VIDEO. Museo Histórico Militar Teniente General Julio Argentino Roca: El acervo patrimonial y el sillón de San Martín

En 143 y 632 de Arana, en las afueras de La Plata, se encuentra el Museo Histórico Militar Teniente General Julio Argentino Roca. Perteneciente al Regimiento de Infantería Mecanizado 7 Coronel Conde tiene, desde su creación, el 19 de octubre de 1963, la misión y el objetivo de transmitir la historia de esta unidad bicentenaria del Ejército Argentino, que acompañó a la patria desde 1810.

“El Museo está abierto a la comunidad, se puede visitar de lunes a viernes de 9 a 13 hs, y también por la tarde o los fines de semana coordinando previamente por WhatsApp al 221 6765554. Es, además, un pilar fundamental en la formación de su propia gente. Hay muchos objetos y 'joyitas de la abuela' muy interesantes”, consideró el Subteniente Gastón Lombardi, a cargo de la Dirección y quien ofició de guía en el recorrido.

Cuenta con diversos objetos y todos sus expositores y paneles van en un derrotero histórico a lo largo de la vida de lo que es el Regimiento 7.

Regimiento sanmartiniano, guardián de sus pertenencias y su legado

El batallón fue creado por un decreto de la Junta de Mayo el 21 de noviembre de 1810 en Cochabamba, en el Alto Perú, actualmente Bolivia. Participó en las campañas de la Independencia y tuvo sus dos primeras pruebas de fuego en Huaqui y Sipe Sipe, que fueron dos derrotas.

Fue disuelto casi por un año. En 1813 se volvió a abrir, participó en el Ejército del Norte bajo la orden de General Belgrano y luego formó parte de la campaña libertadora del Ejército de los Andes que estaba armando el general San Martín en Mendoza y de las grandes hazañas que fueron Maipú, Chacabuco, la campaña al sur de Chile, Talcahuano, Gavilán.

Siguió la expedición libertadora hacia Perú, fue uno de los partícipes y firmantes de la independencia del Perú. Terminada la campaña en 1824 con Junín y Ayacucho y en las que el regimiento participó y de las que se cumplen 200 años de estas dos grandes batallas que aseguraron la independencia de la América del Sur, el regimiento volvió al país.

Es un Regimiento sanmartiniano porque cruzó los Andes bajo las órdenes del General José de San Martín y tal es así que su bandera histórica, aparte de la bandera de guerra, es la bandera de Los Andes.

El Museo es guardián de algunas pertenencias del General José de San Martín, entre ellas, una condecoración de oro y brillantes, que es la Orden al Mérito de Chile que recibió por la batalla de Chacabuco -decisiva en la Independencia de Chile y en la cual combatieron el Ejército de los Andes-, formado por tropas de las Provincias Unidas del Río de la Plata y chilenas exiliadas en Mendoza, y el Ejército Realista, resultando victoriosa para el bando independentista comandado por San Martín, el 12 de febrero de 1817.

También se puede observar un sillón, que “es una obra de ingeniería para la época bastante avanzada, y que lo hizo hacer el General con un ingeniero inglés, siguiendo las indicaciones que él mismo le dio”. “Tiene el atril que es rebatible y en la parte de atrás tiene distintas posiciones para relajar la espalda. Allí se sentaba el mismísimo San Martín a leer. Era su sillón”, relató el Subteniente Gastón Lombardi, Director del Museo Histórico Militar Julio Argentino Roca, quién observa orgulloso esa reliquia.

De la Campaña al Desierto a la fundación de la UNLP

La bandera más antigua que hay del regimiento es de la época cuando el Teniente Coronel Julio Argentino Roca fue segundo jefe y luego jefe de esta compañía: “Este es el Regimiento del General Roca, dos veces Presidente de la Nación, y que fue ascendido en el campo de batalla a Coronel, aquí tenemos una foto de un joven Julio Argentino Roca, el armamento de la época, varios objetos de las campañas del afianzamiento de la soberanía territorial”.

Entre 1874 y 1880, se llevó a cabo la Campaña al Desierto. El Museo expone diferentes elementos encontrados en el fuerte General Paz, en el sur de Córdoba. También hay objetos de Ignacio Hamilton Fotheringham, un militar argentino de origen británico que participó en la Guerra del Paraguay, la guerras civiles argentinas y la Conquista del Desierto, y era el jefe del Regimiento durante la campaña al Chaco. Se lucen allí su quepi, su libreta, objetos personales, su tintero, el cinturón de su uniforme, parte de su chaquetilla y un Winchester original que se usaba en esa época.

En el área de la Campaña al Chaco, entre 1880 y 1917, se pueden observar imágenes de las cocinas Chouciño, que son un invento creado por el Teniente Coronel Luis Chouciño, jefe del Regimiento 7, y se usaron hasta que llegaron las famosas, “morocha”, las cocinas de campaña tipo norteamericana, a fines de los años 50.

Del Siglo XX, cuando el Regimiento se instala en La Plata, hay registros fotográficos de edificios públicos y la Catedral en plena construcción; las fotos de los dos presidentes de la Nación de lo que se conoce como “La Década Infame” que comenzó el 6 de septiembre de 1930 con el golpe de Estado cívico-militar que derrocó al presidente radical Hipólito Yrigoyen.

Finalizó el 4 de junio de 1943 con el golpe de Estado militar que derrocó al presidente conservador Ramón Castillo y renunciaron a sus cargos de presidente en el Regimiento, sobre el escritorio que también está en el Museo, luego de las revoluciones producidas en esos años ya que se refugiaron aquí, en la ciudad de La Plata.

Además, muy ligado a la ciudad, se puede observar el despacho, una libreta, la pistola y la chaquetilla de quién también fuera el alférez Agustín Álvarez, que hizo su carrera hasta el grado de capitán en el Regimiento 7 y llegó a general, y que junto con Joaquín B. González, fundaron la Universidad Nacional de La Plata.

También hay material de los dos primeros caídos del Regimiento del siglo XX, José Luis Vitali y Raúl Di Paolo, en el primer combate terrestre aeronaval de la historia argentina, el 16 de septiembre de 1955, en la Batalla de Río Santiago.

La muestra se completa con diversos objetos de las distintas épocas, de todos los periodos desde principios del siglo XX hasta los años 80, un casco de corcho de palmera, el casco suizo, el casco alemán, los uniformes tipo prusiano que se utilizaban a principios del siglo, hasta los años 30, 40, el uniforme tipo alemán, y ya para la década del 60, el uniforme tipo norteamericano.

Malvinas: cartas, uniformes y la Bandera del Regimiento

Gran parte del lugar está destinado a los movimientos de la guerra, historia, flora y fauna de las Malvinas: granadas, uniformes, las raciones, las cartas que se mandaban, lo que había en las raciones como fue una botellita de una bebida espirituosa, cigarrillos, chocolates y leche en polvo; las carpas, las camperas, los calzoncillos largos, las medias, las identificaciones de prisioneros y se destaca una de los últimas adquisiciones del año 2018, cuando se reconocieron los cuerpos en el cementerio Darwin, elementos que se encontraron en el cuerpo y que pertenecen al cabo primero Darío Rolando Ríos, del Regimiento 7 junto a su legajo personal.

También se expone un uniforme inglés original, que trajo un Cabo de ese país que visitó nuestras tierras en 2002, y quiso conocer el Regimiento contra el cuál había combatido. La Bandera del Regimiento volvió sana de Malvinas y está en la entrada, en un lugar privilegiado, vigilando todo el museo en ese sitial de honor.

“Es, creo, la pieza más importante de nuestro museo. Tiene tierra de Malvinas, sangre de nuestros héroes. Rasgos. El vestigio de la guerra con sus rajaduras en la tela, en el paño. Solo abandona este lugar los días 11 de junio, aniversario del combate de Monte Longdon y es portada por veteranos de guerra, ellos son los encargados de transportarla hasta el lugar central de la ceremonia y es a ella a la que se le rinde honores durante toda la ceremonia, representando el juramento de nuestros caídos”, aseguró emocionado Lombardi.

Se destacan también las importantes copias de cartas originales entre el Capitán Felipe Ruiz Puentes, comandante de Malvinas y el Gobernador de Buenos Aires en la época Española Francisco de Paula Bucarelli, donde se habla de las Islas como parte de la gobernación de Buenos Aires, echando por tierra, allá por 1766 y 1767, toda la teoría inglesa sobre su derecho sobre ellas.