Aquellos acuerdos y estos resultados

La semana pasada, los diputados nacionales Marco Lavagna y Luciano Laspina, espadas económicas del Frente Renovador y del PRO respectivamente, tuvieron un desayuno con empresarios e inversionistas en un coqueto hotel de la ciudad de Buenos Aires. El tema era la coyuntura económica.

Los invitados fueron muy duros con los expositores, especialmente con Lavagna, autor intelectual del impuesto a las ganancias de la renta financiera. Ese día, El Cronista había adelantado que el gobierno nacional estaba a punto de publicar la reglamentación de la norma votada hace un año en Diputados.

El hijo del ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner trató de justificarlo, pero sus explicaciones duraron poco: los ánimos en la sala estuvieron a punto de desbordarse por los dichos del diputado renovador. Algunos empresarios comenzaron a golpear las tazas con las cucharitas. Otros a levantar la voz. La mayoría a mostrarse ofuscados.

La ley que grava la renta financiera se votó a fines de 2017, como parte de la Reforma Tributaria del Gobierno, previo acuerdo entre Sergio Massa y los representantes de Cambiemos. Un año después, el presidente Mauricio Macri firmó, en la última semana del año, el decreto 1170 que reglamentó todos los cambios en Ganancias, entre los que se encuentra el debutante Impuesto a la Renta Financiera para los residentes.

Para los extranjeros, la norma se anticipó y fue formalizada en abril último. Más precisamente el 26 de abril, con un impacto negativo fenomenal en el mercado de bonos local que, en los días previos a su instrumentación, convenció a los inversores del exterior a que liquidaran los bonos con el Banco Central y se llevaran del país U$S 2017 millones. Fue el comienzo de la corrida financiera que tuvo su pico en los meses de agosto y septiembre.

Los 400 millones de pesos que ingresarían a las arcas de la AFIP por la liquidación de este impuesto en 2018, representa solo el 0,3% de lo que esa oficina recauda en un año. ¿Era necesario hacer tanto escándalo financiero por tan poco?

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En el mercado, se quejaban de la falta de timing político del gobierno para aplicar medidas económicas. ¿Era necesario que Gobierno anunciara en un mismo día la implementación del impuesto a la renta financiera, y los aumentos de transporte, luz y gas”.

“La renta financiera en la Argentina no está gravada”, planteó Sergio Massa hace un año en La Red como una panacea a la injusticia fiscal. Le contestó ayer en twitter Nicolás Lichtmaier: “Gravar la renta financiera” sonaba a que la crisis la paguen los capitalistas, pero terminó siendo pegarle a la clase media que quiere guardar 100.000 pesos sin que se los coma la inflación”.