La inseguridad, un tema caliente en la agenda local

Por LAURA ROMOLI
lromoli@eldia.com

Entraderas, escruches, robos de autos y asaltos de motochorros quedaron esta semana a la sombra del resultado de tres homicidios en cuatro días en ocasión de robo en nuestra ciudad. Y la inseguridad, como una cuestión cíclica, vuelve a ponerse sobre el tapete en el ámbito ciudadano, primero, y político, después. Incluso, el intendente Julio Garro fue increpado al respecto por un vecino de barrio Jardín cuando realizaba una actividad de reconocimiento a los médicos del SAME: “Necesitamos más seguridad”, le gritó en pleno acto, casi como un caso testigo del reclamo que se siente en todos los barrios de La Plata.

La inseguridad siempre permanece como un reclamo latente hacia el Estado, y emerge cuando se dan estas seguidillas de tragedias de jóvenes asesinados a sangre fría para robarles unos pocos pesos y un teléfono celular. Ya al inicio de la gestión de Cambiemos los asaltos violentos figuraban como primer tema de demanda y preocupación de los platenses en los sondeos de opinión, siempre por encima de la economía, un tema que también recrudece a esta altura del año.

Garro escuchó las quejas en Barrio Jardín: “Necesitamos más seguridad”, le gritó un vecino

En este contexto intervienen variables de distinta consideración que aparecen al desanudar el ovillo. Por un lado, la sabida fórmula para combatir la violencia que es la inclusión social y la contención que debe proporcionar el Estado a personas en situación de vulnerabilidad. Este no es un camino fácil, no sólo porque el municipio no puede hacerse cargo solo de esa tarea, sino porque las consecuencias del parate económico exceden sus posibilidades a corto plazo. Según el Indec, el año pasado el desempleo en La Plata alcanzó el 10,2 por ciento. Para contrarrestar esa realidad, en manos de la Comuna está, por ejemplo, regularizar el postergado proyecto del Parque Industrial II para permitir la radicación e inversión de nuevas empresas que generen demanda de mano de obra y aporten reactivación económica a la Región. Sin embargo, el panorama muestra que ese será un largo camino.

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Por otro lado, está la prevención y represión del delito propiamente dicho. En este punto, llamó la atención la reciente presentación judicial que el propio Intendente hizo de 28 búnkeres donde presuntamente se vende droga en distintos barrios, para facilitar su desactivación sin exponer a los vecinos denunciantes. El expediente está en manos de la fiscalía dedicada a estupefacientes y hay expectativas sobre los resultados de la investigación. Pero, además, la instalación de cámaras de seguridad y la coordinación de la Policía Local también son atribuciones municipales, al igual que los controles en manos de los agentes de Control Ciudadano. En este punto, desde la Comuna se quejan por más de 200 bajas en la fuerza municipal que desde el año pasado no fueron repuestas, junto con otro tanto de agentes de la Policía Bonaerense que prestaban servicios operativos en nuestra región. Por eso, la gestión de Garro pidió al ministerio de Seguridad que le asignen a La Plata como destino a unos 500 efectivos de la fuerza provincial de los 3.000 que se graduaron en diciembre. Se aguarda la respuesta.

También el municipio espera la entrega de unos 50 patrulleros nuevos para el Comando de Patrullas, en medio de una situación harto conocida de déficit de móviles que provoca que las cuadrículas de patrullaje se cubran con demasiado esfuerzo, muchas veces, utilizando un vehículo donde debería haber dos. Con todo, Garro tiene el objetivo de llegar a fin de año con 1.000 cámaras de seguridad instaladas y un nuevo centro de monitoreo con la ayuda de fondos nacionales.