Una crisis política que evita el quiebre del FdT pero debilita aún más al Presidente

“El problema de Alberto es que un día dice una cosa y al otro día, algo distinto”, explicó durante la semana un funcionario que supo acompañar al jefe de estado desde su vuelta a la política activa en 2018 y que ni imaginaba la crisis política que derivó en la salida del gabinete de Matías Kulfas (Producción), el ministro al que mejor desempeño le adjudicaba una buena parte del Frente de Todos –con el crecimiento sostenido de la industria como bandera-, con la excepción del kirchnerismo, que ayer presionó hasta lograr su renuncia. En el fondo, la eyección del otrora titular de Desarrollo Productivo resultó una nueva concesión del Presidente a su Vice, que expone como un sueño lejano su proyecto de reelección y a su mandato como una “transición” hacia el desembarco de otro proyecto político.

El forzado reencuentro entre Alberto y Cristina por el centenario de YPF tuvo como telón de fondo no sólo una interna irresuelta sino la incertidumbre por la suerte del gasoducto de Vaca Muerta luego de la salida de Enarsa de su principal promotor, Antonio Pronsato, un técnico con vínculos con Julio De Vido pero no tanto con La Cámpora, que sigue manejando la mayor parte de los resortes de Energía. Las demoras en la obra, que fue “inaugurada” por el Presidente hace un mes pero que aún se encuentra en proceso licitatorio, y la posibilidad de incorporar a empresas chinas y a otras firmas cercanas al cristinismo, habrían desencadenado la salida del ingeniero.

Kulfas evitó referirse a ese episodio pero puso el dedo en la llaga sobre las demoras en las obras -no sólo a través del off difundido por la vocería de Producción sino desde un reportaje radial concedido apenas finalizado el acto en Tecnópolis-, al argumentar que fueron funcionarios camporistas los que optaron por Techint –que importa gran parte de la producción de caños desde su subsidiaria de Brasil- en detrimento de otras empresas locales. El economista intentó contrarrestar las críticas que Cristina le había asestado a su jefe político durante el acto -”no usar la lapicera” para ser más ejecutivo- pero terminó levantando sospechas sobre un supuesto “direccionamiento” en la obra pública.

Este último fue el error que le facturaron ayer por la tarde en la Residencia de Olivos y que determinó su salida del gabinete. Es decir, no le reprocharon haber “operado” subterráneamente contra la Vice sino haber deslizado “un negociado en la obra emblemática de un gobierno transparente”. Pareció, con todo, una respuesta desesperada para intentar hacer frente a la crisis política.

El Presidente quería aprovechar la jornada para oficializar la llegada de Agustín Rossi a la AFI –en reemplazo de Cristina Caamaño, más alineada al Instituto Patria- y mostrarse junto a otros integrantes de su mesa chica, como Gustavo Beliz y Santiago Cafiero, para diseñar su ponencia en la próxima Cumbre de las Américas. En el oficialismo había ilusión que la gira internacional que se viene –que incluye el G7 en Alemania, una audiencia con los BRICS y la bilateral con Joe Biden en la Casa Blanca- lo alejara de las internas del FdT y lo mostrara “actuando en su rol” de jefe de estado.

Pérdida

Empero, A. Fernández perdió durante la víspera a su principal referente económico, el que lo acompañaba desde los tiempos del Grupo Callao y el que, a su entender, mejor interpretaba su modelo de desarrollo productivo. Para el kirchnerismo, en cambio, era un ministro “que favorecía a los empresarios”.

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En el entorno de la Vice calificaron la velada acusación del saliente funcionario cono “insostenible” porque justamente la ex presidenta había apuntado contra Techint en su discurso del último viernes y le había reclamado al jefe de estado que articulara medidas para que todo el proceso productivo de los caños del gasoducto de Vaca Muerta se realicen en el país. “Kulfas de sobregiró en defensa de Alberto y terminó operando contra Cristina. Fue un caso (Juan Pablo) Biondi II”, graficó un funcionario camporista, al recordar al ex vocero presidencial eyectado del Ejecutivo tras una carta de la Vicepresidenta.

La movida de la oposición

La oposición, con todo, presentará un proyecto de declaración para que el Ejecutivo precise “las denuncias que originaron el despido” de Kulfas en el que pedirán datos sobre “el procedimiento de formulación de pliego licitatorio para el gasoducto y cuáles fueron los fundamentos técnicos determinantes respecto a la definición de la necesidad de utilizar chapa de 33 mm de espesor en el marco de la licitación mencionada”, casualmente el cuestionamiento técnico que había esbozado el saliente funcionario, que impidió que firmas locales pudieran pujar por los pliegos. La diputada Graciela Ocaña (JxC), directamente anticipó que mañana irá a la Justicia para que investigue lo sucedido.

Para el diputado Mario Negri, en tanto, este episodio hizo ver “denuncias y conspiraciones cruzadas. El Presidente echó a Kulfas porque Cristina lo acusa de hacer trascender que funcionarios de La Cámpora armaron la licitación del gasoducto Néstor Kirchner para favorecer a una empresa. Una gestión que se desmorona como un castillo de naipes”.

Las versiones sobre nuevos cambios en el gabinete habían surgido en la semana y no sólo por el desembarco del “Chivo” Rossi. En Tucumán aseguran como “muy probable” que Juan Manzur en “dos meses” deje la jefatura de gabinete y regrese a la gobernación para “ordenar” la interna con el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, hoy a cargo del ejecutivo local.

Los gobernadores venían de negociar con la Casa Rosada un proyecto para ampliar la Corte Suprema a 25 miembros. Pero la intentona asoma más como una advertencia hacia el máximo tribunal -ante el temor que haya un fallo que reintegre a la CABA los fondos de la Coparticipación que le extrajo Nación, en 2020-, que una reforma posible. La oposición ya avisó que no acompañará esa iniciativa ni la designación de nuevos cortesanos –aún está la silla vacante que dejó Elena Highton de Nolasco- en el Senado. Sería a la postre una discusión “en abstracto”, como había argumentado Kulfas la indecisión del Ejecutivo de pedir al Congreso que suba las retenciones a las exportaciones, sabiendo de antemano el rechazo de JxC.

La inflación

La inflación sigue siendo el principal desvelo del oficialismo. El ministro Martín Guzmán (Economía) había advertido sobre la incidencia de las internas en el crecimiento de las expectativas inflacionarias. Ahora en Casa Rosada aseguran que el funcionario tiene plazo hasta agosto para mostrar una baja sustancial en los precios que le garantice su continuidad. Anoche en el Ejecutivo intentaron dar algo de certidumbre al mercado al designar a Daniel Scioli, de buen diálogo con el empresariado, como nuevo ministro de Producción.

Pero hay una parte de la coalición oficial que insiste en presionar a los formadores de precios como forma de atemperar el proceso inflacionario: los movimientos sociales reunidos en la UTEP marcharán el próximo miércoles hacia la sede de la Copal (industrias de la alimentación) para exigir “que bajen los precios porque con la comida no se jode”. Un día antes algunos de esos ejecutivos compartirán con Guzmán una nueva jornada de la poderosa AEA (Asociación Empresaria Argentina).

Las versiones sobre nuevos cambios en el gabinete habían surgido en la semana