. Solo temió por su vida.

Un segundo ladrón subió con su hijo a la fuerza. Lo llevaba reducido, con un objeto apoyado en la cabeza. El joven fue arrojado al piso; su padre, boca abajo sobre la cama. El propietario de la vivienda intentó explicar que padece de una enfermedad y que no podía respirar bien. Le permitieron sentarse, pero siempre con la cabeza gacha, obligado a no mirar a ninguno de los asaltantes. En la planta baja se escuchaban más voces: la familia está convencida de que al menos cuatro delincuentes formaban parte del robo.

La escena se volvió aún más desesperante cuando uno de los ladrones tomó de la pared una escopeta antigua, una pieza familiar que la víctima había heredado de su abuelo y que, aunque fuera antigua, seguía funcionando. El agresor la cargó, les apuntó a ambos y gatilló varias veces sin efectuar disparos, como una forma de tortura psicológica. “Nos decía que nos iba a volar la cabeza”, declaró la víctima en su denuncia.

Desesperado, temiendo también por la vida de su hijo, el damnificado reveló que había una cantidad de dólares guardados. Ese fue el punto de quiebre: los ladrones se tomaron casi una hora entera dentro del domicilio, revisaron cada ambiente y se llevaron cuanto pudieron cargar. No solo el dinero: dos televisores, una PlayStation 4, una cámara Nikon, ropa, zapatillas, herramientas, un reloj, y hasta un aire acondicionado recién instalado.

Asimismo tomaron en su poder una gran cantidad de objetos personales y también la escopeta con la que los habían amenazado. Para poder mover todo eso, la familia está convencida de que los delincuentes tenían un auto o una camioneta esperando afuera.

Movimientos previos al ataque

En base siempre a lo revelado por voceros, la reconstrucción de la secuencia deja detalles inquietantes. Es que en medio del ataque, los ladrones preguntaron por “el Rappi que había venido”, lo que sugiere que estaban vigilando los movimientos en la cuadra ya que la familia había pedido un helado por aplicación cerca de las 23.45, y el delivery llegó minutos antes del asalto. La sospecha es clara: esperaron el momento y aprovecharon para meterse.

Los asaltantes entraron, según creen, por los fondos y huyeron por el garaje, que quedó abierto y con las llaves apoyadas en la escalera. No se llevaron los celulares, lo que refuerza la idea de que querían evitar ser rastreados a través de los dispositivos. Sabían lo que hacían.

Tras la huida, padre e hijo tardaron unos minutos en reaccionar. Cuando lograron salir de la habitación, encontraron la vivienda completamente revuelta, con muebles desplazados y cajones vaciados. Salieron a pedir ayuda al personal del estacionamiento y desde allí se dio aviso al 911. Un móvil llegó a los pocos minutos.

Por estas horas el análisis de las cámaras del estacionamiento de ambulancias SIPEM, ubicado frente al domicilio atacado, y de los alrededores, será determinante para reconstruir minuto a minuto la secuencia, identificar a los autores materiales y establecer si actuaron con apoyo externo. En una zona cansada de pedir respuestas y que continúa consternada por el reciente hecho, esas imágenes podrían ser la única luz en medio de otra noche violenta.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$690/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6470

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$530/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4190

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$530.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4190.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla