Confirmada la grieta interna, el Ejecutivo ahora debe timonear un escenario de alta inflación

Con el acuerdo con el FMI confirmado por el directorio de esa entidad y la llegada de un primer desembolso por US$ 7 mil millones que alejan el fantasma del default, el Gobierno debe crear condiciones que favorezcan las exportaciones como forma de lograr el ingreso de divisas al país y disminuyan el rojo de las importaciones de una energía que se encarece al compás de la guerra en Ucrania.

Se trata de un escenario complejo por una cada vez más alta inflación y una gran incertidumbre en lo político, dado que la principal accionista de la coalición oficial, la vicepresidenta Cristina Kirchner, desconfía de la estrategia gubernamental y parece enfilarse a ser una férrea opositora interna para los casi dos años que restan de mandato.

PROBLEMAS DE BASE

Es que el entendimiento con el Fondo si bien prorroga hasta 2026 el repago de la deuda argentina contraída en 2018, no resuelve los problemas de base que tiene la economía ni recrea por sí solo un clima propicio para la llegada de inversión productiva.

El principal armado opositor tampoco está dispuesto a acompañar un programa económico que prevé un alza de impuestos y deja abierta la posibilidad de extraer recursos del campo vía un aumento de las retenciones. Pero dentro de Juntos por el Cambio hay matices y como bien dejó sentado la UCR en la semana, no todos los sectores apuestan a la grieta y a enviar guiños a dirigentes libertarios como Javier Milei.

INTERNAS VIRULENTAS

En el Frente de Todos, en cambio, las internas son más virulentas y podrían condicionar el devenir del mandato de Alberto Fernández. El gesto de fuerza que realizó Máximo Kirchner el último jueves al encabezar la caravana de La Cámpora junto a intendentes bonaerenses y al gobernador Axel Kicillof, expuso el reacomodamiento de fuerzas dentro de propia coalición gubernamental.

Fue una respuesta al intento de la Casa Rosada por hacer quedar como una minoría intensa al cristinismo que votó en contra de un programa de facilidades extendidas con el Fondo en el Congreso que, a la postre, resultó aprobado por una abrumadora mayoría.

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LA POSTURA DE CRISTINA Y MÁXIMO

El rechazo al pacto con el FMI y las proclamas por la “soberanía política e independencia económica” que se observaron durante la movilización del último jueves dejaron a resguardo el relato kirchnerista. No hay ánimo en este sector, por ahora, de propiciar una catarata de renuncias a cargos con cajas apetecibles, como el Anses o el PAMI, pero sí a condicionar el devenir del Gobierno.

También hay otra lectura posible sobre la permanencia en los cargos de funcionarios kirchneristas hoy enfrentados al Ejecutivo: la de ir anudando relaciones y, en caso de no poder seguir en el poder en 2023, tener la chance de “elegir al opositor más conveniente”, como una suerte de “puente” para un regreso con sello propio, en 2027.

Aunque parece un escenario inverosímil, las declaraciones del ministro Andrés “Cuervo” Larroque contra Alberto Fernández -al que le recordó que “fue jefe de campaña de un espacio que sacó 4 por ciento en Provincia”, en aquella candidatura a senador de Florencio Randazzo de 2017- parecieran dar cuenta del plan a largo plazo del camporismo. Ese que considera que la resistencia a la denominada “restauración neoliberal del macrismo” nació con la creación de Unidad Ciudadana, que llevó a Cristina como candidata a senadora en aquel año, y que desde entonces viene sentando bases en cada capa del estado para un “proyecto nacional y popular de 20 años” de duración.

GOBERNADORES E INTENDENTES

Como sea, en medio de esta disputa entre Alberto F. y el kirchnerismo están los gobernadores y los intendentes. Los alcaldes del Conurbano reclamaron unidad del Frente de Todos en un encuentro organizado por el jefe de gabinete provincial, Martín Insaurralde, y el jefe comunal matancero, Fernando Espinoza, también como forma para preservar su propia red de influencia. Volvieron a reclamar por la Policía local en abierto desafío a Kicillof y a su ministro Sergio Berni y quieren comenzar a tallar en el PJ provincial, hoy tutelado por el ex jefe del bloque de Diputados oficialista.

El que intenta posicionarse como referente dialoguista de la oposición es el gobernador jujeño Gerardo Morales, que visitó la Casa de Gobierno el miércoles pasado junto a alcaldes radicales de todo el país para negociar mayores recursos y evitar la “discriminación” del poder central.

ACUSACIÓN

Como presidente de la UCR, encabezó un encuentro de intendentes en Parque Norte con el que comenzó su diatriba, sin nombrarlo, contra Mauricio Macri. Lo acusó de no haber hecho autocrítica por la crisis económica que registró su administración y, en los hechos, le impidió su reelección. Más tarde también reivindicó al centenario partido como un espacio contrario a los preceptos “neoliberales implementados por el menemismo en los ‘90” luego que el ex presidente validara al extinto caudillo riojano y dijera que “cada día va a estar más reivindicado”. Allegados de Morales aclararon después que esa expresión debía interpretarse como también dirigida a Cristina F. de Kirchner que según apuntaban apoyó las principales medidas del plan económico de Menem.

El ex presidente, al igual que la líder del PRO, Patricia Bullrich, viene coqueteando con referentes libertarios, como Milei y José Luis Espert, una verdadera divisoria de aguas para el resto de los actores de Juntos por el Cambio.

En el radicalismo sostienen que la coalición debe fortalecerse pero aclaran que “como todo matrimonio, se puede divorciar” en caso que el partido amarillo intentara sumar al espacio libertario. Tampoco dudan que Macri sigue siendo el “jefe” del PRO y que, más allá de dejar traslucir sus intenciones de ser candidato presidencial, su partido llegará a las primarias del año próximo con un solo postulante. “Definirá Mauricio”, azuzan.

En el FdT las internas virulentas podrían condicionar el mandato de Alberto Fernández

Se sabe que la ex ministra de Seguridad y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta ya hicieron saber sus pretensiones de competir por la primera magistratura. Este último viene de realizar una gira por España donde recibió el apoyo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la conservadora Isabel Díaz Ayuso.

Si bien producto de dicha tensión no tiene fecha prevista un nuevo encuentro de la Mesa Nacional de JxC, sí los presidentes de los partidos volverán a verse las caras este martes por la tarde en Parque Norte en ocasión de un seminario sobre narcotráfico. Bullrich y Morales, en teoría, estarán presentes.

Todos esos ajetreos quizás ya sean parte de un pasado que la invasión a Ucrania comenzó a enterrar. Los argentinos no podremos escapar a las difíciles decisiones que exigirán los nuevos tiempos.