Bio construcción: el sueño de la casa propia, en manos propias

Michael Reynolds es un arquitecto norteamericano radicado en Nuevo México, conocido por el diseño y construcción de “earthship passive solar houses”, viviendas mediante las que propone una forma de vida radicalmente sustentable. Graduado como arquitecto en la Universidad de Cincinnati en 1969, inmediatamente empezó a producir su provocativo trabajo; su tesis doctoral fue publicada en Architectural Record en 1971, y al año siguiente erigió su primera casa a partir de materiales reciclados. Para la estructura, utilizó basura cotidiana, latas de bebidas, botellas de plástico y llantas usadas. En 1972, para su “Thumb House”, creó ladrillos cableando entre sí latas de cerveza que luego unió con mortero y recubrió con yeso. Este diseño fue patentado en 1973, y bautizado por su autor “Earthship Biotecture”. Reynolds citó como epifanía el momento en que se dio cuenta de que cualquier objeto podía ser utilizado para construir; una llanta vieja podía convertirse en una poderosa y duradera masa térmica cuando era rellenada con tierra, y una botella de plástico podía ser utilizada para aislar.

Este tipo de sistemas, hoy llamados de “Bioconstrucción”, están siendo cada vez más usados por familias jóvenes para cumplir el sueño de la casa propia. Un hogar en sintonía con el medio ambiente… desde las bases. A sus 76 años, Michael Reynolds sigue cuestionando con dureza a los colegas que se apegan a las teorías y prácticas convencionales. Entiende que los arquitectos deberían construir utilizando materiales inusuales, que generalmente se consideran desechos, como por ejemplo ruedas de automóviles, por lo que sus diseños son conocidos por llevar al límite los códigos de construcción. Y al respecto, escribió cinco libros. Con el tiempo, se fueron incorporando a sus diseños paneles solares y enfriamiento geotérmico, para hacer el habitar más confortable.

“El profesional es necesario para guiar el proceso y alertar acerca de posibles cuestiones”

Fabián Melillo,
arquitecto y bioconstructor

El arquitecto norteamericano describe una de sus casas, llamada Phoenix, de la siguiente manera: “No hay nada entrando, ni conexión eléctrica, ni gas, ni agua, y nada de líneas de aguas residuales saliendo… La casa posee 23 mil litros de agua, cultivos de alimentos, aguas residuales internas, y 21° C todo el año… Lo que este tipo de casas hacen es poner en tus manos todo lo necesario para vivir… Una familia de cuatro podría sobrevivir en esta casa sin tener que ir a la tienda”. Estas construcciones pueden operar fuera de la red eléctrica, de agua, etcétera, requiriendo poco o ningún pago de hipoteca y sin facturas de servicios públicos.

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¿Es posible en nuestra ciudad poner en práctica algunos principios de Reynolds? Varias familias lo están haciendo. Construyen su hogar con sus propias manos, con la asesoría de arquitectos especializados en bioconstrucción, que ayudan a plantear un diseño sustentable y a elegir los materiales.

Martín Coiwa, bioconstructor

CONSEJOS DE PROFESIONAL

Hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de encarar la modalidad: los materiales a utilizar, la optimización del uso de agua, el aprovechamiento al máximo de la luz solar… Fabián Melillo es un arquitecto platense experto en esta forma de edificar casas sustentables, y ofrece algunos tips para encarar la autoconstrucción.

“Como arquitecto, bioconstructor, y siendo uno de los actores que trabajó en el proyecto de la ordenanza municipal que aprueba la construcción con tierra cruda, mi enfoque sobre este tema está hecho desde ese lugar, por lo que creo que el proceso de autoconstrucción es válido, pero la mirada profesional o de los constructores, siempre es necesaria para, al menos, guiar el proceso, compartir saberes, alertar acerca de posibles cuestiones que, tal vez, luego sean incorregibles, y por sobre todo resguardar a las personas que van habitar esa construcción”, advierte.

“Vincularse con personas que estén en el mismo proceso, para aprender e intercambiar saberes, acercarse a talleres o mingas (encuentros colectivos donde se reúnen varias personas con la intención de ayudar a un tercero en la construcción de una vivienda)… En fin, todo evento que permita incorporar información antes de largarse a hacer la casa propia es importante”, añade.

“Lo que este tipo de casas hacen es poner en tus manos todo lo necesario para vivir”

Entre los principales tips que brinda Melillo, están los de “prestar atención a la ubicación del espacio o porción de terreno en cuanto a la orientación y las particularidades como árboles, construcciones cercanas, proximidad a la línea municipal, etc., datos que van a determinar en qué lugar se va a construir la vivienda para que sea lo más eficiente posible” e “Intentar conseguir los materiales y recursos lo más cerca posible del emplazamiento de la construcción”.

En este tipo de obras, salir en busca de precios y darles segundas oportunidades a las cosas (reciclado) ayuda mucho a la economía del proyecto. Cabe destacar que hoy no existe reglamentación nacional que se refiera a construcciones con tierra cruda. Por eso, se realizan modificaciones sobre las reglamentaciones vigentes en cada provincia y municipio.

Melillo está trabajando en el tema, junto al Concejo Deliberante local, y explica que “la ordenanza que aprueba la construcción con tierra cruda en la ciudad se empezó a trabajar con un colectivo de personas allá por marzo del 2020 y plantea, básicamente, levantar la prohibición del sistema, permitiendo construir viviendas en terrenos periféricos, que no estén pegados a las medianeras, permitiendo a las personas habitar una vivienda digna, que esté en armonía con el medio ambiente, con una baja huella de carbono y un considerable ahorro energético y que cuide la salud de quienes la habitan. En el proceso de trabajo se logró el aval del Colegio de Arquitectos y del Laboratorio de Arquitectura y Hábitat Sustentable y el visto bueno de la secretaría de Planeamiento. Se presentó en el Concejo y consiguió la aprobación de las comisiones, lo que la llevó al tratamiento del orden del día donde fue aprobada”.

La mujer de Sebastián y su hija en la casa que en breve van a habitar

LAS MANOS EN EL BARRO

Buscar un mundo más sustentable, muchas veces empieza por casa. Y son muchos los que hoy muestran sus cartas desde la construcción de su propio hogar. Juan Manuel Vigo se mudará el martes próximo a su casa de Ignacio Correas, que construyó en familia y en comunidad durante los últimos seis meses. Emocionado, a días de habitar su flamante morada, cuenta un poco el proceso que los llevó como familia a pensar en este proyecto.

“Tengo muchas fotos de mis hijos con las manos empastadas en barro”

“Hicimos todo un estudio sobre bioconstrucción; recorrimos eco aldeas y leímos de todo. Yo me venía dedicando a la construcción tradicional antes de ser papá y nos fuimos a vivir a Córdoba. Ahí conocí un montón de ejemplos de bioconstrucción y se me empezó a despertar el bichito. Estuvimos en Magos del Tuyana, una aldea cordobesa increíble. Después, de nuevo en La Plata, me dediqué a construir cabañas y comencé a meter la mano en el barro, a ver cómo era esto de construir con tierra, hasta que se nos dio la oportunidad de comprar un terreno en Correas y nos decidimos”.

“No queríamos una construcción de las que se llaman tradicionales, que no tienen nada de tradicionales. Lo normal es que las casas se construyan con lo que hay en el medio ambiente: piedra, tierra, caña, madera, etcétera”, afirma Manuel, de esta práctica ancestral que de algún modo se retoma con la bioconstrucción: “Ahora se recuperaron las técnicas antiguas y se adaptaron a la vida actual. Es muy noble, es muy lindo, estar en una casa de barro. Se siente muy placentero. La tecnología y los conocimientos físicos ayudan a lograr cosas muy interesantes, como termotanques solares o aires acondicionados que son como una chimenea a la que sube el calor de la casa, con la que se va el aire caliente y entra el fresco y se genera una ventilación natural. Hay un montón de cosas para hacer las casas con materiales naturales”.

Juan Manuel Vigo se mudará el martes próximo a su casa de Ignacio Correas

Manuel y su familia utilizaron varias técnicas a la vez: “una de ellas, con ladrillos de barro crudos que se llenan con mezclas de paja o virutas; también la que se llama quincha, que es con cañas, que siguen la forma de la construcción y ahí se les agrega paja embarrada; y usamos una técnica de paja encofrada y otra con paja enrollada. Fue una alquimia increíble”.

Con respecto al aspecto económico, Vigo comenta que “la diferencia de precio no es tanta con la tradicional. Porque cuando uno pide los materiales ya llega todo listo para usar, pero si vos tenés que armar los materiales, en general contratás personas para trabajar… Si se optimiza bien la forma de hacer los materiales, puede ser más barato. Nosotros gastamos alrededor de 10 mil dólares. Hacer la casa con las propias manos es hermoso y participan los niños. Tengo muchas fotos de mis hijos con las manos empastadas en barro. El martes próximo nos vamos a mudar y estamos muy felices”.

“Podés consultar a profesionales, pero a nosotros nos gustó la idea de hacerlo con nuestras manos”

Sebastián García Mardones,
construyó su propia casa en súper adobe

Por su parte, Sebastián García Mardones (46) construyó su propia casa junto a su familia, en el barrio Sicardi. Es radialista, docente, cocinero y papá. “En general para este tipo de construcción se hace una ‘minga’ y vamos todos a hacer la casa. Es una reunión de gente que va a ayudar. Nosotros usamos la técnica de súper adobe, que usa unas paredes autoportantes, que pueden sostener el techo sin necesidad de vigas. Las paredes se hacen con bolsas de arpillera que tienen adentro material hecho con arcilla, paja y agua; eso queda crudo, se apisona y se van haciendo hiladas desde estas tiras de bolsas rellenas. Las bases de la casa las hicimos con un pozo que llenamos de piedras. Arriba, va esa pared, y la pared está revocada con un grueso y un fino, con algunas técnicas para impermeabilizar. Todo tiene que ver con mantener la humedad dentro de la casa, que esta pared de gran porte pueda hacer que el interior esté fresco en verano y se pueda calentar fácil en invierno. Con respecto a los techos, elegimos la técnica de techo vivo, que tiene tierra en lugar de una chapa, que ayuda a lo mismo que las paredes con respecto a las temperaturas. El nuestro tiene madera, nylon, lona y arriba tierra”.

“Cualquier persona puede construir su casa. Esa es la idea que a nosotros nos movilizó: el poder aprender a usar las herramientas y poder levantar nuestro propio hogar. Podés consultar a profesionales temas constructivos, pero a nosotros nos gustó la idea de hacerlo con nuestras manos”, resume Sebastián, quien cumplió su sueño y hoy disfruta de la tranquilidad de su hogar hecho a mano. Sus manos.