La “resurrección” de Unidos de Olmos llegó con la conquista del Apertura 2019

Todavía perduran los ecos de la flamante coronación de Unidos de Olmos como campeón del Apertura 2019 de la Liga Amateur Platense.

Este título, conseguido después de 26 años de sequía (el último había sido el 12 de febrero de 1993, en cancha de Gimnasia, de la mano Jorge Sañisky), reúne connotaciones muy especiales para los jugadores, el cuerpo técnico que encabeza Sergio Goñiz, los dirigentes y para la propia institución, que ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años.

Unidos de Olmos, con 80 pirulos de vida recién cumplidos, supo codearse a lo largo de todo este tiempo con las alegrías deportivas, pero también con los sinsabores.

Podría decirse que una de las etapas doradas de la institución del oeste platense, en materia futbolística, se produjo en la década del ´80, cuando obtuvo el bicampeonato liguista en 1984 y 1985, de la mano de Carlos Balicchia, que luego dirigiría a Villa San Carlos. Esos dos títulos le permitieron representar a La Plata en los viejos torneos Regionales, en los que se recuerdan partidos memorables, entre ellos, ante Douglas Haig, de Pergamino.

OTRA ALEGRÍA ENORME

El “azulgrana” regresaría a los primeros planos del fútbol local en 1993, cuando obtiene la tercera corona de su historia, esta vez, con el “Maestro” Jorge Sañisky como entrenador.

Aquel equipo, conformado en su mayoría por jugadores de la zona, alcanzó la gloria después de superar en una final dramática a Trabajadores de Carne (2-1), en el estadio del Bosque. Al año siguiente (1994), vuelve a jugar una final, pero esta vez, la suerte no estuvo de su lado.

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Lógicamente que la coronación lograda en 1993 lo habilitaba a representar nuevamente a la Ciudad en los Regionales (hoy, llamado Federal Amateur), donde dejó una muy buena imagen.

EL DOLOR POR EL DESCENSO Y LA DESAFILIACIÓN

Años después de aquel presente exitoso, donde todo era color de rosa, Unidos de Olmos cayó en la debacle futbolística, generando un profundo dolor en el corazón de todo un barrio por el alejamiento de las competencias oficiales. Estuvo once años desafiliado de la Liga Amateur. Desde aquel descenso, en 2003, tras perder la Promoción ante San Martín de Los Hornos, en su propio reducto.

“El 2003 fue un año muy triste, porque me convocan a mí, que estaba trabajando en los infantiles de Estudiantes, y a Carlos Guadarrama, amigo de la vida y una verdadera institución dentro de Olmos, para que les diera una mano al equipo. En la última fecha del torneo, le ganamos a Estrella 1-0, en Berisso, pero en la Promoción perdimos con San Martín de Los Hornos y descendimos a la B. Un golpe tremendo para todos nosotros. Cuando empezamos a conformar los planteles, ya pensando en la próxima temporada, en el club nos informan que por cuestiones económicas Unidos de Olmos se iba a desafiliar y que en 2004 no íbamos a competir en los torneos liguistas”, recordó el Chino Goñiz, un hombre de la casa, y que acaba de llevar al “azulgrana” a lo más alto del podio.

Durante ese tiempo, Unidos de Olmos sólo competía con las categorías infantiles en los campeonatos organizados por APLAFI, y con los mayores, en la Liga Rioplatense (con sede en Ensenada), donde solo actuó en dos temporada (en la última de todas, se consagró campeón).

Varios fueron los intentos por “resurgir” en lo futbolístico, hasta que en 2014, se iniciaron tratativas para regresar a la Liga. Hubo un impulso muy grande por parte de directivos y colaboradores para que Unidos de Olmos volviera competir bajo la órbita de la Liga Amateur. Y ese sueño, finalmente, se hizo realidad en 2015.

Para volver a las fuentes, la institución tuvo que encarar diversas obras dentro de su predio (de acuerdo a los requisitos que exigía la Liga), como el armado de la cancha de fútbol infantil (se levantó en los terrenos cedidos por la Municipalidad, ubicados en 46 y 193)), la refacción de los vestuarios y la construcción de un buffet.

Con las exigencias al día, el “azulgrana” inicia su incursión en el ascenso liguista. En 2016 genera expectativas, pero en 2017 fue el año del gran salto, ya que después de superar a Peñarol, el clásico rival, en cancha de Brandsen, regresaba a la máxima categoría.

APARECE EN ESCENA UN JOVEN LLAMADO LUCAS LOBOS

Cuentan que otro momento de esplendor en la historia futbolística de Unidos de Olmos se produjo entre 1996 y 2001, de la mano de los juveniles. Más precisamente, de la sexta división promocional, que se consagró campeona e invicta, en 1997.

En ese plantel un joven llamado Lucas Lobos empezaba a deslumbrar con su enorme calidad.

En 1998, esa sexta división comienza a sumar puntos en la Liga, y vuelve a coronarse campeona e invicta. De la mano del recordado Tony Carusso, ese equipo se mantuvo sin perder durante 57 partidos. Algunos de los jugadores que conformaban aquel plantel fueron el propio Lucas Lobos (luego triunfaría en Gimnasia, España y México), el “Muerto” Moreyra, Oscar y Julio García y Fernando Lobos, hermano de Lucas, entre otros.

Esos mismos chicos, luego, pasaron a formar parte del plantel de cuarta división (no había quinta), y más tarde, el de reserva y primera división.

Como frutilla del postre, y después de varios años de trayectoria como jugador profesional, Lucas Lobos volvió a vestir la camiseta del club de sus amores para jugar en la Primera B, con la esperanza de colaborar para el pronto regreso a la máxima categoría. Y al conseguirlo, decidió colgar los botines de manera definitiva.