A un mes del cierre de listas bonaerenses y con Cristina presa: cómo se arman el peronismo, libertarios, el PRO y la UCR para las elecciones

A un mes del cierre de listas, las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, previstas para el 7 de septiembre (provinciales) y el 26 de octubre (nacionales), se perfilan como un escenario clave para definir el equilibrio político. Los comicios provinciales renovarán en la Legislatura bonaerense 23 senadores y 46 diputados, mientras que a nivel nacional se elegirán 35 diputados y tres senadores por la provincia. También cambios los concejos deliberantes de los 135 distritos.

Peronismo

El peronismo bonaerense ya está enfocando su estrategia para el día después de las elecciones legislativas, con un panorama condicionado por la reciente confirmación de la prisión domiciliaria de Cristina Fernández de Kirchner y el fallo de la Corte Suprema. A pesar de la unidad impulsada durante una amplia movilización de apoyo, gran parte de la dirigencia se muestra impaciente, ya que faltan apenas semanas para el cierre de alianzas y listas, tanto para las elecciones de septiembre (provinciales) como para octubre (nacionales).

Se negocia la conformación de listas que incluyan a todos los sectores del peronismo bonaerense. Estas conversaciones internas —que involucran a Cristina, Kicillof, Máximo Kirchner, Sergio Massa y otros referentes— buscan garantizar representación territorial y balances internos, aunque los plazos apremian y las diferencias persisten.

Con la atención puestada en los distritos decisivos y el reparto de candidaturas, el PJ bonaerense se prepara para enfrentar el desafío de mantener cohesión interna y construir una oferta competitiva frente al oficialismo. El comportamiento del electorado y la capacidad de los armadores para cerrar acuerdos en tiempo récord definirán el sentido real de este "día después".

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Otros nombres como Juan Grabois, Mayra Mendoza, Jorge Ferraresi y Fernando Espinoza también están en listas. Eso sí, también hay un peronismo que no está alineado con CFK y sí con Schiaretti-Manes.

Libertarios y PRO

El Gobierno y su coalición estudian nuevos posibles aliados y estrategias para reforzar su presencia en distritos clave, aunque reconocen que aún faltan candidatos tradicionales que puedan disputar listas competitivas en territorio bonaerense.

La ausencia de Cristina Kirchner provoca un reacomodamiento electoral relevante. En el oficialismo creen que sus votos no se trasladarán automáticamente a otro líder peronista, incluso nada garantiza que se concentren en figuras como su hijo Máximo Kirchner o en gobernadores como Axel Kicillof, que han intentado mostrar unidad pese a la fractura interna. A su vez, el voto kirchnerista —que a nivel nacional llegó al 26 % en algunas encuestas— aparece fragmentado entre una nueva franja de poder interno y un electorado frustrado por su exclusión de la boleta.

La Libertad Avanza y otros grupos oficialistas como el PRO analizan cómo capitalizar este vacío político. Las negociaciones para configurar alianzas en la provincia de Buenos Aires, donde LLA mantiene negociaciones con el PRO, podrían redefinir el escenario electoral. Sin Cristina, ese frente enfrenta el reto de construir candidaturas propias y enfrentar la fragmentación del voto tradicional.

Desde el entorno de Santiago Caputo, principal estratega del oficialismo, comenzaron a sonar Nahuel Sotelo, actual secretario de Culto y referente libertario sub-30, y Daniel Parisini, conocido como el Gordo Dan, con fuerte presencia en redes sociales pero escaso recorrido institucional. Ambos representan el perfil joven y disruptivo que Caputo busca instalar como nueva cara de la política libertaria.

En paralelo, desde el equipo de Karina Milei, verdadera armadora del esquema territorial de LLA, se barajan otros nombres más ligados a la estructura política. Allí aparece Sebastián Pareja, senador bonaerense y hombre clave del oficialismo en el Conurbano, como posible cabeza de lista o referencia fuerte. También suena una mujer para equilibrar las boletas, y el nombre que gana terreno es Miriam Niveyro, parlamentaria del Mercosur, con pasado en el massismo pero muy poco conocida por el electorado.

Otra figura que vuelve al radar es Leila Gianni, ex funcionaria del Ministerio de Capital Humano. Aunque su destino más probable sería encabezar una lista de concejales en La Matanza, su estilo frontal y mediático —con ataques directos a Cristina Kirchner— la convierte en una pieza útil para tensionar el debate público y captar atención.

Aun así, hay sectores que impulsan la posibilidad de postular al tiktoker oficialista Iñaki Gutiérrez, quien cuenta con llegada directa al electorado más joven y una fidelidad militante hacia el presidente Javier Milei.

En medio de este panorama, también se evalúan nombres más pesados del PRO dentro de la alianza. Diego Santilli aparece como opción firme para encabezar en la Primera Sección Electoral, mientras que José Luis Espert se mantiene en carrera como figura de proyección nacional, con base en la provincia.

UCR

El panorama interno deja también sus internas. A nivel platense, se dio el lanzamiento de  “Ahora”, con referentes del PRO, el Socialismo, la Coalición Cívica y el GEN (con figuras como Pablo Nicoletti, Pablo Domenichini y Miguel Fernández).

La coalición busca posicionarse como una alternativa “por fuera de los extremos”, alejada del kirchnerismo y de La Libertad Avanza, y planea extender este modelo al resto de la provincia. Entre los participantes destacaron exdirigentes del PRO como Daniel Lipovetzky y Gabriel Monzó, además de conversaciones con intendentes peronistas no kirchneristas.

Se habla de un acuerdo en territorio bonaerense entre el GEN de Margarita Stolbizer, la Coalición Cívica de Lilita Carrió, el espacio "Para Adelante" del neurocirujano Facundo Manes y referentes del Pro que no se sumaron a la alianza libertaria. 

También dentro de la UCR bonaerense se ha puesto en marcha una ronda de consultas con los presidentes de sus 135 comités distritales, distribuidos en las ocho secciones electorales de la provincia, con el objetivo de definir la estrategia y el armado de candidaturas para las elecciones legislativas de 2025. Esta iniciativa responde a la necesidad de las distintas agrupaciones internas de lidiar con las tensiones surgidas tras las internas judicializadas. Eso deriva en la dificultad de que no haya autoridades legales en los comités locales.

En estas reuniones, los intendentes radicales exigieron tener peso decisorio en la confección de listas y en las negociaciones de alianzas, coincididos en descartar acuerdos con el kirchnerismo o con libertarios, aunque algunos plantean la opción de sumar a integrantes del PRO (que no estén en el acuerdo con LLA) o construir frentes propios si no prosperan los pactos por fuera del partido. 

Existe además división interna entre quienes apuestan por reeditar la histórica “Lista 3” para presentarse unidos y quienes prefieren esperar nuevas negociaciones entre amarillos y violetas (oficialismo y oposición interna). Dado el cierre inminente de listas, ya se instruyó a los comités para que comiencen a armar propuestas locales, ajustadas al territorio y a las estructuras de poder que surjan de este diálogo abierto.

Panorama platense

La Octava Sección, integrada únicamente por La Plata, se alista para una campaña legislativa marcada por renovaciones clave y una oposición fragmentada. Hacia el 7 de septiembre, se renovarán la mitad de los 24 concejales y seis diputados provinciales. El peronismo, con Julio Alak como referencia tras recuperar la ciudad en 2023 por escaso margen, se presenta unido y busca consolidar su mayoría en el Concejo Deliberante. En tanto, Juntos por el Cambio llega debilitado por la división interna post-Garro; varios ex concejales PRO se escindieron, mientras radicales mantienen bloque propio y una edil saltó a La Libertad Avanza.

La pelea también incluye a los libertarios, que crecen en presencia y articulan una propuesta barrial activa, conectando con electores desencantados tras la pandemia y atrayendo nuevas voces ciudadanas.

El escenario local está definido por la encrucijada entre mantener la estabilidad peronista, recomponer a la oposición y dar espacio a movimientos emergentes en una ciudad con casi 625.000 votantes habilitados.