“The Good Karma Hospital”: una serie con “gran corazón”, bellos paisajes y mucho drama

Desde “ER emergencias” hasta “New Amsterdam” pasando por la interminable “Grey’s Anatomy”, las series hospitalarias siguen siendo un género apasionante, con una fórmula a veces repetida pero rendidora en la que los profesionales de la salud ven su vida pasar -con sus cosas buenas y malas- entre caso y caso. Y si bien “The Good Karma Hospital” no escapa a la regla, esta producción le aporta un sello particular al enmarcar sus historias bajo el encantador paisaje de Sri Lanka.

Para Amanda Redman (“New Trick”), la excéntrica dra. Lydia Fonseca de esta producción, lo más interesante de esta serie está en su explosiva combinación de elementos, “algo que no sucede muy a menudo en los dramas estadounidenses”, según aseguró en diálogo con EL DIA.

“Es una serie que tiene un gran corazón, y es muy hermosa de ver porque el escenario está fuera de este mundo y está bellamente filmado. Entonces, por un lado tienes esta belleza pero también tienes la parte más vulnerable con algunos casos desagradables que son retratados de manera muy contundente”, manifestó la reconocida actriz inglesa en el marco de una entrevista virtual.

La serie sigue la historia de la joven doctora Ruby Walker (Amrita Acharia, “Game of Thrones”) que, desilusionada con su vida y con el corazón roto, decide irse del Reino Unido. Al ver un anuncio de trabajo en un hospital en el sur de la India, viaja con la esperanza de comenzar de nuevo y se encuentra trabajando en The Good Karma Hospital, un hospital rural con recursos insuficientes y exceso de trabajo que es dirigido por una apasionada médica de carácter fuerte a la que le gusta siempre salirse con la suya: Lydia.

“Disfruto todo de ella. La amo. Creo que es genial y tengo mucha suerte de que los guionistas me hayan dado este fantástico papel con líneas tan ingeniosas para interpretar”, manifestó Redman en relación a su particular personaje.

palpitando el final

“The Good Karma Hospital” estrenará en marzo su cuarta y última temporada en exclusiva por Acorn TV, plataforma que acaba de subir por completo la tercera entrega en la que Lydia deberá afrontar situaciones muy dramáticas en la que la ficción se funde con la vida real, su vida real…

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“Tendrá que lidiar con un ataque con ácido a una de sus enfermeras, como un acto de venganza. Esa línea de la historia atraviesa los seis episodios ya que se trata la rehabilitación de la víctima, que está horriblemente cicatrizada, y las extremadamente dolorosas operaciones por las que tiene que pasar”, anticipó.

De niña, Amanda resultó gravemente herida cuando, en su casa, se tiró encima una olla de sopa hirviendo y terminó con quemaduras en el 75% de su cuerpo. Su brazo izquierdo fue la única parte afectada de forma permanente, pero el trauma fue tan grave que, según contó ella misma en varias oportunidades, fue declarada clínicamente muerta en el Hospital Queen Victoria en East Grinstead, Sussex, en donde permaneció varios meses internada.

“Mis primeros recuerdos son de estar en el hospital y mis padres viniendo de visita”, reveló, años atrás, y relató cómo, a pesar del drama, sus padres la animaban: “El hecho de que nadie más tenga una quemadura tan grave como esa, te hace especial”, le decían. Quizás por eso, nunca tuvo traumas con su enorme cicatriz y nunca ha intentado taparla o esconderla.

En este sentido, confesó que fue una iniciativa suya la de incorporar en el guión de la tercera temporada este caso con el que no sólo abordaba de alguna manera una parte de su historia personal sino, también, una lamentable realidad india donde ese tipo de agresiones son frecuentes.

“Fue idea mía, así que se la llevé al guionista”, manifestó Redman que, por sus quemaduras, ha trabajado en diferentes organizaciones benéficas en el Reino Unido. Su aporte fue fundamental para el abordaje de la situación en el programa, en tanto, “puedo ver exactamente con lo que tienen que lidiar (las víctimas de quemaduras)”, remarcó la actriz que, como background para los guiones, llevó a los escritores y productores a conocer el hospital donde ella estuvo internada.

“Trabajé muy de cerca con ellos. Los escritores hablaron conmigo acerca de lo que realmente sucede cuando alguien pasa por algo tan horrible como eso. Venían a mí y me preguntaban, por ejemplo, ‘¿cómo son las cicatrices seis meses después? ¿hasta dónde se habrán curado?’. Realmente, fue una excelente experiencia para mí”, aseguró.

Con tantos años siendo parte de este drama médico, Redman reconoció que “nunca te conviertes en un experto de la medicina pero aprendes mucho”, sobre todo en una producción como esta en la que, según contó, el guionista es también médico.

“Disfruto todo de Lydia. La amo. Creo que es genial y tengo mucha suerte de que los guionistas me hayan dado este fantástico papel con líneas tan ingeniosas para interpretar”

Amanda Redman,
Actriz

“Todo ha sido investigado fantásticamente bien y cada operación que hacemos, contamos con personal médico adecuado que nos dice exactamente cómo hacerlo”, manifestó la intérprete de 63 años que fue tomando “piezas de aquí y de allá” y, de a poco, se fue familiarizando con algunos conceptos. A su favor, algo fundamental: no se impresiona fácilmente.

“No soy aprensiva y me encanta hacer operaciones”, admitió Redman, cuya seguridad se basa también en el “brillante” equipo de efectos especiales que hace que, muchas veces, las situaciones sean un poco “asquerosas” pero “tiene que ser real para que funcione”.

Amanda y Amrita son Lydia y Ruby

Con más de dos años desde que el COVID-19 comenzara a azotar el mundo, y siendo el personal de salud los grandes protagonistas de esta pandemia, Redman, como la profesional que es en un hospital donde las cosas a veces no son como debieran ser (cualquier parecido con la realidad es una coincidencia), reflexionó sobre el rol y el reconocimiento de médicos, enfermeras, auxiliares y demás agentes sanitarios.

“Creo que los médicos y las enfermeras son las personas más importantes del planeta, y no son reconocidos de ninguna manera como deberían”, remarcó.

Después de tantos años siendo Lydia Fonseca (la serie se estrenó en la ITV en febrero de 2017), Redman se prepara para despedirla. Para ella, y el proyecto en general, solo tiene elogios. Lo único que le ha pesado ha sido, según confesó, el gran tiempo que pasó alejada de su familia, rodando en un país lejano, en donde “a menudo Internet no es excelente, lo cual significa que por ejemplo estás esperando una llamada de zoom y de repente nada...”. Además de los mosquitos, que no son de su agrado.

Por último, y consultada en relación al gran recibimiento de la serie en diferentes rincones del mundo, como Argentina por ejemplo, donde también se puede ver a través de Flow, consideró que, además de su belleza, “todas las situaciones que se cuentan pueden pasar en cualquier país” y están protagonizadas por “diferentes tipos de personajes que seguramente son reconocibles para todos”. Además, claro, de su “gran corazón” pero, aclaró Redman, “no de una manera empalagosa sino solo compasiva”, algo que, consideró, “atrae genuinamente a los seres humanos”.