La Ciudad empezó a cambiar su fisonomía en la previa de la cuarentena general

La antesala de la cuarentena nacional se vivió de manera especial en La Plata. Después del mediodía la fotografía general fue completamente diferente a la de todos los días: la pandemia del coronavirus finalmente se instaló en los platenses.

A la falta de movimiento en los edificios públicos, escuelas, cines y restaurantes, que desde el unes cerraron sus puertas, ayer empezó a vivirse en primera persona el aislamiento general. Si bien todavía está lejos de verse lo que sucede en grandes ciudades de Italia o España, La Plata tuvo un acercamiento a la cuarentena.

En el Centro hubo menor cantidad de gente. Bares despoblados, locales comerciales cerrados y calles con lugar para estacionar a elección. Sí, en todo el radio céntrico se pudo dejar el auto en donde uno quisiese, sin vueltas ni demoras.

Pocos grupos en los bares. Más separados que de costumbre y en cantidades iguales en las meses exteriores como las internas. Los paseos comerciales casi sin visitantes. Los que por la mañana realizaban algunas compras, por la tarde desaparecieron. De hecho, varios negocios textiles empezaron a bajar sus cortinas hasta nuevo aviso. A ciencia cierta nadie sabe cuándo y cómo volverán a abrir al público.

En ese contexto una patrulla de Convivencia Control Ciudadano recorrió buena parte de la ciudad para hacer escuchar un audio donde se pedía higiene, distancia y aislamiento familiar. Y que repitió que ante cualquier tipo de duda o síntoma de la enfermedad los platenses deben comunicarse con la línea 148.

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Los grupos de gente indicaron la presencia de una farmacia, local de limpieza o pequeño comercio de alimentos. Como sólo pueden ingresar hasta tres personas, los demás esperaron en la calle. Colas de 10, 15 y hasta 20 personas en algunos casos. Como viene sucediendo desde hace unos días, sólo allí se vio concentración de personas en la ciudad.

Los taxis volvieron a padecer este panorama, ya que a los pocos platenses en la calle se le sumó el miedo a los lugares cerrados. No sucedió lo mismo con los colectivos , el único medio de transporte público que brindó un servicio económico durante todo el día.

También hubo una marcada reducción de limpiavidrios en los semáforos, “trapitos” y venta callejera. Lo que no pudieron tantos gobiernos lo hizo el miedo por el coronavirus.

La venta de alimentos también tuvo una merma. Varios puestos de comida rápida instalados en parques y plazas bajaron sus cortinas. Entre ellos el histórico de 13 y 39.

Las plazas y otros espacios verdes estuvieron despoblados. Muy poca gente pese a la tarde “primaveral”, con una temperatura que invitó para pasar un par de horas al sol. Algunos espacios como el Parque Ecológico y la República de los Niños volvieron a tener sus puertas cerradas.

En Punta Lara no hubo grandes grupos de personas, pero por las dudas el gobierno local avisó que desde el sábado sólo podrán ingresar quienes tengan domicilio allí.

Dónde hubo concentración de platenses: en los hipermercados

Por la mañana la Terminal de Ómnibus fue un centro de concentración de personas. Centenares de personas buscaron subirse a los últimos colectivos que partieron desde La Plata hacia diferentes centros de la Provincia y el país. En su inmensa mayoría, estudiantes universitarios que prefirieron hacer la cuarentena en la casa de sus padres.

Pero si hubo un lugar en donde hubo muchos platenses fue la zona de los hipermercados. Por la tarde se volcaron masivamente ante el inminente anuncio del cierre de todo por espacio de dos semanas. Largas colas para ingresar, con mucha presencia de personas de seguridad que intentaron nivelar la capacidad dentro: no más de 200 personas.

En el hipermercado de la intersección de 19 y 520 a las 16 horas hubo hasta 500 metros de cola. Fue el lugar en donde más se concentró público, con barbijos, con guantes y alcohol en gel. Pero también con mucha desesperación ante el posible desabastecimiento.

Una imagen del lugar fue la presencia de una monja apostada en la salida. A cada uno le bendecía su compra y le deseaba una saludable cuarentena. Estuvo así al menos un par de horas.

La Plata empezó a cerrar sus puertas. Y aislarse para afrontar un momento nunca antes vivido por nuestra sociedad. Algo que nadie sabe su gravedad ni duración. Pero que impactará con mucha fuerza.

En el hipermercado de 19 y 520 hubo colas de hasta 500 metros en horas de la tarde