Méndez y su peor momento en el Lobo

El tremendo golpe que Gimnasia sufrió frente a Instituto en el primer partido del Torneo Apertura 2025 agitó las aguas de la vida interna del Tripero a todo nivel: hay cuestionamientos institucionales, políticos y deportivos muy fuertes, que traen el arrastre de las anteriores dos temporadas de la actual conducción de Mariano Cowen.

Marcelo Méndez, que había estado al margen de los grandes cuestionamientos gracias a aquel buen inicio de ciclo, hoy perdió gran parte de sus “superpoderes”. Por eso, más allá de los rumores en torno a su futuro -que lo hay, en algunos casos desde la preocupación genuina por los resultados y en otros en pos de un rédito político- el entrenador uruguayo pasó a estar en el centro de la escena, a partir del armado del equipo en Alta Córdoba, de la fidelidad a rajatabla a su idea táctica idea y de la aceptación de refuerzos -para muchos hinchas- de escasa jerarquía.

Si en el final del campeonato pasado por primera vez surgieron críticas al entrenador y quedó la sensación de que el agua había empezado a tocarle los pies, las características de la derrota en Córdoba profundizaron esa línea. Méndez paró un equipo con Diego Mastrángelo fuera de puesto -luego de ser suplente en San Martín de Tucumán, el central podía dar una mano en el lateral izquierdo, pero de ninguna manera ser salida convertido en un volante más- y con un eje central tan endeble que no pudo recuperar el balón y mucho menos jugarlo, con Nicolás Garayalde y Lucas Castro haciendo lo (poco) que pudieron frente a los mediocampistas del equipo de Pedro Troglio.

Desde hace muchos partidos Gimnasia viene penando. De hecho, perdió cinco de los últimos seis partidos oficiales y los amistosos en Uruguay, al margen de las tres victorias, no dejaron margen para el optimismo: no se vio una evolución futbolística. Fue más de lo mismo, un equipo que tiene una idea que no puede expresar dentro de la cancha, con el mediocampo como zona de transito (que los rivales transitan mejor), una defensa que no da seguridad (y que tuvo una muy floja presentación del arquero Luis Ingolotti) y una delantera que es un problemas desde la venta de Benjamín Domínguez, cuando perdió desequilibrio por la banda. Encima, sin gol.

Una derrota como la sufrida en Córdoba dispara rumores de todo tipo, máxime cuando en Gimnasia sobran ejemplos de ciclos que comenzaron bajo la lupa y duraron apenas un puñado de partidos del nuevo campeonato. Le pasó a Sebastián Romero, que solo tuvo tres partidos de la Copa de la Liga 2023 luego de la Liga Profesional. Más atrás en el tiempo, ciclos como los de la dupla Martini-Messera (con cuestionamientos de la propia dirigencia), Guillermo Sanguinetti o el colombiano Francisco Maturana marcan a las claras que -muchas veces- es muy difícil sostener un ciclo carente de resultados.

¿Es el caso de Marcelo Méndez? No, al menos desde el respaldo dirigencial. Se ha trabajado en la llegada de refuerzos solicitados por el entrenador (que incluso expresó en el estadio Juan Domingo Perón que la llegada del colombiano Junior Moreno es un pedido suyo) y un mal inicio de torneo, con todos los errores habidos y por haber en 90 minutos, no cambian una idea.

LE PUEDE INTERESAR

Carrillo o Alario: Domínguez define pensando en Huracán

LE PUEDE INTERESAR

Ander Herrera será baja para el cruce en Santa Fe

De los últimos 6 partidos oficiales, Gimnasia perdió 5: solamente le ganó a A. Tucumán

Los rumores, que nunca faltan, imponen fechas límites. No las hay. Gimnasia jugará mañana en el Bosque ante San Lorenzo y es obvio que necesita de un resultado positivo, el domingo 2 será visitante de Independiente y el miércoles 5 enfrentará a Deportivo Español en el marco de la fase inicial de la Copa Argentina. Luego, el domingo 9 recibirá a Godoy Cruz por la cuarta fecha del Apertura y cuatro días después irá a la cancha de Lanús a enfrentar al Granate. Sin dudas, un inicio complejo, que no tuvo el mejor debut, con muchos partidos en pocos días.

¿Cómo salir de esto? A la espera de un par de refuerzos superadores para el ataque (¿llegarán?), la respuesta la tiene el DT, que aunque sea por un reflejo de supervivencia, deberá buscar orden y estructura para un equipo demasiado vulnerable.