Nedela hace cambios en busca de un Concejo que defienda mejor su gestión

Como un técnico de fútbol que advierte que al equipo “le entran con facilidad”, Jorge Nedela decidió meter mano en la alineación oficialista en el Concejo Deliberante de Berisso.

A partir de la próxima sesión la bancada oficialista tendrá otra vez a Alberto Amiel y a José Méndez, dos experimentados de la política local e históricos de la gestión Cambiemos, y verá partir a los jóvenes Julián Angeloni, Lucas Leonio y Leandro Nedela. Este último desde hoy será secretario privado de su hermano el intendente.

De extracción peronista, Amiel es el principal referente macrista en Berisso y para algunos sigue siendo el hombre que maneja las finanzas comunales a partir de su experiencia de gestión. Méndez es un histórico del radicalismo local y de los más cercanos al intendente. Ambos, tienen un perfil combativo pero al mismo tiempo con capacidad para el debate, la reflexión y la búsqueda de consenso, se afirma.

En los corrillos de la política berissense se coincide que los tres jóvenes que se van “no pudieron” contra la estrategia K y mucho menos, contra el “fuego amigo” del ex concejal Carlos Festa, que tras su alejamiento de Cambiemos se convirtió en un duro opositor, para algunos observadores, “mucho más difícil que los kirchneristas”.

Por caso, se coincide en que Angeloni y Nedela han tenido “débiles respuestas” a la hora de fundamentar a favor de la gestión en tanto a Leonio se le reprocha haber adoptado una postura “innecesariamente provocativa” más allá del folklore político. Es que a sus cuadernos Gloria sobre la banca, Leonio le ha sumado declaraciones como “le pagan $500 a cada pibe que hace amenaza de bomba”.

Tampoco la macrista Mariela Cincotta ni la radical Mariela Méndez han mostrado el nivel legislativo que Nedela esperaba, afirman en los corrillos.

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En el recuento de fallas de los jóvenes concejales de Cambiemos de Berisso, se debe anotar además una denuncia de Festa contra Angeloni y Leonio por haber querido, denunció, “armarme un carpetazo”.

La decisión de Nedela persigue entonces varios objetivos que a la actual composición del bloque oficialista se le hacen imposible alcanzar.

Por un lado, el alcalde quiere bajar el nivel de enfrentamiento en las sesiones. Esa violencia mayoritariamente verbal, pero a veces cercana a los golpes, se dispara cada vez que la que la oposición kirchnerista fogonea proyectos de fundamento crítico al gobierno nacional y provincial de Cambiemos, como las declaraciones de emergencia sanitaria, educativa o alimentaria.

CHISPAZOS

En todos los casos, esas iniciativas han venido acompañadas por encendidos discursos de los tres concejales kirchneristas que ya pelean por la candidatura a intendente en la interna del PJ. Uno es el empresario ligado a la obra pública, Fabián Cagliardi, que defiende los “colores” de la anterior gestión municipal del sciolista Enrique Slezack. Le sigue Alejandro Paulenko, delfín del sindicalista K Ramón Garaza y Sebastián Mincarelli, que en rigor no es candidato pero es referente del espacio que lidera su hermano Juani.

“Más allá de los tema que se traten, cada intervención de los tres candidatos K tiene la impronta de un acto de campaña y se pelean para ver quien es más opositor”, sostuvo una fuente de Cambiemos.

Pero no son las peleas en el recinto la clave de lo que preocupa a Nedela. El intendente ha visto que en este tiempo sus concejales no desarrollaron cintura que les permita evitar los choques de frente y, en ese contexto, alcanzar un nivel de diálogo que les evite estar siempre al borde de la cornisa a la hora de contar los votos.

El oficialismo depende del voto del antikirchnerista Jorge Pagano que no siempre acompaña. Para colmo se asegura que uno de los sectores de la interna del PJ, el que refiere a Juani Mincarelli, habría iniciado un “operativo de seducción” para tratar de recuperar ese voto.