Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Séptimo Día |ELLOS ESTÁN ESPERANDO AFUERA

El reino de los mosquitos

El poema del escritor chino Xi Chuan. Fue plaga en Egipto y ahora aguarda a sus víctimas. Antes era indeseable porque molestaba. Ahora puede matar

El reino de los mosquitos

Plaga de moscas y mosquitos en Egipto / Web

MARCELO ORTALE
Por MARCELO ORTALE

7 de Abril de 2024 | 03:49
Edición impresa

“Diez mil mosquitos unidos conforman un tigre; nueve mil mosquitos conforman un leopardo; ocho mil mosquitos, un orangután inmóvil. Un mosquito, por último, es solamente un mosquito”, dice el poeta chino contemporáneo Xi Chuan (1963- ) en un poema –“Anales del Mosquito”- que lo hizo conocer hace algunos años, antes de que los mosquitos se volvieran más famosos que Chuan.

Porque hoy se vive en el reino de los mosquitos. Ellos vuelan alrededor de las casas, esperando que salgan sus víctimas. Ellos están ahora en una cacería tan insaciable como potencialmente mortal.

“En los intersticios de la Historia, por todos lados se encuentran mosquitos. Presenciaron e incluso participaron de ejecuciones y descuartizamientos, sabotajes y venta de niños; sin embargo, a lo largo de las 25 dinastías, no hay ni una sola mención a los mosquitos”, dice Xi Chuan, que es una de las más relevantes figuras de la actual poesía china y, además, un empecinado lector de Borges y de Ezra Pound.

“La vida de un mosquito, no obstante es muy breve, comprendida casi entre un amanecer y un atardecer, o dos amaneceres y dos atardeceres, por lo cual un mosquito, en promedio, llega a ver durante su vida a unas cuatro o cinco personas, o unos veinte o treinta cerdos, o un caballo. Esto explica por qué que los mosquitos nunca han sido capaces de elaborar la noción del bien y del mal”.

Notable, los mosquitos no llegan a conocer la ética. No tienen tiempo para aprenderla. Los hombres sí la conocen y por eso se preocupan por defender la vida de la mayoría de los animales. Incluso la Justicia penal de la ciudad de Buenos Aires hace pocos años le reconoció derechos a la gorila Sandra, cuya libertad ordenó luego de estar años en una jaula del Zoo porteño. Sandra goza desde entonces en un santuario de Brasil de la prerrogativa de haber sido declarada “sujeto no humano”.

Poeta chino Xi Chuan / Web

Pero en relación a los mosquitos, hasta la fecha no se conoce que hubieran sido condecoradas con tal alta distinción por parte del derecho civil argentino. Es más, en la actualidad y con la plaga que asusta existe un ansia generalizada por conseguir repelentes mortíferos para exterminarlos mucho antes de que finalicen sus vidas tan efímeras. Es más, es probable que los juristas que galardonaron a Sandra también se encuentren en la meticulosa búsqueda de aerosoles.

Hasta los más porfiados ecologistas untan sus cuerpos con cremas repelentes, encienden espirales o reservan para los mosquitos aplausos homicidas. La vida es así de paradójica. Todo indica que proteger a los seres naturales no incluye proteger a los mosquitos. ¿Esta plaga no será una venganza?

LA BIBLIA

La Biblia dice que Dios mandó una serie de plagas para doblegar la voluntad del Faraón de Egipto, que se negaba a liberar al pueblo de Israel.

El Nilo se convirtió en sangre. Miles de ranas cubrieron la tierra, seguidas de mosquitos y moscas. El granizo diezmó los campos, destruyó la cosecha. Y las langostas acabaron con lo poco que quedó.

En esos siglos pretéritos, los mosquitos sólo picaban y molestaban. Pero esa picazón, como dice Xi Chuan, era tolerable. Después, en la historia ya más avanzada apareció el temible “aedes aegypti”.

“Aedes”, nombre que proviene del latín, significa “el que es molesto, desagradable, odioso, indeseable” y el otro término, aegypti”, “el que proviene de Egipto”. Es decir, es heredero del mosquito bíblico que se convirtió en la cuarta de las diez plagas que le hizo guerra al Faraón. Merecería un mejor concepto.

 

Notable, los mosquitos no llegan a conocer la ética. No tienen tiempo para aprenderla

 

Pero esa connotación bíblica desapareció porque ahora este mosquito de manchas blancas y patas largas –el aedes aegypti- pasó a ser conocido como el mosquito del dengue y antes de la fiebre amarilla.

Un mosquito temible y transmisor también de la chikumguña, la fiebre de Zika y Virus Mayaro. Algunos, más adentrados en conocimientos entomológicos, le pusieron un sobrenombre poco simpático: “el rompehuesos”.

Uno de los párrafos del poema de Xi Chuan contiene un error de apreciación. Dice así: “Uno de los objetos de mi venida al mundo es ser mordido por los mosquitos. Insertan sus agujas en mi piel, se reúnen en mi sombra a disfrutar del fresco, pierden el conocimiento y mueren en mi respiración envenenada”. Es probable que junto a ellos también muera –si no recibe oportuna atención médica- el poeta, si le tocó ser instilado por el “aedes aegypti”.

El poema chino continúa: “En la noche profunda, un hombre tendido en su cama, a medias despierto, a medias dormido, se da a sí mismo una cachetada. No es que esté reflexionando sobre sus propios errores, sino que ha escuchado el zumbido de un mosquito. Cuanto mayor es la fuerza con la que se golpea, más alta la probabilidad de matar un mosquito y más serio parece su mea culpa”.

LA LITERATURA

El médico y político, pero mejor escritor, Eduardo Wilde fue uno de los que condujo el periódico satírico que se llamó “El Mosquito”, que apareció en nuestro país en 1863 y dejó de publicarse en 1893.

Fueron treinta años de “picar y molestar” a los sucesivos gobernantes, entre ellos Mitre, Sarmiento, Roca y Avellaneda, entre otros gobernantes no fáciles de arrear.

El dibujo de un mosquito gigante sobresalía en muchas de sus páginas y lo cierto es que esta revista satírico-política le abrió campo a sucesivas publicaciones satíricas que hicieron historia, como Caras y Caretas, Tía Vicenta y Humor, entre muchas otras.

 

Wilde fue uno de los que condujo el periódico satírico que se llamó “El Mosquito”

 

El mosquito y su tío el tábano fueron muy útiles en la historia argentina para mostrarles un espejo –a veces democrático, a veces grotesco, a los políticos y funcionarios. “A esto se parecen”, solían decirles. Conviene recordar que los colaborares de estas revistas, sobre todo los de Tía Vicenta y Humor, no la pasaron bien.

Mosquitos y moscas –sobre todo estas últimas, que tuvieron mejor sostén literario- poblaron las obras de grandes como Jean Paul Sartre o Antonio Machado. El primero de ellos como autor de Las Moscas que se convirtió en una de las principales obras de teatro del siglo XX. A través de ella Sartre resumió la realidad y el espanto de la Segunda Guerra Mundial y fijó su carta existencialista, además de formular una fuerte crítica al nazismo en boga entonces.

Plaga de moscas y mosquitos en Egipto / Web

En los últimos años se acordó de los mosquitos el novelista estadounidense Paul Theroux (1941-), que escribió una novela utópica sobre la decisión de una familia de instalarse y fundar un pueblo en la llamada Costa Mosquitos ubicada en Nicaragua. El hartazgo a la civilización es mucho mayor que el atractivo de una vida primitiva. La Costa Mosquito fue filmada recientemente, con Harrison Ford y River Phoenix.

Claro que con el “aedes aegypti” se terminó la mera picazón y empezó el temor por la calidad de la sangre. Ya no se habla de los mosquitos molestos, odiosos o indeseables. Se habla de un agente vector de posibles tragedias, que hoy se encuentra victorioso en un reino que no dispone para espantarlos, siquiera, de espirales, aerosoles y repelentes.

Hace muy poco los seres humanos salieron -¿realmente habrán salido?- de esa trágica pandemia que fue el coronavirus. Ahora vinieron los mosquitos de Egipto, de países limítrofes y de nuestra propia patria a llenarnos de temor con sus temibles probóscides que, en castellano vulgar, son los aguijones.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla