Los platenses festejaron el título de la Selección en 7 y 50 al grito de "¡dale campeón!"

¡Dale campeón, dale campeón! Ese fue el grito que se escuchó una y otra vez de los platenses que se reunieron en 7 y 50 tras el pitazo final que decretó que Argentina se quedaba con la Copa América tras 28 años de sequía.

Los bocinazos empezaron a recorrer cada calle de la Ciudad pasadas las 23 y los autos se tiñeron de celeste y blanco. Bandera, gorro y vincha y la locura desatada en la tradicional esquina que reúne los festejos más importantes.

Desde todos los barrios fueron llegando vecinos que, poco a poco, fueron copando el Centro, muchos de ellos con los rostros pintados. Las bombas de estruendo no tardaron en llegar para mezclarse con el sonar incesante de las bocinas.

La victoria de Messi y compañía fue motivo más que suficiente para que familias enteras no dejen de celebrar el "Maracanazo". Los más chicos junto a sus padres emocionados fueron algunas de las postales que fue dejando el gran festejo en 7 y 50.

Otra fiesta en el Obelisco

La conquista de la Copa América ante Brasil también provocó un estallido de los fanáticos argentinos en el Obelisco. Minutos después de terminado el partido en Río de Janeiro, por distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a sonar las bocinas de los autos en señal de procesión hacia el ícono porteño.

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En poco tiempo, el Obelisco, iluminado con los colores de la bandera argentina, quedó rodeado de hinchas con banderas, camisetas, carteles en un ambiente de cánticos y pirotecnia por la histórica victoria sobre Brasil 1-0 con gol de Ángel Di María. 

Así, el estallido de los festejos se repitió en diferentes puntos del país.