VIDEO. La Plata Polo Club, propuestas para romper la rutina en el corazón de Los Hornos

En nuestra ciudad, hay una amplia gama de propuestas originales para pasar el día al aire libre y poder disfrutar de la particular relación, entre los humanos y los caballos, en diferentes formatos. Una de ellas es La Plata Polo Club, ubicada en 161 y 76 de Los Hornos. Allí se pueden dar los primeros pasos en la equitación, el polo o disfrutar de una tarde de cabalgata. 

A esta propuesta la llevan adelante los hermanos Juan Bautista y Joaquín Condomí Alcorta y, para participar, no hace falta ser socio. Su fuerte son las clases de polo, actividades ecuestres y cabalgatas y también ofrecen un “Polo Holidays” con alojamiento y comida incluida por una semana. 

Sobre el “Polo Holidays”, que consiste en una semana de alojamiento y actividades, Juan Bautista comentó: “Traemos muchos extranjeros de Europa, Estados Unidos, vienen de Asia, de todos lados. Lo que hacemos acá es enfocarnos mucho en la relación entre el jinete y el caballo”. 

Durante la semana de polo -que tiene todo incluido- hay una clínica de deporte a la mañana que se enfoca en lo que es el deporte en sí, hay descanso para el almuerzo y tiempo de ocio y durante la tarde es el momento de los checkers (partidos). Desde la primera clase, los alumnos ya se suben al caballo. Todo es dirigido por Juan Bautista que, además del dueño, es profesor. 

Cómo comenzó

El club empezó hace muchos años, cuando ellos tenían  dos o tres años. Comenzó su abuelo con su padre y los hermanos, en otro establecimiento. Hace algunos años, ellos tomaron las riendas. Al principio era un ambiente muy familiar pero quisieron abrirlo a la sociedad.

Un mito que quieren derribar los hermanos Condomí Alcorta es que “el polo es un deporte elitista o caro”. “Muchos tienen el concepto de que es muy inaccesible, pero acá lo que buscamos es transmitirle el polo a todas las personas que quieran, sin importar la edad, el género o el peso. Lo más importante es tener ganas”, destacó Joaquín.

Para ellos es “un estilo de vida” vivir rodeados de caballos. Aunque ambos tienen sus profesiones y se han dedicado a sus carreras, desde que tomaron las riendas de La Plata Polo Club, le destinan todo su tiempo. 

El club está abierto todo el año. Las actividades grupales y recreativas se realizan los jueves y sábados, con horarios a coordinar. Se puede rentar un espacio para dejar al caballo propio y tener la libertad de utilizar las instalaciones “como si estuvieras en tu casa”. 

Dado que no cobran una cuota social, es fundamental la ayuda de quienes forman parte de esta familia: “La gente que viene al club aporta. Si hay que mejorar el picadero, por ejemplo, se habla con todos los que lo utilizan o quienes pueden ayudar y vamos mejorando así. La única manera de formar parte del club es viniendo”. 

Los sábados, después de las clases, hacen un asado entre todos y comparten el día completo. También se organizan días de campo con cabalgatas en familia. 

Durante los fines de semana hay partidos, cuando las condiciones climáticas lo permiten y, en fechas específicas, se organizan torneos. Las puertas están abiertas todo el año para quienes son habitués.

El público en general puede alquilar caballos, participar de las cabalgatas y los servicios que ofrece el club. Los partidos y torneos son con entrada libre y gratuita y se anuncian en sus redes sociales. 

Cómo se juega al polo y qué se necesita

“El polo no es un deporte, es un estilo de vida”, aclaró. Para participar de la escuela de polo, el club provee de todos los elementos de seguridad como el casco y polainas para proteger los pies de los chicos. 

Quienes prefieran llevar su indumentaria, es importante que opten por un calzado cómodo “lo más parecido a una bota que se pueda llegar a tener”. El resto es prestado por el club, ya sean las pilchas (ropa del caballo) hasta la fusta y la ropa de los chicos. Los caballos son preparados por los petiseros (empleados del club dedicados a su cuidado). 

El dueño de un caballo, o quién quiera dedicarse al polo, deberá contar con los elementos fundamentales: polainas, casco, botas, rodilleras y tacos. Para jugar se utilizan botas de cuero largas y duras, rodilleras de protección, pantalón blanco, casco, anteojos y taco de polo. En tanto, el caballo necesita vendas, embocadura y montura. 

El polo se juega de a cuatro jugadores por equipo, dependiendo del nivel del torneo. Se pueden jugar entre cuatro y ocho chakers (tiempos del partido): “Generalmente, en cada chacker se cambia de caballo. Duran 6.30 minutos cada uno, se toca una primera campana y después se toca otra campana más a los 30 segundos”. 

Se forma con un delantero, un mediocampista “que baja y sube”, un tercero como armador del equipo y el cuarto que es un defensor. 

En cuanto a las reglas básicas, Juan Bautista indicó: “La bocha forma una línea imaginaria en el momento en que impacta en un caballo o un taco de polo. Esa línea vos no la podes cruzar con tu caballo, si la cruzas y le pegas a la pelota sería un full. Después, no podes cruzarte a 90º, siempre hay que entrar no en ángulo a tomar a una persona. Esas son las fundamentales”. 

Un detalle que resaltó Joaquín es que la cantidad de clases para poder jugar al polo depende mucho de cada persona, sus aptitudes, miedos y ganas. Sin embargo, desde la primera clase los alumnos se suben al caballo para empezar a generar esa confianza con el animal: “Es sumamente necesario para relacionarse con él y sentirse seguros”. Esto también tiene que ver, sumó Juan Bautista, con la continuidad que se le da: “Si vos venís a una clase por semana y después faltas una o dos, vas a tardar un poquito más en jugar”.

Los caballos y su relación con el hombre

Una de las cuestiones que se enseñan en La Plata Polo Club es a conocer al animal, cómo cuidarlo, cómo reconocer cuando tiene dolor o está mal, no se siente bien o necesita más peso: “Es fundamental darle la importancia que se merece. Ellos nos dan muchísimo y nosotros, a cambio, lo único que tenemos que saber cómo cuidarlos”. 

En La Plata Polo Club hay más de cien caballos en actividad. A su vez, crían, hacen domas y rotación para que tengan descanso. Uno de los beneficios del contacto con estos animales es que “transmite mucha paz, disminuye el estrés y calma”. 

Para practicar este deporte “cualquier caballo” puede, pero hay que enseñarle: “Tiene que ser dócil, manso, tener buen carácter. No puede ser muy nervioso pero, a la vez, tener velocidad. Entonces, por eso es difícil conseguir caballos buenos para polo”. 

Entre las cuestiones más importantes a la hora de la prevención en el contacto con un animal de ese porte, una es el respeto a su estado de ánimo. “Hay que saber ver al caballo, no pasar por detrás de las patas porque te puede patear. El caballo, en general, es manso acá en la escuela y está acostumbrado a la gente, pero vos no sabes cuándo se puede espantar con una mosca y patear. Por eso, siempre a los chicos se lo explicamos”, resumió Juan Bautista.

A modo de entender por qué decidió dejar su profesión de lado para dedicarle sus días a la actividad, Joaquín resaltó: “El caballo te transmite tranquilidad, baja el estrés, te lleva la vida. Yo me levanto y me acuesto con una sonrisa gracias a esto”. 

En esta misma línea, su hermano cerró: “Los caballos son mi vida. Todo el mundo tiene que probar, aunque sea darse esa oportunidad”.