Comer bien en cuarentena: cómo encarar un cambio de hábitos

A medida que la cuarentena avanza, la necesidad de mantener una buena y variada nutrición se hace más presente. ¿Por qué? Las personas con sobrepeso han pasado a engrosar la fila de los llamados grupos de riesgo. Esto se debe a que ciertas características de su sistema inmunológico hace que sus respuestas ante un eventual contagio sean menos efectivas en comparación con el resto de la población que no tiene exceso de peso.

En Argentina, el 61,6 por ciento de las personas tiene sobrepeso u obesidad, por lo que se trata de un amplio sector de la sociedad al que se le debe prestar especial atención. Por suerte, estar en casa se convirtió en un momento ideal para realizar una auto-observación y repensar la relación con la comida y los alimentos.

A través de una buena alimentación y hábitos saludables, se fortalece el sistema inmunológico y se logra una vida balanceada. Sobre todo, en momentos en que las defensas precisan estar lo más elevadas posibles.

En ese sentido, comenta la doctora Juliana Mociulsky (MN 95.300), especialista en obesidad y diabetes, para ampliar la información, “existe una serie de consejos que son claves a la hora de realizar una auto-observación sobre nuestra alimentación en tiempos de cuarentena”.

“Respetar las cuatro comidas previene tener hambre entre comidas y facilita la metabolización de los alimentos; construir nuestro hogar como un `ambiente seguro´, que permita designar un lugar específico que será aquel en donde podremos sentarnos a comer en los horarios establecidos; no tener libre disponibilidad de alimentos altos en azúcares y/o grasas ya que estos son difíciles de controlar”, son algunos de los que recomienda la doctora.

“La Organización Mundial de la Salud recomienda realizar un plan de compra inteligente y consciente, que permita evitar el consumo excesivo de alimentos y una distribución desigual de los productos. Por lo tanto, debemos evaluar las necesidades y los productos con los que contamos en nuestras casas. En relación con esto, entra en juego la necesidad de comenzar a establecer una perspectiva y una conciencia ecológica. ¿De qué se trata esto? de intentar, paulatinamente, adoptar diferentes alternativas que ayuden a lograr un equilibrio tanto con nuestro medio ambiente personal, como con el global”, sostiene Mociulsky.

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Hay que evitar el consumo de ultraprocesados, que son altos en grasas, azúcares y sal

Es importante ser estratégicos con el uso y elección de los ingredientes para consumir. De tal forma, es fundamental priorizar aquellos que son frescos y que tengan una vida útil más corta o adelantada que el resto.

Para evitar el desperdicio de alimentos, podemos considerar también congelar las sobras para otra comida y sanitizar los productos para ayudar a prolongar su vida guardados en la heladera.

Por otro lado, ser prudentes y evitar el consumo de alimentos o productos ultraprocesados, que tienden a ser altos en grasas, azúcares y sal.

“El sentido de la ecología y la conciencia sobre el medio ambiente es fundamental para poder mantener y, en caso de necesitarlo, bajar de peso. Además, dado que la obesidad es una enfermedad crónica, la propuesta de abordaje debe estar en equilibrio con el entorno para que sea sustentable al largo plazo”, agrega la especialista.

“En esta situación de pandemia que estamos viviendo, las conductas alimentarias han cambiado, debido a que las rutinas de las personas se fueron alterando. Uno de los ejemplos es el homeoffice (que requiere jornadas laborales más extensas que antes), sumado a que los niños escolarizados se encuentran las 24 horas del día en casa y ellos requieren atención y dedicación en las actividades a realizar. Otras situaciones como trabajos esenciales que llevan un estrés extra, ni hablar de las personas que se vieron afectadas económicamente y no llegan a fin de mes”, describe la licenciada en Nutrición María de la Paz Santillán (MP 3.454).

“Inevitablemente esta nueva rutina afecta directamente en los hábitos alimentarios: desde las compras, su calidad, hasta la organización del menú familiar. Los horarios de las comidas, los picoteos excesivos debido a la ansiedad y estrés que atraviesan algunas personas por el encierro, la poca o nula actividad física, siendo todos estos factores, un riesgo para la salud .Mi abordaje actual es vía online, tratando de acompañar y empatizar con el paciente dando herramientas para sobrellevar esta situación, haciendo hincapié en generar hábitos alimentarios saludables sostenidos en el tiempo sin restricciones y adecuado a cada persona según su etapa biológica, su estado de salud, sus gustos y su situación económica”, detalla.

Santillán sugiere algunos tips a tener en cuenta en este momento que estamos atravesando: “antes de hacer las compras de alimentos planificar un posible menú familiar; realizar las cuatro comidas diarias: desayuno, almuerzo, merienda y cena; hacer comidas más elaboradas y naturales y reducir el delivery de comidas”.

“También es importante comer todos los grupos de alimentos: verduras, frutos, lácteos, carnes, cereales, legumbres, frutos secos, semillas e hidratarse con agua diariamente (8 vasos de agua diarios), como así también tratar de moverse durante el día (hacer algún tipo de actividad online siempre con un profesional matriculado)”, aconseja la nutricionista.

Es una realidad que la cuarentena ha traído muchas dificultades y complicaciones. A pesar de ello, es importante destacar que invitó a reflexionar sobre el tipo de alimentación que llevamos y nos enseñó que hay cosas que sí podemos modificar para cuidar nuestra salud y bienestar.