Positivo y negativo

Tiene apenas 11 años, pero una valentía a prueba de delincuentes. Cuando vio que sus abuelos eran víctimas de malvivientes que pretendían robarles el auto, no dudó en tomar un palo para salir en defensa de sus familiares y poner en huida a los ladrones. “Lo volvería a hacer”, le dijo el chico sin dudar a la prensa, en un caso que tuvo repercusión nacional.

Desde el viernes a la tarde está alojado en el pabellón psiquiátrico del penal de Ezeiza. Aunque se negó a declarar ante el juez, por la mañana y ante la prensa, había reconoció ser el autor de los disparos que acabaron con la vida de una persona con la que discutía. “Era él, o yo”, dijo. El suyo es el final anunciado de una vida marcada por la droga, la violencia y los abusos.