El oficialismo se debate entre la contención de la crisis y la indefinición por las candidaturas

El Gobierno atravesó otra semana difícil, con una corrida cambiaria apenas atenuada por una intervención oficial con bonos y reservas internacionales que seguramente no podrá evitar las consecuencias del deslizamiento del dólar: más inflación y, por ende, más pobreza en la previa a una votación en la que se juega su permanencia en el poder aún sin un candidato definido o siquiera con la confirmación de las PASO como método para dirimir una interna sin fin.

Parecería ir tomando forma una elección en la que Cristina Kirchner no sería de la partida, ayer un ultramontano del “operativo clamor” como el sindicalista Hugo Yasky dijo que la Vice dio “indicios de no ser candidata” en el acto del último jueves en el Teatro Argentino, y en cambio buscaría ser la “gran electora” como en el 2019.

La alianza táctica con Sergio Massa se explica desde la debilidad política que la obliga a hacer piruetas discursivas volviendo al relato de la “Década Ganada” sin asumir el fracaso de una administración de la que desesperadamente busca despegarse. Y, en todo caso, presenta al líder del Frente Renovador como el “bombero” que buscaría evitar el colapso; en la semana el “Cuervo” Larroque aseguró que cuando el dólar tocaba los $500 “creíamos que no llegábamos al viernes”. El riesgo del abismo suena a poco para convencer a un electorado que viene sufriendo del síndrome de los “bolsillos flacos”.

Es esa compleja coyuntura la que empuja a un sector importante del kirchnerismo a postular al líder del Frente Renovador como un potencial presidenciable, tolerando sus fotos a pura sonrisa con el staff del FMI y medidas ortodoxas como la mayor suba de tasas en 20 años y las concesiones al campo para que apure la liquidación de sus cosechas.

DESGASTE PERJUDICIAL

El cristinismo se burla de la orfandad en la que ha quedado Alberto Fernández luego de renunciar a su intento de reelección pero no observa que, en verdad, el desgaste al que lo sometió ha terminado perjudicando sus chances electorales y parece obligarlos a ir a las presidenciales con un ministro de Economía que sufre niveles récord de inflación. ¿Cómo oficializar la candidatura de un ministro de economía cuando la inflación es del 7 por ciento mensual?

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“Es lo único que les queda dentro del caos en el que están inmersos”, argumentó un diputado opositor. La Vice en su discurso del jueves envió un guiño al titular del Palacio de Hacienda y, en paralelo, cuestionó al mismo Fondo al que el equipo económico le ruega un desembolso de emergencia que evite nuevos sobresaltos antes de las PASO.

Se atrevió a criticar a la Convertibilidad de Domingo Cavallo a la que, a comienzos de los años 90, apoyaba junto a su difunto esposo por haber normalizado la economía.

La referencia al último plan de estabilización fue para emparentar aquellas reformas a las que hoy propone Javier Milei, a quien decidió “subir al ring”. La Vice opta por polarizar con el libertario con el objetivo de librar una batalla de “antagonismos” que le sirva para desplazar a un tercer escalón a los postulantes de Juntos por el Cambio. Por eso buscaría imponer un candidato “moderado”, también suena el nombre de Daniel Scioli, que aunque cargaría con el peso de una administración que empeoró los indicadores socio-económicos podría mostrarse “competitivo” ante las propuestas extremas del líder de La Libertad Avanza.

La Vicepresidenta eligió responsabilizar al FMI por la inflación en la Argentina pero persistió en el blindaje de Massa.

El deliberado aislamiento a Alberto F. preanuncia más tensiones hasta el cierre de listas del 24 de junio próximo. Las conversaciones subterráneas entre dirigentes como Santiago Cafiero y Juan Manuel Olmos, cercanos al primer mandatario, con el delegado cristinista en Casa Rosada, Wado de Pedro, que han parido un “borrador” de reglas de convivencia para las primarias, no logran aquietar la incertidumbre en el oficialismo.

“TERMINAR CON LAS DIFERENCIAS”

Sin una negociación previa, la Vice difícilmente pueda imponer “al candidato de consenso” y en el Gobierno admiten que las PASO tampoco alcanzan para “ordenar” la oferta electoral. Por eso son varios los referentes que piden “terminar las diferencias personales” y que Alberto y Cristina se sienten a una misma mesa, al menos, después del Congreso del PJ que el 16 de mayo oficializará la permanencia del partido en el FdT. En el “albertismo” alertan que el cristinismo no debería minimizar un dato objetivo y es que Alberto Fernández como presidente del PJ se sienta sobre “la plata de la campaña”.

La falta de definiciones también provocan desconcierto en otros actores del FdT, como los movimientos sociales oficialistas que, tras lanzar el “Partido de los Comunes”, se endurecen “contra el ajuste” y marcharán este lunes al centro porteño en ocasión del 1° de Mayo. La CGT, en tanto, hará lo propio al día siguiente con un acto programado en el estadio de Defensores de Belgrano que se ha ido desdibujando con el paso de los días. No habrá ningún integrante del Gobierno pero tampoco se formularán cuestionamientos a fondo a Fernández o Massa.

Justamente el trazar un plan económico y las convulsiones de la última semana serán el eje de la reunión que este martes congregarán a los economistas de JxC; intentarán dar una respuesta institucional al complejo escenario que dejó la sequía y las inconsistencias en la macroeconomía que parió el Gobierno. El objetivo, además, es dar un mensaje que contraste con la propuesta de Milei de dolarizar la economía que genera más interrogantes que certezas en los operadores e inversores.

También la compleja coyuntura fue la excusa del desayuno que el viernes compartieron los referentes del PRO en San Isidro. Pero el verdadero objetivo fue exponer una “foto de familia” que despeje el temor a una sangría interna luego de las PASO que, entre otros postulantes, enfrentarán a Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Por ahora Mauricio Macri continúa como “arbitro” de esta contienda y pidió un pacto de convivencia para evitar incrementar el malhumor de un electorado desgastado por la crisis. El temor a una eventual fuga de votos hacia Milei también como en el peronismo crece en el armado opositor.

DESCONFIANZA

La incorporación del liberal José Luis Espert aumentó la desconfianza de “los halcones del PRO” en Larreta, que busca suturar la salida de votos “por derecha” pero también provoca el malhumor del “campamento” de la ex ministra de Seguridad que no quiere saber nada con que el también economista se suba a la grilla de presidenciables.

Ni el PRO, ni la UCR han dado indicios de cómo elegirán cada uno sus pre candidatos a presidente para las PASO.

Tal vez la más importante falencia de todos incluyendo a Milei es que no se ha propuesto un verdadero plan económico posible en la coyuntura que vive el país. Nada más, ni nada menos.