El voto “te lo dije y no me escuchaste” y el arrastre de jóvenes a algunos “grandes”

- “Hijo, vos no tenés nada que perder. O creés que no tenés nada que perder. Por eso creés que votar así es lo mejor”.

- “Papá, ¿me hablás en serio? ¿Cuánto hace que la venís remando con mamá y cada vez estamos peor? Ya estamos perdiendo. Esto así no da para más”.

Diálogos como éstos se dieron en innumerables casas de la Ciudad antes de las PASO, especialmente en las que cada vez cuesta más sobrellevar el día a día, y el bolsillo tiene menos para gastar. Y surgió la particularidad que, a diferencia de otras elecciones, el impulso de muchísimos jóvenes en pos de lo que consideran algo nuevo, o que rompe con la habitual, en algunos casos terminó “arrastrando” a otros tantos adultos de su familia, que se perciben en una situación más angustiosa que la que están dispuestos a soportar.

En parte, esto explica la elección que hizo Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza, que fue votado por 7.116.352 personas en todo el país.

No por ideas

El análisis fino de ese voto es más complejo, pero sí está claro que no fue ideológico, ni que hubo una derechización manifiesta en ese electorado, es decir, avalando a conciencia y con conocimiento todos los preceptos de esta corriente.

Sí canalizó, claramente, mejor que las otras opciones, el descontento, la bronca y la impotencia de muchísimas personas en este tiempo del país, donde las malas noticias están a la orden del día, la economía lejos de levantar, empeora, y cuesta ver un horizonte esperanzador.

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Claro que, salvo a los jóvenes, a muchísimas personas les costó ver que un resultado como el observado tras las PASO podría darse. Aun cuando los electores más nuevos empezaron a insistir con algo distinto desde hace rato, y mostraron que para ellos, al menos hasta las PASO, era más que una moda de momento.

- “Federico, ya te lo dije mil veces, haceme caso, pensá lo que vas a hacer. Te lo digo por experiencia. Yo me equivoqué muchas veces al votar. Esa idea de que viene un salvador y arregla todo nunca termina bien. Ya pasó con otros candidatos en distintos países.

- “Bueno, está bien, te voy a hacer caso pa, yo creo que estás equivocado, pero quizás tengas razón, y haya cosas que todavía yo no sepa. Lo único que te digo, y acordate de esto, es que todos mis compañeros van a votar por Milei. Sacando unos pocos que piensan como los padres o hacen lo mismo que le dicen los padres, el resto va votar a Milei.

Este diálogo entre dos integrantes de una familia de Los Hornos, uno de 55 años y el otro con 18 recién cumplidos, se comentó en una oficina del Centro, donde trabaja el padre. Fue en la previa de la elección, claro está, y dio tela para cortar este lunes con los números puestos. Algunos compañeros recordaron la anécdota y aseguraron haber tenido conversaciones similares con sus hijos.

Y al hablar y hablar sobre lo que dijeron las urnas en distintos ámbitos de la Ciudad, empezaron a aparecer puntas que llevaron luz sobre varias cuestiones.

Por ejemplo, una docente que da clases en dos escuelas de la periferia, recordó en estas horas ante otras colegas de La Plata, que alumnos de nivel secundario hicieron un juego la semana pasada, en el que, quienes querían, podían contar a qué candidato iban a votar -en el caso de los que tienen la edad para hacerlo- o a quién hubieran votado los que aún no cumplieron 16 años. Y, para la sorpresa de la docente, el resultado de la experiencia fue muy notorio. “Vos podés creer que la mayoría, te diría nueve de cada diez, dijeron Milei. Y con ganas. Ninguno intentó ocultarlo ni disimularlo”, reconoció en la charla con sus pares.

Estos y otros ejemplos, darían la sensación que para muchas personas no pesó lo que ocurrió en las internas de Juntos por el Cambio ni Unión por la Patria, donde los candidatos (Bullrich-Larrerta y Massa-Grabois) buscaron diferenciarse en pos de seducir a distintos segmentos de lo que consideran “su electorado”; básicamente no bastó a los ojos de los que apoyaron al Libertario.

Sobre internas bravas

Y cuando hoy, por ejemplo en JxC debaten si la interna los desgastó en demasía, y eso potencialmente obró en su contra. Sobran muestras y ejemplos que dicen que, por el contrario, a veces la “internas feroces” dan mejores réditos que la tibieza. Si no, basta con recordar el caso de Donald Trump en la campaña que lo llevó hasta la presidencia de Estados Unidos. Allí, en un país que está muy lejos de las situaciones extremadamente angustiosas que viven millones de argentinos, los aspirantes a llegar a la Casa Blanca de aquel momento protagonizaron verdaderas internas sangrientas, con un nivel de virulencia extremo. Y desde allí afloró Trump.

¿Qué pasará en octubre? Se verá. No es la idea hacer un pronóstico, porque todas las fuerzas tiene margen para mejorar o empeorar, según lo que hagan en el camino hacia una inédita elección de tres tercios. Y ninguna tiene asegurado nada. Pero atención, todas tendrán que canalizar como pocas veces un enorme descontento y la fragilidad con la que viven muchísimas personas.

Salvo a los jóvenes, a muchísimas personas les costó anticipar lo que podía pasar

Milei canalizó mejor que las otras opciones el descontento y la bronca