Las librerías “en peligro” por la acentuada caída en las ventas

Los efectos de la recesión, que impacta en las librerías más que en otros sectores de consumo esencial; los valores en los alquileres de los locales, que se volvieron “impagables”; y el aumento en las facturas de los servicios. Esa combinación de factores pone en jaque la actividad de las librerías independientes de la Ciudad, cuyas ventas cayeron, en el primer semestre del año, comparado con el mismo período de 2023, entre un 20 y un 25 por ciento.

Plantea en un comunicado el colectivo Librerías Independientes de La Plata que por las políticas económicas “se está matando también a la cultura”. Según afirma el nucleamiento, el sector “está en peligro” por el bajo consumo en libros, que ha reducido en mucho los ingresos en esos comercios; la “descomunal” escalada en los costos de los alquileres (“el libre mercado no ayudó a que bajaran los precios, sino todo lo contrario”, aseguran sus integrantes), a lo que se le agrega la posibilidad, anticipada por el gobierno nacional, de derogar la Ley de Defensa de la Actividad Librera (25.542/2002), que establece un valor de venta al público uniforme.

Con ese precio único al consumidor final se protege a las pymes dedicadas a la venta de libros frente a las grandes cadenas que por ser más fuertes desde el punto de vista económico pueden, sin tanto riesgo a perder, realizar promociones y descuentos especiales.

“La baja de las ventas, porque la gente compra menos libros, está llevando a cerrar las librerías o a adaptarse a la situación de distintas maneras, por ejemplo, los libreros dejan el local porque ya no pueden pagar el alquiler y la venta la realizan a través de show rooms, a puertas cerradas”, precisó Juan Francisco Salvarezza, de la librería de la calle 55 entre 6 y 7. Según estimó el comerciante, la caída de la actividad fue entre un “20 y 25 por ciento” en el primer semestre de este año y en relación al mismo lapso de 2023.

Cierto es que en lo que va de 2024 son varias las librerías que bajaron definitivamente la persiana. Tales son los casos de Ulpiano, Scotti, Papiros, El Aleph que funcionó largos años en calle 12, Don Cipriano, Kaurismaki y Cariño (Villa Elisa), mencionadas en el comunicado de Librerías Independientes como ejemplos de las consecuencias de la recesión.

Coincidieron libreros y libreras que consultó EL DIA en que los precios de los títulos impresos se mantienen estables desde, aproximadamente, marzo último. Sin embargo, fue tal el salto en los valores para la venta al público tras la devaluación de diciembre pasado, que no se ha logrado compensar con un mejor poder adquisitivo de los consumidores. “Como esos aumentos no se equipararon con ajustes en los salarios, los 22.000 y hasta 30.000 pesos que cuesta desde entonces un libro no son fáciles de pagar, y quien llevaba tres libros ahora lleva uno, y quien llevaba uno, ahora no lleva ninguno”, sintetizó Salvarezza.

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En esa línea, Guadalupe Reboredo, dueña de una librería de la calle 42 entre 8 y 9, señaló que el consumo en bienes culturales se reduce porque “la inflación parece bajar, pero la luz, los alquileres y los impuestos suben, y algo como los libros son un gasto que se puede recortar frente a la necesidad de comer”.

Frente a la propuesta del gobierno de suprimir la ley de Defensa de la Actividad Librera, Reboredo objetó el proyecto porque, subrayó: “en lugar de que exista un mismo precio para las librerías de todo el país y que las chicas puedan competir, favorecerían a las grandes cadenas, que tienen otra espalda para ofrecer promociones”.

Por su parte, la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines -FALPA- le transmitió la preocupación por la iniciativa de eliminar el precio unificado para los libros al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. Y se comprometió la entidad, asimismo, a elaborar una serie de propuestas que abaraten los costos en la producción de textos publicados en papel sin tocar la ley que protege a las pequeñas y medianas librerías.

“Ya vimos las experiencias de Brasil y de Inglaterra al liberar los precios de los libros -apuntó Jorge García, presidente de la Federación-, y cómo afectó a las chicas y medianas. Entró Amazon en el mercado, los autores zonales dejaron de publicar porque empiezan a desaparecer las editoriales más chicas, cierran las librerías y arruinan a toda la competencia. En Brasil las dos cadenas más grandes entraron en proceso de quiebra. Encima, al principio bajan los precios, pero como se convierte en monopolio, después los encarecen. Sería una catástrofe cultural en la Argentina”.