Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
La Ciudad |Varios expertos prevén que hacia 2100 la región será castigada por crecidas reiteradas del plata, algunas posiblemente devastadoras

El agua avanza: el cambio climático y un duro pronóstico para la Costa y nuestra región

En el peor escenario, Ensenada y Berisso perderían parte de sus territorios, si no la totalidad, en el mediano plazo

El agua avanza: el cambio climático y un duro pronóstico para la Costa y nuestra región

Las localidades ribereñas y los barrios situados en cotas bajas, cada vez más vulnerables / césar santoro

12 de Enero de 2025 | 01:33
Edición impresa

La Argentina se encuentra entre los países con territorios costeros que podrían sufrir mayores consecuencias por la subida del nivel del mar. Y una de las zonas en jaque corresponde a la CABA, el Gran Buenos Aires, e incluye parte de nuestra región.

La costa argentina, desde el Delta del Paraná hasta los extensos balnearios de la provincia de Buenos Aires, y más allá, hacia el Atlántico Sur, enfrenta una amenaza creciente: el ascenso del nivel del mar y las consecuencias del cambio climático. Estudios recientes y simulaciones advierten sobre los riesgos de corto plazo para ciudades como Berisso, Ensenada, Quilmes, la propia capital federal e incontables localidades balnearias.

De acuerdo con el colectivo Earth.Org, el crecimiento incesante de los niveles de gases de efecto invernadero ha coincidido con un aumento constante de las temperaturas globales, y los últimos diez años constituyen los diez años más calurosos registrados. Ahora se sabe que 2024 encabeza la clasificación, superando a 2023, y que fue el primer año por encima de 1,5 °C, el umbral crítico para el calentamiento global establecido en el Acuerdo de París de 2015.

“Nuestro mundo está superando a toda velocidad el límite de calentamiento que requiere un futuro habitable, y se está encaminando a los 2,8 grados que son una sentencia de muerte para los países vulnerables” subrayó meses atrás el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.

Aún cuando la temperatura global aumente “apenas” los citados 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, más de un millón de habitantes del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), al menos uno de cada diez del total, viven en tierras que se prevé que queden por debajo del nivel del mar -aunque algunas protegidas temporariamente por tierras más altas-. Así lo evaluó Benjamin Strauss, director general y científico jefe de Climate Central, que publica periódicamente mapas interactivos con probables escenarios futuros.

En ese campo, de acuerdo con simulaciones publicadas en Nature Communications, para el año 2100 el nivel del mar podría aumentar hasta 1 metro con 10 centímetros. Este fenómeno, en combinación con cada vez más frecuentes sudestadas y lluvias intensas, que ya se están insinuando, conformaría una “tormenta perfecta” que tendría como saldo inundaciones recurrentes y daños significativos en infraestructura y ecosistemas.

Desde el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (nombre en español para la sigla inglesa IPCC), se interpreta que, en nuestro medio, el agua que venga desde arriba será una amenaza igual o mayor a la del agua que llegue por la suba del nivel oceánico: “van a haber problemas en el frente del Delta y en la planicie que se inunda habitualmente, los bañados de Berisso, Ensenada, Quilmes, Berazategui...”.

Así las cosas, la región del estuario del Río de la Plata es particularmente vulnerable. El ingeniero hidráulico platense Claudio Velazco advierte que “la combinación de un aumento del nivel del mar y tormentas más intensas podría anegar permanentemente amplias zonas de Berisso y Ensenada, modificando drásticamente su geografía. No es posible asegurar que las proyecciones se cumplan exactamente, pero si no actuamos, el cambio será cada vez más dañino e irreversible”. En su análisis, señala que con un aumento del nivel del mar de hasta 2,8 metros, gran parte del tejido urbano de Berisso podría desaparecer bajo el agua.

Estas ciudades, con parte de su identidad vinculada a actividades pesqueras y portuarias, podrían perder, como mínimo, franjas importantes de sus playas y humedales, que funcionan como barreras naturales frente a tormentas. Los balnearios de Punta Lara serían los primeros en formar parte de esta “nueva Atlántida”, tan pronto como en el año 2050.

la peor perspectiva

Según Earth.Org, una organización de alcance global dedicada al estudio del cambio climático, la situación podría empeorar con una suba global de dos metros en los océanos, algo improbable pero para nada imposible; el reporte más reciente del IPCC reveló que el nivel del mar aumentó unos 15 centímetros durante el siglo XX, y está subiendo dos o tres veces más rápido. Para 2100, podría crecer entre 30 y 60 centímetros, pero sólo si las emisiones de gases se reducen drásticamente; si aumentan, ese podría ser el piso de una elevación aterradora.

Los impactos de las crecidas en el Río de la Plata pueden ser graves si se combinan con tormentas. Con sólo un aumento de 50 centímetros del nivel del mar, centenares de miles de personas del AMBA podrían verse afectadas. Actualmente, cerca de 200 mil habitantes del Gran Buenos Aires padecen estos sinsabores, un número que bien podría triplicarse.

Los balnearios de Punta Lara serían los primeros en desaparecer, tan pronto como en 2050

En la Costa Atlántica bonaerense, los efectos de la erosión costera son palpables. Estudios satelitales muestran que las tormentas intensas generan retrocesos significativos en los médanos y playas, elementos vitales para la protección de comunidades frente al oleaje y las inundaciones. Es un proceso que lleva décadas -fue denunciado por el profesor Rubén Pablo Echeverría en su indispensable y quijotesco libro de 1987, “Salven a las playas argentinas”-, y que se agravará si encima empieza a crecer el nivel de las mareas.

La situación también tiene un impacto económico y social severo. La mitad de las playas arenosas del mundo podría desaparecer para el 2100, según un estudio publicado en Nature Climate Change. Esto representa no solo un golpe a la biodiversidad, sino también a las economías locales que dependen del turismo costero. Mar del Plata, Pinamar y Villa Gesell, entre otras, podrían transformarse de destinos icónicos a terrenos erosionados y peligrosos.

En las costas de Pehuen Có, por citar uno de estos “paraísos costeros” en peligro, la situación es urgente. Cada nueva tormenta devora la arena y y genera una suerte de acantilados en los médanos. Los intentos de frenar el fenómeno se hacen con bolsas de arena.

suena la alarma

Es que algunos municipios empiezan a reconocer la adaptación climática como prioridad. Pero los expertos abogan por políticas deben ser más contundentes. Diseñar sistemas de drenaje modernos, preservar los humedales y prohibir construcciones en zonas de riesgo son algunas de las recomendaciones clave.

Horacio de Beláustegui, presidente de la Fundación Biósfera local, destaca la importancia de las playas como barreras naturales: “Sin ellas, los impactos de tormentas e inundaciones serán mucho más severos. Actividades humanas como la urbanización y la reducción de sedimentos han exacerbado la pérdida de litorales. Y las proyecciones más críticas apuntan a que en Berisso, Ensenada y otros sectores costeros, esto podría ser irreversible si no se toman medidas”.

“Es como que no aterrizamos en lo que está pasando. No solamente van a estar amenazadas las costas, sino la salud, la economía, la biodiversidad, la vida cotidiana. Y eso que acá estamos en un escenario de alguna forma favorable. Pero ojo, lo que está pasando en este momento en Los Angeles puede pasar en nuestros bosques...” advierte el platense, director del Observatorio de Cambio Climático de la Universidad Nacional de Luján: “creo que se hace muy poco para comunicar a la gente, para informar las acciones que van a ser imprescindibles, tanto de adaptación como de mitigación. Por dar un ejemplo ¿tratamos de andar más en bicicleta o a pie y no tanto en auto? Tampoco hay políticas de Estado. Y además, es necesario asumir que como ciudadanos tenemos derechos pero también obligaciones”. A medida que el cambio climático avanza, el tiempo para actuar se reduce drásticamente. La pregunta ya no es si el agua llegará o no, sino cuánto territorio podremos proteger para entonces.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
Multimedia

Las localidades ribereñas y los barrios situados en cotas bajas, cada vez más vulnerables / césar santoro

Las crecidas del Río de La Plata, un drama en la Ribera / EL DIA

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla