Gimnasia dejó todo hasta el final del partido y salvó la ropa ante Independiente

El sabor del festejo sobre el final del partido no tiene precio. Y Gimnasia festejó como un triunfo la igualdad 1-1 ante Independiente. Llegó otra vez sobre la hora como tantas veces y eso implica un enorme mérito de un grupo de jugadores que cree en sí mismo hasta el final. Y lo hizo Benjamín Domínguez, que después de la lesión volvió a ser determinante y le agregó a su juego lo único que le faltaba: el gol.

Esos 20 minutos finales de juego no pueden ocultar la realidad de un partido flojo del Lobo, que nunca tuvo la autoridad que mostró en la primera media hora en Rosario. Y los cambios tuvieron cuestionamientos, aunque para el tiro del final fue vital la confianza de Eric Ramírez, artífice del empate con una gran acción individual y un buen centro.

El Tripero, está dicho, no fue el del inicio en Rosario. En el comienzo del partido Gimnasia trató de apropiarse del control del partido, con Ignacio Miramón delante de la línea de cuatro defensores y Antonio Napolitano-Alan Lescano formando un tándem para generar juego. Aún con imprecisiones, el Lobo buscó plantar al equipo en campo rojo mientras los de Zielinski tomaron una postura más cautelosa, con la intención de aprovechar espacios de contra.

Un tiro de esquina de Sergio Ortíz que se cerró obligó a Durso a sacar la pelota al córner por encima del travesaño. Fue el preámbulo de la jugada más clara, con una gran habilitación de Alan Lescano para Benjamín Domínguez, quien enganchó en el área y exigió a Rodrigo Rey quien sacó una pelota dificilísima.

Frío como la noche, el partido se jugó de tres cuartos a tres cuartos de cancha. Muy trabado el juego en mitad de cancha, Independiente buscó hacer ancho el campo para aprovechar espacios por afuera mientras al Tripero le costaba encontrar a Benjamín Domínguez.

Fue un primer tiempo que nunca terminó se cumplir lo que prometió, porque siempre rondó la idea de que tanto Gimnasia como Independiente podían convertir, pero casi no hubo posibilidades concretas de gol. En el final, un remate de Kevin López que se fue bastante lejos del caño izquierdo del arco tripero fue un aviso tibio. Igualados más en los errores que en los aciertos, al equipo de Chirola le faltó ser amigo de la pelota y al Rojo acompañar más las buenas intenciones de Braian Martínez. El 0 a 0 del final marcó justicia en el pitazo de Rey Hilfer.

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El inicio de la segunda mitad mantuvo la misma tónica primera etapa, con mucha pelota sin dueño volando por el aire. Sin embargo, apareció esa contra letal a la que Zielinski apostó toda la noche y Braian Martínez que picó desde su propio campo, definió bárbaro ante la salida de Durso para poner el 1 a 0 a favor de la visita

Sebastián Romero buscó respuestas en el banco de relevos con los ingresos de Leandro Mamut, Franco Torres y Eric Ramírez por Ivo Mammini, Antonio Napolitano y Alan Lescano, cuya salida provocó murmullos en los hinchas que esperaban la salida de Franco Soldano. Gimnasia, que no tenía el control del partido, perdió la brújula y fue hacia adelante solo con voluntad. Independiente tuvo el segundo, con un remate alto del Chaco Martínez, cuando el equipo de Avellaneda empezaba a cuidar el triunfo como si fuera de oro.

Con nerviosismo afuera y adentro del campo y muy poco fútbol, al Lobo el partido se le hizo cada vez más cuesta arriba ante un Independiente compacto en defensa pero que dejó de lado las posibilidades para contragolpear, enamorado del 1 a 0 parcial.

Una pelota peinada por Franco Soldano para el remate a la carrera de Eric Ramírez con la cara externa del pie fue un aviso, porque enseguida llegó lo mejor del Lobo con una llegada a fondo de Benjamín Domínguez por la derecha que remató y obligó a otra buena tapada de Rodrigo Rey. Del rebote, el disparo de Nacho Miramón se fue apenas desviado tras el roce en un defensor visitante.

Con sus armas y sin encontrar claridad, el Lobo mereció el empate. Rey sacó al córner un tiro libre casi sin ángulo de Eric Ramírez y enseguida el arquero agrandó su figura al sacar el cabezazo envenenado de Leandro Mamut.

Ya estaba en la cancha Rodrigo Castillo, quien entró por Enrique. Y tanto mereció el Lobo que otra vez en el final, con el tiempo reglamentario cumplido, llegó el tanto del empate. Ya Gimnasia estaba con 10 por la expulsión de Franco Torres cuando buscaron una pelota aérea, ganó Eric Ramírez por el costado y mandó el centro para la aparición de Benjamín Domínguez por el segundo palo para el grito del pueblo tripero.

Así, con muchos defectos algunas virtudes, un gran amor propio y el talento de Benjamín, el Lobo volvió a sumar. Y ese es el gran objetivo hasta el final del campeonato.