En la despedida de Massa, la oposición asimiló su salida a la “debilidad institucional” del Gobierno

La sesión especial en la que se produjo la renuncia de Sergio Massa a su banca en Diputados unió a los distintos bloques opositores en la abstención de la votación de la oficialista Cecilia Moreau como su sucesora en la jefatura de la Cámara baja y en resumir a todo el proceso como el resultado de “crisis institucional”. Más allá de la algarabía de un sector del oficialismo por la proyección del tigrense como “superministro” de Economía, hubo cruces con los espacios opositores que destacaron la “debilidad” del Presidente. Desde la izquierda, incluso, reclamaron la constitución de “una asamblea legislativa” que busque una salida política que evite que sea “el ajuste” la eventual solución a la crisis económica.

El bloque mayoritario de Juntos por el Cambio (JxC), asimismo, cuestionó la designación de la hija de Leopoldo Moreau como nueva titular de Diputados por su temperamento, falta de experiencia y por su supuesta responsabilidad en la demora de la firma del contrato con la farmacéutica Pfizer para la provisión de las vacunas contra el Covid (por incluir la palabra “negligencia” en la ley marco sancionada en 2020).

La flamante presidenta de la Cámara de Diputados alegó que buscará dirigir el cuerpo con “la razón” y “no con las hormonas” en medio de un griterío general. No le será fácil, con todo, buscar acuerdos con la oposición pensando en el debate del Presupuesto 2023 que ingresará el 15 de septiembre próximo. Y, además, deberá lidiar con las distintas posturas de la variopinta coalición oficialista sobre las medidas dirigidas a la población vulnerable. Durante la víspera tomó juramento al piquetero Juan Marino, que reemplazó a Massa como primer diputado suplente por la Provincia, que juró su banca “por el salario básico universal”. Esta demanda de distintos dirigentes sociales, por caso, viene siendo resistida por la Casa Rosada por su alto impacto fiscal.

Massa, en tanto, fue ovacionado por un nutrido grupo de seguidores que poblaron los palcos del recinto. La foto buscada recién llegó al final cuando Máximo Kirchner lo abrazó a modo de despedida de la Cámara. El dirigente camporista, al igual que lo que sucedió durante la votación del acuerdo con el FMI, bajó al recinto a último momento.

La mirada en el 2023

En su discurso final, el flamante ministro de Economía no pudo evitar dar indicios de su ambición de sumarse a la carrera presidencial cuando, al dirigirse a la oposición, anticipó que “el año que viene, en el debate electoral, seguramente en otros temas nos pelearemos”.

El primero que recogió el guante fue el radical renovador Rodrigo de Loredo que le reclamó, en medio del abucheo de la bancada del Frente de Todos, que en pos de la recuperación de la confianza con la sociedad “sería muy importante que renuncie a una pretensión de candidatura para 2023”.

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La mayor parte de los oradores desde las bancadas opositoras coincidieron en que la promoción del fundador del Frente Renovador al Ejecutivo no es el fruto de una oxigenación del equipo de gobierno sino más bien de la “desesperada búsqueda” de solucionar una crisis política que puso en vilo a la Casa Rosada. Por caso, el diputado Juan Manuel López (Coalición Cívica) calificó a la actual coyuntura como “un momento de debilidad institucional” y si bien garantizó el apoyo de su partido a la “gobernabilidad”, se esperanzó que en 2023 “la sociedad pueda encontrar una salida a esta situación en las elecciones” nacionales.

Mientras, el jefe de la bancada radical, Mario Negri, le recomendó al nuevo titular del Palacio de Hacienda no caer en la tentación de intentar convertirse en la “providencia” o en un “salvador” de la Argentina porque en la historia del país “se han multiplicado por dos los fracasos” de este tipo. El caso de Domingo Cavallo, cuando a fines de marzo de 2001 asumió en Economía con el objetivo de evitar la caída de la Convertibilidad, ha resultado paradigmático, resaltaron. Además, le aconsejó al ahora exdiputado en “no errar en el diagnóstico”.

Es que para la oposición, el cumplimiento del ajuste fiscal que había esbozado Silvina Batakis durante su breve paso por Hacienda es un requisito más que obligado para ordenar las cuentas públicas y evitar, así, la espiralización de la inflación. En este sentido, desconfían que Massa pueda llevar adelante un “plan de estabilización” y temen que opte por medidas que estimulen el gasto como forma de ganar una mayor aceptación social con miras a su propio proyecto electoral.

A Cecilia Moreau JxC le recordó la modificación de una ley que demoró el contrato con Pfizer