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Infidelidades y monogamia: el secreto de quienes buscan una aventura sin separarse de su pareja

Emerge un término para describir a aquellos que, aunque mantienen un vínculo tradicional, cometen engaños: los ‘cake eaters’. Cómo se percibe esta situación entre las diferentes generaciones

Infidelidades y monogamia: el secreto de quienes buscan una aventura sin separarse de su pareja

La mayoría de las personas considera que la infidelidad es menos escandalosa en la actualidad que en el pasado / Freepik

2 de Junio de 2024 | 07:30
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La Ciudad ya no solo es conocida por las universidades, las diagonales y la programación urbanística. Tras un estudio realizado hace un año, otro aspecto de la vida platense ha captado la atención: su notable posición en el ranking de infidelidad en Argentina, según un reciente informe de la aplicación de citas Ashley Madison.

La famosa aplicación de citas, que se especializa en unir personas ya emparejadas en busca de aventuras discretas, reveló que La Plata se encuentra entre las cuatro ciudades con más infieles per cápita del país. Esta lista la encabezan General Roca en Río Negro, seguida por Escobar, Bahía Blanca, y finalmente La Plata.

El análisis de Ashley Madison se basó en miles de interacciones de usuarios argentinos, destacando que la ciudad de las diagonales tiene un notable número de personas buscando relaciones extramatrimoniales. Christoph Kraemer, director ejecutivo de la empresa en Latinoamérica, explicó que la plataforma permite a los usuarios mantener un grado de anonimato, una característica atractiva para aquellos que buscan aventuras fuera de su relación principal.

La infidelidad ha sido un tema recurrente en la cultura popular, y en los últimos meses ha tomado un protagonismo renovado. Desde las canciones de Shakira que abordan abiertamente la presencia de terceros en las relaciones hasta películas nominadas al Oscar donde los cuernos son una parte crucial de la trama, la frecuencia con la que se habla de infidelidad refleja cambios sociales significativos. Este fenómeno no solo es discutido en términos artísticos, sino que también está siendo investigado desde una perspectiva sociológica, revelando nuevas formas de entender y vivir las relaciones de pareja.

Ashley Madison, el sitio de citas para personas casadas, realizó una encuesta a través de YouGov para entender mejor la evolución de la percepción pública sobre la infidelidad. Los resultados muestran que el 35% de los encuestados considera que la infidelidad en la cultura popular es menos escandalosa que en el pasado, y un 27% señala que esto se debe a una mayor variedad de perspectivas sobre el tema. Este cambio en la percepción se debe en parte a una mayor aceptación de las diferencias individuales en la manera de llevar las relaciones y una disminución de los tabúes que rodean la infidelidad.

En un estudio de Sigma, se reveló que el 26,6% de las personas ha sido infiel alguna vez, aunque el 84,7% prioriza la fidelidad en sus relaciones, y uno de cada cuatro perdonaría una infidelidad. Estos datos indican que, aunque la infidelidad sigue siendo un tema sensible, la sociedad está comenzando a ver las relaciones de una manera más matizada y menos rígida.

En este contexto, emerge un término para describir a aquellos que, aunque están en relaciones monógamas, son infieles en secreto: los ‘cake eaters’. Estos individuos, generalmente casados y satisfechos con sus parejas, tienen relaciones sexuales regulares con ellas pero también buscan aventuras extramatrimoniales sin intención de divorciarse o separarse.

Arola Poch, sexóloga de la red social liberal Wyylde, explica que los ‘cake eaters’ no necesariamente desean el poliamor, sino que operan dentro de un malentendido mundo liberal, donde la honestidad debería ser primordial. La falta de confianza para discutir estos deseos con la pareja, el miedo a no ser comprendidos, o simplemente el morbo de lo prohibido son algunas de las razones que esgrimen estos individuos. “Si no se está a gusto con el modelo de relación, lo más recomendable es hablar con la pareja y considerar nuevas fórmulas de relación en las que las mentiras no tengan cabida”, señala Poch.

La Encuesta sobre relaciones sociales y afectivas pospandemia (III) del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela que el 47,6% de las personas está de acuerdo en que una persona puede tener “dos o más relaciones afectivo-sexuales a la vez”, y el 41,4% indica que las parejas pueden acordar tener relaciones sexuales fuera de la pareja sin vínculo sentimental. Esta apertura hacia diferentes formas de relación muestra un cambio significativo en la manera en que se entiende el compromiso y la fidelidad.

Flavia Dos Santos, sexóloga de Gleeden, una plataforma de encuentros no monógamos, argumenta que estas aplicaciones brindan libertad para tomar decisiones basadas en necesidades individuales, permitiendo que el deseo y el amor no necesariamente estén ligados. “El hecho de que más personas estén abiertas a discutir y negociar los términos de sus relaciones muestra un progreso hacia una mayor comprensión y aceptación de las diferencias individuales”, comenta Dos Santos.

En un reciente artículo en The Cut, la periodista Magdalene J. Taylor profundiza en la psicología de los ‘cake eaters’, como Rob, un treintañero que encontró el término en Reddit. Para él, es una manera más aceptable de admitir la infidelidad. Rob disfruta de la emoción del acto ilícito y aclara en sus perfiles de citas que no busca relaciones a largo plazo con sus amantes.

El foro de Reddit muestra que muchos usuarios se vuelven adictos a estas infidelidades. F. Pittman, en su libro “Mentiras privadas”, sostiene que las conquistas amorosas pueden ser adictivas, lo que explica por qué los ‘cake eaters’ se enganchan a estas conductas. La excitación de la transgresión y el placer del acto ilícito actúan como un reforzador de conductas, lo que podría generar una especie de adicción.

Arola Poch añade que “lo prohibido en el sexo siempre ha generado morbo. La excitación de la transgresión puede ser muy estimulante y el placer actúa como un reforzador de conductas, lo que podría generar adicción”. Este ciclo de búsqueda de lo prohibido y la satisfacción inmediata crea un patrón difícil de romper para muchos ‘cake eaters’.

La existencia de los ‘cake eaters’ plantea preguntas profundas sobre la naturaleza del compromiso y la satisfacción en las relaciones modernas. ¿Es posible mantener una relación saludable y duradera mientras se busca la emoción de lo prohibido fuera de ella? ¿Hasta qué punto se puede negociar la fidelidad sin que se rompa la confianza fundamental en una relación?

La respuesta a estas preguntas varía según las perspectivas individuales y culturales. En algunas culturas, la infidelidad sigue siendo un tabú absoluto, mientras que en otras se está comenzando a ver como una parte natural de la complejidad humana. Lo que es claro es que la manera en que entendemos y vivimos las relaciones está cambiando, y con ello, la manera en que lidiamos con la infidelidad.

Los ‘cake eaters’ representan un fenómeno complejo donde el deseo, la satisfacción personal y la infidelidad se entrelazan en un equilibrio delicado. La evolución de las percepciones sociales sobre la infidelidad y las nuevas formas de relación plantean preguntas profundas sobre la naturaleza del compromiso y la satisfacción en las relaciones modernas. La aceptación o condena de estas prácticas variará según las perspectivas individuales y culturales, pero es innegable que los ‘cake eaters’ han encontrado su lugar en el discurso contemporáneo sobre las relaciones amorosas.

Este fenómeno no solo desafía las normas tradicionales de la fidelidad, sino que también invita a una reflexión más amplia sobre la autenticidad, la comunicación y la confianza en las relaciones. A medida que continuamos explorando y entendiendo estas dinámicas, es esencial mantener un diálogo abierto y honesto sobre nuestras expectativas y necesidades en las relaciones. Solo así podremos construir vínculos más sólidos y auténticos, adaptados a las realidades del mundo moderno.

Los ‘cake eaters’ representan un fenómeno complejo / Freepik

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