Lamentable

Estudiantes jugó un flojo partido ante River en Núñez, donde los errores propios rompieron de manera definitiva el trámite. Cuarta derrota el hilo y el objetivo cada vez más lejos. Fue una goleada en contra por 5-0 para dejar todavía más en evidencia el momento que atraviesa el plantel.

En la previa el encuentro no asomaba nada sencillo. Las ausencias importantes en Estudiantes y un presente complejo, con niveles muy por debajo de los que supo mostrar tiempo atrás, aparecían para aportarle mayor dificultad al hecho de tener que visitar a River en el Monumental. Y si bien el equipo ayer dirigido por Pablo Quatrocchi ofreció resistencia en los instantes iniciales, la misma duró apenas 25 minutos.

Un error garrafal de Jerónimo Pourtau, quien ocupó el lugar de Mariano Andújar afectado por un cuadro gripal, abrió la puerta para los de Marcelo Gallardo, quienes a través del colombiano Miguel Borja se adelantaron por dos goles en algo menos de media hora de juego. Primero con un remate suave, que no ofrecía mayor complejidad pero que al arquero albirrojo se le escurrió de manera insólita para inflar la red lentamente. Y luego, apenas cuatro minutos más tarde, tras un quedo generalizado, con el paraguayo Jorge Morel habilitando a todos para un nuevo disparo, este sí con violencia y colocación, para un 2-0 fugaz, el cual representó un baldazo de agua fría para el planteo inicial del León.

Hasta allí llegó el plan del Pincha, que intentó hacer un partido largo, replegarse bien con varios hombres en el medio y salir de contra rápido aprovechando la velocidad de Franco Zapiola, ayer centralizado, y de lo que pudieron ofrecer por los costados Manuel Castro y Pablo Piatti. Hasta allí llegó también la confianza de Pourtau, quien luego se redimió sacándole el tercero a Juanfer Quintero, pero que ya tenía dos en su propia valla, uno de ellos como principal responsable.

A partir de las facilidades ofrecidas, lejos de una soledad que en algún momento no muy lejano supo mostrar el Pincha, el Millonario se creció completamente en el juego, aprovechando la subida de los laterales y la precisión de otro colombiano como Juan Fernando Quintero, quien jugó muy cómodo.

Como único contraste ofrecido por la visita, un córner desde la derecha que encontró en lo más alto a Fabián Noguera y también un error en la salida de Emanuel Mammana al cual los de Quatrocchi no supieron sacarle rédito.

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Lo cierto es que dentro de un primer tiempo que dejó poco, a Estudiantes le funcionó el plan hasta que se equivocó donde no puede hacerlo. Por el contrario, el Millonario, que tampoco es el mejor de todos los que tuvo Gallardo bajo su mando, sí lo hizo, para un 2-0 más responsabilidad del Pincha que del local.

UN TIEMPO DE MÁS

Para la segunda mitad, el León buscó ser más profundo ante un elenco de Núñez algo relajado por la ventaja y por el que poco esfuerzo que debió hacer para conseguirla. Y lo cierto es que los de Quatrocchi tuvieron algo más la pelota, pero sin generar real peligro para el arco de Franco Armani. Apenas un remate desde afuera del uruguayo Castro. Para colmo de males, Piatti debió dejar la cancha por una molestia, dejándole su lugar a Gonzalo Piñeiro, en un claro indicio del DT de otorgarle más combate al mediocampo para así evitar más gritos millonarios que parecían estar al caer.

Lo cierto es que con buenas conexiones, simples, no más que una pared entre dos protagonistas, River logró ponerse casi siempre frente a frente con Pourtau, algo que no pudo aprovechar Borja, que a los 18m tuvo el tercero servido a sus pies pero que definió muy mal.

El Pincha, por su parte, no encontró mayor impedimento para llegar a tres cuartos, pero allí mostró siempre otra de sus grandes deficiencias: la falta de elaboración para poner a alguno de camiseta roja mano a mano con Armani. Ni pases filtrados ni combinaciones para romper una defensa local siempre cómoda.

Ni el ingreso de Mauro Méndez por Zapiola le dio mayor presencia en el área a un Estudiantes que se repitió en los centros y que nunca encontró los caminos para llegar a un descuento que por lo menos lo pusiera en partido desde lo numérico, porque en el trámite había quedado muy atrás desde aquel segundo grito de Borja.

Los instantes finales transcurrieron con los de Quatrocchi con la pelota pero los de Gallardo con las situaciones. Así llegó el tercero, con otra defensa muy abierta y en total desconcierto para un pase filtrado a Pablo Solari, quien recorrió varios metros en soledad y definió por debajo de la humanidad de Pourtau. Otra vez, sin mucho esfuerzo y desde la simpleza, River aumentaba la ventaja ante un Pincha mero espectador.

Como si fuera poco, con el grito del ex Colo Colo todavía resonando en el Monumental, Esequiel Barco desbordó por izquierda, se sacó fácilmente la marca y decretó el 4-0 con un remate cruzado que se clavó en el ángulo.

Y segundos más tarde, otro error de la visita facturado por el local. Morel dejó corto un pase al medio y Matías Suárez, ingresado minutos antes, tuvo dos oportunidades para su grito personal.

Estudiantes perdió feo con River, quien lo goleó 5-0 en el Monumental casi sin despeinarse y que le sumó dudas a un plantel que ya se quedó sin técnico y que se aleja cada vez más de las copas internacionales.

El error de Pourtau en el inicio del partido rompió una estructura que era de cristal

En el segundo tiempo el Pincha evidenció una mejoría, pero muy liviana