Anita Martínez: “Disfruto mucho ser mamá”

Anita Martínez está en Easy y, mientras recorre los enormes pasillos buscando vaya uno a saber qué, responde una llamada de EL DIA que tiene como propósito saber cómo atraviesa su celebrada incorporación a “Madres”, la comedia musical que la sacó de su zona de confort y que disfruta por el mensaje que propone.

“La obra toca todas las maternidades posibles porque no hay un libro para ser mamá, no hay receta. Hay tanta maternidad como madres en el mundo y una va pasando por todos los estados”, reconoce la actriz, comediante y bailarina en relación a la pieza en la que cuatro amigas comparten los bemoles de la aventura -a veces desventurada- de ser mamá.

En este sentido, cuenta que lo que más le sedujo del texto es que “barre un poco con la maternidad estándar, y con esa idea de antes de que la mamá estaba todo el día en la casa: ahora nosotras también tenemos que salir a laburar y parar la olla porque sino los chicos no comen”.

El relato se vuelca al tono personal y Anita, que sigue recorriendo el súper changuito en mano, cuenta que “si no laburaba, nos moríamos de hambre, básicamente era así”. Como otras, admite que se ha repartido -y reparte- entre las varias facetas de la mujer multitasking que es y que, como muchas otras también, habrá hecho lo mejor que pudo como mamá. Aún así, dice entre risas, “siempre la culpa la vamos a tener las madres”.

Versión argentina de la obra que fue furor en el circuito off de Broadway, esta comedia está catalogada como la “Sex and the city” de la maternidad e incluye además las actuaciones de Sabrina Garciarena, Viviana Puerta y Flor Otero. Esta obra, que tiene funciones los viernes a las 21.30 y sábados a las 19.30 en el Paseo La Plaza, llegó a las tablas en 2021 de la mano de un equipo conformado en su totalidad por mujeres: la pieza cuenta con dirección de Josefina Pieres; producción general de Valentina Berger (GO Broadway Productions) y Royal Cinema Group; diseño de vestuario de Romina Giangreco; dirección vocal de Ana Durañona; coreografías de María Maxwell; y producción ejecutiva de Carolina Simon y Paula Trucchi.

En la historia, Anita es “Maru”, una madre de mellizas (Mili y Pili) que ha priorizado su desarrollo profesional; una adicta al trabajo a la que, a veces, le gusta estar más en la oficina que en su propia casa porque, dice pícara la actriz, “la maternidad es un viaje, viste…”

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La comediante, que es mamá de Lolo, “un chaboncito de 13 años”, cuenta cómo es más allá del escenario: “Disfruto mucho ser mamá. No soy una de esas minas que idealizan las cosas, no soy de las que buscan el matrimonio perfecto, la familia feliz. Yo vengo de una familia muy disfuncional. Pero esto que me pasa todos los días con él, este vínculo de amor que tenemos con mi hijo, es hermoso. Entonces, todos los días es un desafío nuevo y amo eso que me pasa. Porque le pongo todo, con todas las dificultades que tengo como persona. Es hermoso. Es la vida misma”.

“La obra aborda las maternidades posibles porque no hay un libro para ser mamá”

Martínez se sumó a “Madres” el mes pasado cuando la obra regresó a la cartelera porteña tras una exitosa temporada en Mar del Plata en la que se impuso como la mejor comedia musical en los Estrella de Mar. Y se sincera al decir que fue “dificilísimo” sumarse a un proyecto en marcha porque fue “empezar de cero algo que las chicas tenían súper avanzado”.

En este sentido, admite que “fue una de las cosas más difíciles porque es mucha letra, muchas canciones. Estuvimos metiéndole mucha garra para que quede, para que salga lindo. De todos modos, la voy a ir moldeando lo más que pueda porque esto me apasiona, imaginate, poder hacer todos los días algo distinto para mí es un sueño”.

Anita asegura que no quiso ver el trabajo de Paula Kohan, la actriz que interpretó originalmente a “Maru” -desde su estreno en El Picadero hasta la temporada en La Feliz- “porque quería que fuera una propuesta mía”.

Y si bien confiesa que “intentó no” ponerle el sello Martínez, reconoce entre risas que es más fuerte que ella, “viste que me termina saliendo y saliendo”, y la gente no puede más que celebrar.

El sello Martínez está en sus improvisaciones, en su gestualidad, en sus movimientos, en su expresividad. “A mí esto me divierte, me apasiona, entonces, le pongo todo”, dice la también docente teatral para quien el “cuerpo”, y su uso al servicio de la escena, es “fundamental”.

“Nosotros trabajamos con el cuerpo, entonces el actor es cuerpo. Y el actor que no usa su cuerpo, no usa su herramienta de trabajo como corresponde. Por eso yo soy muy exigente cuando doy clases en este aspecto: el cuerpo es la voz, el cuerpo es la toma de decisión, el cuerpo es todo”, remarca.

“Tengo un amor enorme por la vida, entonces todo lo que hago me gusta”

Con “Madres”, Anita se corrió un poco de su zona de confort, el formato unipersonal, que tan bien le sienta, y volvió a compartir escenario: “Estoy muy acostumbrada a trabajar sola, me gusta mucho agarrar mis cosas e irme de gira, es una cosa que disfruto. Lo que me pasa es que tengo un ritmo propio muy afilado. Estoy muy acostumbrada a sentir cuando la platea se cae, tengo ese timing, pero lo tengo por el oficio no porque sea una superdotada. Entonces, esto es volver a la escucha de elenco, que es fundamental para nuestro trabajo también. Es una experiencia que me enriquece”.

Feliz con el desarrollo de esta comedia musical, Anita continúa repartiéndose y, en paralelo, encabeza en el porteño Club Rivas dos espectáculos de títeres para adultos, una disciplina la “tiene loca”.

Revela la actriz que durante la cuarentena se volcó al estudio para sobrevivir y, además de formarse en esta técnica con grandes maestros del mundo, también estudió -y se recibió- del instructorado de yoga, algo que también le encanta, como todo lo que emprende.

“Yo amo la vida, tengo un amor enorme por la vida, entonces todo lo que hago me gusta, me apasiona”, admite Anita, que en las vacaciones de invierno saldrá de gira por donde la lleve el viento en su casa rodante que se despliega y convierte en un escenario de títeres con los que encantará a los más chicos.

En el segundo semestre de este año, además, será parte de la programación de La Nonna, un teatro en el que se siente como en su casa porque, cuenta, tiene una relación especial con esta ciudad.

“Nunca viví en La Plata pero tengo como un amor por La Plata… La última vez que fui fue cuando pasó lo del elefante (la muerte de Pelusa). Tengo un amor muy grande ahí, tendría que haber tenido un novio en La Plata así iba más seguido (risas). Pero, bueno, no se dio. ¡No tengo un novio acá imaginate en La Plata, que no voy nunca!”, bromea la actriz.

A casi 20 minutos del inicio de la llamada, Anita todavía sigue en el supermercado y, tras pasar por delante de una pareja que discute por una compra (ella dice sí, él dice no: gana ella), se detiene en un precio que le llama atención y no puede dejarlo pasar por su filtro humorístico: “10 lucas por una tapa de inodoro, ¡ya no se puede ni cagar en paz!”.