¡Explotó Diego!

Si algo le faltaba a este momento de Gimnasia era perder por un error arbitral. En la gama de problemas que viene castigando al colista del campeonato, este era una que hasta el momento no se había dado. O al menos con la claridad de lo acontecido anoche, cuando luego del trabajoso 1 a 1, el juez Mastrángelo le dio un insólito penal a Talleres para el 2 a 1 final.

Vayamos por partes. El primer tiempo de la defensa de Gimnasia fue una obra maestra del terror. Desde el vamos se vio a un equipo aturdido en el fondo, confundido en lo táctico y completamente superado en lo físico, un punto que desde estas páginas se viene marcando con preocupación, puesto que antes del presente torneo hubo un prolongado receso de casi tres meses -tiempo más que apreciable para poner a un plantel en el mejor estado de forma- y sin embargo, desde que comenzó el certamen, el Lobo fue superado en ese apartado por todos los rivales de turno.

Gimnasia mostró un problema defensivo general, estructural. Si bien los cuatro hombres del fondo siguen en deuda, muchos problemas tienen origen en otros líneas, por la falta de equilibrio de un equipo que sigue jugando a la ruleta rusa en esto de no actuar desde el vamos con un volante central hecho y derecho para el puesto, apelando a la improvisación de colocar a dos hombres en el anillo central que no tienen la virtud de darle solidez a una estructura que sigue tambaleando.

¿Y lo anímico? Por el piso. Gimnasia es un equipo derruido en el aspecto emocional. Es evidente que se sabe menos que sus rivales y sus protagonistas actúan en consecuencia. Es una afirmación durísima, pero fundamentada todas y cada una de las presentaciones del Lobo en lo que va de la Superliga, es un elenco sin rebeldía, con hombre abatidos en el aspecto anímico que obran en consecuencia. Nada es casualidad, los golpes que vienen sufriendo son una lógica derivación de la falta de herramientas físicas, técnicas y futbolísticas.

En el amanecer del partido, la defensa de Gimnasia regaló el gol de la “T”. Primero Guanini calculó mal un cruce que permitió un centro de Pochettino, acto seguido Fragapane se aprovechó del obsequio de espacios de Guiffrey y Licht, para culminar con un mal cierre de Morales que propició el 1 a 0 de Menéndez.

Fue un mazazo para el Lobo. De ahí en más, el primer tiempo fue un compendio de errores y destinos de un equipo a la deriva. El centro del campo fue una estancia por la que pasaban sin pagar peaje todos los hombres de Talleres. A tal punto se vio ese desbarajuste que Mussis, en un intento supremo por equilibrar la historia, terminó con un tirón que lo sacó del campo de juego. En definitiva, fue un acto inicial para el olvido, de principio a fin, para los mens sana.

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un cambio que le cambió la cara

El ingreso del joven José Paradela le cambió la cara al equipo, por su desfachatez para manejar la pelota y la personalidad para pedirla siempre, en un equipo que venía careciendo ostensiblemente de un conductor nato. El mediocampista de Lincoln trató de ponerse el equipo al hombro y en el complemento le dio espesor al volumen de juego mens sana.

Se colocó entre los medios y los centrales del “tallarín”, desde donde fue un verdadero dolor de cabeza para el conjunto de la Docta. El buen ingreso de Paradela, sumado al correcto aporte del paraguayo Velázquez, dotaron a Gimnasia de la posibilidad -hasta el primer tiempo algo impensado- de manejar la pelota más cerca de la portería ajena.

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#TNTSports | A Diego no le está gustando el árbitraje de Mastrángelo.#Talleres 🆚 #Gimnasia pic.twitter.com/bzzsVOQkdl

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#TNTSports | Torsiglieri marcaba a Bustos, el delantero se desplomó y Mastrángelo cobró.
¿Para vos fue penal?

🔃 Sí, lo agarra en el área.
❤️ No, no fue nada.
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— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) 24 de septiembre de 2019

En uno de esos merodeos se gestó el gol del 1 a 1. Gimnasia ajustó piezas en ataque, generó una pelota parada y tras un tiro de esquina se elevó Guanini más que ninguno para redimirse de su desafortunado primer tiempo con un golazo por golpe de cabeza.

Explotó todo el plantel y, en el borde del campo de juego, también se desahogó Diego Maradona, que pasó del insulto al aire en el primer tiempo tras el grito del local, al alarido para festejar el empate de los suyos en un momento clave, en el inicio de la parte final.

un insólito penal y otro mazazo

En el mejor momento de Gimnasia llegó otro golpe para el Lobo. Pero en esta caso por un error arbitral. Mastrángelo entendió que la leve sujeción de Torsiglieri a Bustos era merecedora de ser sancionado y, para sorpresa de propios y extraños, sancionó la pena máxima.

El error arbitral derivó en el segundo grito del dueño de casa, ante la ira de los jugadores de Gimnasia, sacados por no entender la sanción del hombre encargado de impartir justicia, que anoche hizo cualquier cosa menos eso.

Se puso al frente otra vez la “T” por la buena definición desde los doce pasos de Moreno y se derrumbó todo una vez más para un Lobo que sigue sin poder sostener las remontadas, tal como le pasó en el debut del Diez ante la Academia.

Fue sólo la colaboración arbitral de Mastrángelo lo que abrió la puerta para la victoria local, pues salvando esa acción que el juez juzgó como penal, el “tallarín” o logró incomodar jamás a Gimnasia en la parte final. Más bien todo lo contrario, le puso cadencia al ritmo del partido, para asegurarse tres puntos que parecía que se le escurrían ante su gente.

Al verse otra vez abajo, al Lobo ya no le quedó nafta para ir por una nueva remontada. La “T”, en el final, malogró un penal sí bien sancionado, ya que Moreno lo estrelló en el palo izquierdo de Arias.

Para Gimnasia fue una nueva excursión con final infeliz. Parecía que lograba el punto de partido pero quedó a mitad de camino. Ahora se le viene River, alternativo, pero con nombres de sobra de todas maneras. No hay empresa fácil para este Lobo que sigue sin ganar en el campeonato y cuya situación en los promedios es cada días más desesperante. El repunte, por ahora, se sigue haciendo rogar.