Rusea: “El mar me enseña cómo estar afuera después”

En lo que define como el show “más importante” de su carrera musical hasta ahora, Rusea (38) espera con “mucha ansiedad y con ganas de que llegue ya” su primer Niceto Club, la emblemática sala porteña en la que esta noche repasará sus diez años de alegres melodías inspiradas en el mar: su lugar en el mundo.

Aunque es nacido y criado en Quilmes, de chico tuvo una conexión fuerte con el océano y su puerta de entrada fue el surf, más que un deporte, un estilo de vida que practica casi desde que en el barrio lo apodaran “El Rusi”, tal vez porque es rubio, alto y tiene un par de ojazos azules. Así se entiende el porqué de su nombre artístico, Rusea, una combinación de su apodo (Rusi) y de mar en inglés (sea), un juego de palabras que esconden, para él, otro significado.

-¿A qué suena tu música?

-Me acostumbré a decir que lo que hago son canciones de playa, que es un estilo que está muy marcado en el mundo con referentes como Jack Johnson, por ejemplo. Sin embargo, no siento que musicalmente suene así pero tal vez como soy surfista y hago canciones quizás la gente me linkea con eso. Pero es música de vacaciones, entre el pop, el reggae y los ritmos hawaianos.

En los últimos años, Rusea ha lanzado canciones como “Una casita frente al mar”, “Estrellas”, “Verano”, “Volver al mar” ft. Joao Coiote de Brasil y “Cumbia Hawaiana” junto al Mono de Kapanga, temas con los que terminó de consolidar su gran amor por el inmenso oleante siempre despierto, al punto de decidir dejar Quilmes para mudarse, hace tres años ya, a Mar del Plata.

-¿Por qué Mar del Plata?

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-He pasado veranos enteros en Miramar, mis viejos nos traían de diciembre a marzo acá y después de esos veranos sin tiempo, no podés volver. Si quedás marcado por eso, querés tratar de buscar un poco ese estilo de vida. Acá la gente hace eso un poco, tratan de vivir como de vacaciones todo el año, al menos por ratitos.

Ya como ciudadano de La Feliz, el año pasado recibió la distinción de Embajador Turístico de Mar del Plata, un nombramiento que le otorgó el EmTur gracias a sus composiciones y videos en los que frecuentemente promociona, de manera desinteresada, la vida en la ciudad. Uno de los últimos había sido “A Mar del Plata”, en el que, básicamente, cuenta su historia de vida.

“En la playa” el último lanzamiento de Rusea, una colaboración con Donald, eterno creador de éxitos como “Tiritando” (Las olas y el viento”) y “En una plata frente al mar” con el que sus seguidores encontraron varios puntos de contacto a pesar de ser de generaciones diferentes.

“Me empezaron a decir que era como el Donald de ahora y quise saber en qué andaba él, le mandé un mensaje por Instagram y me respondió enseguida. Nos juntamos con su manager, que es su hija, a tomar algo en el Torreón del Monje, que es un lugar mítico, donde Donald había brillado en los programas de Mateyko, y quedamos en juntarnos para conocernos”, recuerda Rusea el inicio de su feat con Donald y que lo llevó por primera vez a incursionar algo diferente a lo que venía haciendo.

Es que Donald, cuando lo recibió en su casa de Buenos Aires, le propuso que complete una canción que él ya había empezado, “algo que nunca me había propuesto, porque todas mis canciones las había escrito yo hasta ese momento”. Pero aceptó el desafío y, entre cafés, guitarras y anécdotas, la completó ese mismo día. Escrita por ellos dos y Julio Suaya, y producida por Dani Ferratti, “En la playa” es una historia de amor de verano, una canción pegadiza con ritmos hawaianos, algo que coronó la colaboración, en tanto, “él tiene familia viviendo en Hawai y me gustaba cómo cerraba la historia”.

Y aunque sus canciones y videos se han viralizado y de haber colaborado con grandes artistas, desde El Mono de Kapanga a Donald, Rusea mira atento, con las patitas en el agua, cómo se va formando la ola, pero sin inquietarse.

Recuerda cuando aún siendo espectador de la música, un asiduo recitalero de conciertos de reggae, ya sentía que eso era parte de su vida. “A pesar de que todavía yo no tocaba, y viendo los recitales desde abajo del escenario, yo me sentía músico. Y ahora me pasa al revés: no me siento músico pero estoy arriba (risas). Ahora me siento más como un compositor que escribe canciones y que vive en la playa y que comparte lo hace. A veces no me sale linkearme como un músico de pura cepa: No me suele gustar ensayar, estar encerrado. Pero a la hora del escenario ahí siento que me gusta porque lo disfruto igual que al mar: quiero estar ahí”.

-¿Podés encontrar un punto de contacto entre el surf y la música?

-Siento que las olas y el mar son como la música que me gusta. A veces el mar está tranquilito y las olas suaves, y a veces las olas están fuertes y hay que estar más atentos y rockearla más. Y siento que mi música es ahí: a veces recorrés mis canciones y shows en vivo y se pudre un poquito pero, por lo general, son súper tranquilos y siempre terminan así como cuando salís caminando del mar y decís “ok, me voy a casa tranquilito”. Me encanta haber podido encontrar esa similitud.

Rusea lleva casi la mitad de su vida haciendo surf (desde que a principios del 2000 se comprara su primera tabla hecha a medida, según cuenta) y, desde entonces, no ha dejado de perseguir las olas entre el verano de acá y otros de más allá.

“Yo siempre digo que vivo como surfeo, y no que surfeo como vivo: El mar me da el tiempo que necesito para vivir después. El mar me enseña cómo estar afuera después”, reflexiona.

El show de esta noche en Niceto Club tendrá como invitado especial al gran Donald, además de otros que son sorpresa. Las entradas están a la venta a través de Passline.

Rusea y Donald le cantan al amor y a Hawai en “a la playa”