Realeza: de los rumores a la realidad, el duro golpe de Kate Middleton

“Never complain, never explain”. Nunca quejarse, nunca dar explicaciones. Ese era el lema de la reina Isabel II. Pero recordemos que ella misma tuvo que tragar de su propia medicina cuando, en septiembre de 1997, el primer ministro Tony Blair y el propio Carlos, en ese entones príncipe de Gales, le hicieron ver que la muerte de Diana no era un hecho privado del que podía no opinar. El discurso que dio a la nación para hablar de su exnuera fue tal vez uno de los tragos más amargos de su reinado. Por Diana, tuvo que hacer lo que juró que nunca haría: dar explicaciones.

Casi 30 años después, la historia se repite. Y esta vez es la actual princesa de Gales, Catalina, la que tuvo que salir a dar explicaciones.

Hace tan solo quince días, en nuestra última entrega, hicimos un repaso de cómo han sido las relaciones entre la monarquía y la prensa en los últimos años. Parecía un tema agotado pero el tsunami de acontecimientos y el interés público nos lleva a escribir un segundo capítulo de esta novela de mal gusto cuya protagonista fue la princesa.

La princesa de Gales, tras el anuncio de su enfermedad / Web

Aunque ya algo se rumoreaba, hace unos días empezó a aseverarse con insistencia en las redes sociales y en algunos medios amarillistas la versión de que en realidad Guillermo tenía una amante, de la que tenía uno o dos hijos y que Kate no aparecía porque estaban en proceso de divorcio. Algunos pseudoperiodistas subieron la apuesta: la intervención quirúrgica a la que se había sometido Kate en enero no era por un problema abdominal sino una estética en un intento desesperado por recuperar a su marido. Otros fueron más benévolos con la princesa y la ubicaron en una cama de hospital en coma desde hacía dos meses y los más atrevidos directamente dijeron que estaba muerta. Hubo hasta teorías de que la había abducido los extraterrestres.

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Obviamente los medios serios intentaron no hacerse eco de semejantes dislates pero, finalmente y utilizando verbos en tiempo condicional, se refirieron al tema. Helen Wade, periodista de la BBC especialista en monarquía, contó que la invitaron como panelista a varios programas de la televisión inglesa y que cuando se negaba a dar por ciertas las teorías conspirativas que circulaban, la tachaban de cortesana pagada por la monarquía. No hay peor sordo que el que no quiere oír.

Como un virus, los rumores se expandieron por el mundo y llegaron hasta nuestros canales de radio y televisión en los que panelistas convertidos en expertos en casas reales dieron por cierto todo y agregaron algunos condimentos con desparpajo e ironía.

La princesa Ana ha asumido funciones de representación / Web

Hasta el rey de los Países Bajos se lo tomó con gracia. Cuando en un acto una niña hizo referencia a que tenía una foto de él con toda su familia, Guillermo Alejandro le contestó: “¿En serio? Y no tiene Photoshop, seguramente”, haciéndose eco de la tan criticada imagen manipulada que los príncipes de Gales publicaron en Instagram.

Todo muy risueño y divertido. Si no fuera porque el viernes 22 de marzo a las 18, hora de Londres, la princesa de Gales apareció en la pantalla de la BBC anunciando al mundo que tenía cáncer y que estaba comenzando un tratamiento de quimioterapia. Ni amante, ni divorcio; ni estética ni extraterrestres. Cáncer en una mujer de 40 años con tres hijos pequeños, destinada a ser la reina de Inglaterra. Y esposa de un hombre que hace dos meses se enteró que su padre, el rey de Inglaterra, también tenía cáncer y, por lo tanto, es muy posible que en breve se convierta él mismo en el titular del reino más importante de Europa.

Han salido a decir que el video de Kate está hecho con Inteligencia Artificial

Gran Bretaña quedó en shock, conmovida por la entereza de la princesa e indignada con quienes habían hecho correr rumores maliciosos. Algunos comunicadores pidieron perdón y a la mayoría de los posteadores seriales de redes no les alcanzaban las manos para borrar las noticias falsas, los memes y los comentarios de mal gusto que habían subido en los últimos días.

El apoyo a Kate, y en ella a la casa real en su conjunto, trascendió fronteras. El primer ministro envió saludos así como también Emanuel Macron, el primer ministro de Canadá, Jill y Joe Biden, la esposa del presidente de Ucrania e Ivanka Trump. Todos hicieron públicos sus mejores deseos, incluso los “royal transatlánticos” Harry y Meghan quienes, fieles a sí mismos, le desearon que pueda llevar su convalecencia en forma privada.

Un mal consejo el de su cuñado ya que no podemos echarle toda la culpa a los comunicadores de toda índole del bombardeo de rumores en torno a la enfermedad de Kate. También la oficina de prensa de los príncipes de Gales y sus asesores tienen algo de responsabilidad. Si bien es cierto que la Casa Real informó en enero que Kate reaparecería recién en abril, todos esperábamos que en esos tres meses de ausencia en actos oficiales hubiera fotos, noticias, alguna aparición virtual.

Nunca quejarse, nunca dar explicaciones. Ese era el lema de la reina Isabel II

Así lo hizo el rey Carlos III quien, también convaleciente, se dejó tomar fotos trabajando en su despacho, yendo al servicio religioso o manteniendo alguna corta reunión con el primer ministro. Por otro lado su esposa, la reina Camila, y su hermana, la princesa Ana, se pusieron al hombro la agenda con responsabilidad y sonrisas. Por el contrario el príncipe Guillermo canceló todas sus apariciones incluso algunas lo hizo 45 minutos antes y sin dar explicaciones. Y a los pocos actos que asistió lo hizo “con la peor de las ondas”. Era comprensible, claro. Ahora lo sabemos. Pero Guillermo y Kate son el mayor activo de la corona. Los medios, ingleses, tanto serios como la prensa del corazón “venden” más y mejor si Kate es la protagonista de la noticia.

Volvemos en este punto a otro de los lemas de la reina Isabel: “Que te vean para que te crean”. Y a Kate estuvimos casi dos meses sin verla. Para colmo, cuando la vimos, fue a través de una foto tomada por Guillermo y manipulada por ella. Y sus primeras palabras, luego de un trimestre, fueron para pedir disculpas por haber usado Photoshop. No justifica esta actitud que la hayan humillado pero deberían haber aprendido que en la era de la información los silencios hay que llenarlos con algo, sea verdad o no.

El rey Carlos III retoma las reuniones / Web

¿Por qué eligió Kate el 22 de marzo para contarle al mundo sobre su enfermedad? ¿Y por qué lo hizo ella misma y no a través de un comunicado? Una de las razones fue, seguramente, que la ola de rumores ya era insostenible y, seguramente, no podían evitar que sus hijos mayores leyeran o vieran las noticias. Por otro lado se detectó que personal de la clínica donde se estaba tratando había intentando acceder a su historia clínica y, por último, porque expertos en seguridad informática detectaron grupos de desinformación rusa creando campañas para desestabilizar, a través de la difamación, a la monarquía y al gobierno británico. Según la BBC, en algún momento Rusia, en represalia porque Inglaterra se puso del lado de Ucrania, lanzó una batería de posteos que lastimaban al corazón mismo de las instituciones: que el rey había muerto, que Kate estaba en coma, que los príncipes estaban divorciados y otras lindezas. Son noticias que se viralizan tan rápido que en 24 horas se desdibuja la fuente, pasan a ser ciertas y cada uno que la cuenta, le agrega algún párrafo para hacerla más interesante.

Aunque las aguas se hayan calmado, los odiadores no descansan. Ya han salido a decir que el video de Kate está hecho con Inteligencia Artificial. Solo el tiempo pondrá todo en su sitio.

Más allá de la información no podemos dejar de señalar la paradoja del destino: luego de décadas de tener a una pareja real a la que nunca volteó ni un simple resfrío, la enfermedad se ha ensañado con Carlos y Kate, dos miembros fundamentales de la familia real y con un miembro secundario pero no por eso menos importantes: Sarah Ferguson, exesposa del príncipe Andrés , quien también está luchando contra el cáncer. Es como si el día en que el Supremo repartió la cuota de buena salud para los Windsors, la reina Isabel y el príncipe Felipe la acapararon y la gastaron en vida no dejando nada para sus sucesores.

¿Cuándo volverá a aparecer Kate? Es poco probable que sea en los próximos días, como estaba previsto. Los medios serios especulan que será luego del receso de verano cuando finalice su quimioterapia pero seguro aprendieron la lección y tendremos noticias de su evolución.

El rey Carlos III ya ha tenido esta semana su primer acto presencial y, aunque al cierre de esta edición no se había confirmado nada, seguramente haya aparecido esta mañana en el servicio religioso de las Pascuas de Resurrección.

La reina y el príncipe de Gales en un acto / Web