El muletto bancó la parada y se trajo un punto que suma

En la previa, un empate frente a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro asomaba como un buen resultado. Y si encima servía para cortar una racha adversa de cuatro encuentros de visitante con caídas consecutivas en el marco local, dándole también descanso a muchos nombres pensando en el jueves, todavía mejor.

Análisis aparte, eso fue lo que sucedió ayer entre Estudiantes y el Ciclón, quienes no se sacaron diferencias en un encuentro chato, que terminó 0 a 0 y que pareció dejar más conformes a los dirigidos por Ricardo Zielinski que a los de Rubén Darío Insúa.

Con un equipo netamente alternativo y solo Luciano Lollo como factor común con lo sucedido en Curitiba días atrás ante Athletico Paranaense, el Pincha muletto rescató un punto que sirve, sobre todo pensando a futuro.

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Dentro de un cruce en el cual no la pasó del todo bien en la etapa inicial, en la segunda se acomodó, lo peleó más y hasta tuvo algunas aproximaciones que terminaron decantando en un resultado justo. Sin brillar, pero también muy lejos de lo que había mostrado en otras ocasiones en las que realmente la había pasado muy mal (caso Vélez por Copa Libertadores o Rosario Central en Arroyito por el pasado torneo local), varios chicos dieron un paso adelante en un contexto casi de emergencia, donde el foco estaba, está y estará puesto en lo que sucederá el jueves por la noche desde las 21:30, momento en que Estudiantes recibirá a Athletico Paranaense por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América, hoy por la obsesión institucional.

Sin heridas, el León completó satisfactoriamente su excursión por el Bajo Flores, donde tuvo a un seguro Jerónimo Pourtau y a un sólido Luciano Lollo como sus puntos más altos. Y desde donde también se trajo cosas interesantes en cuanto a Mateo Pellegrino, quien parecería llenar más casilleros como centrodelantero del gusto puro de Zielinski que el uruguayo Mauro Méndez.

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Lo cierto es que el Pincha alternativo hizo lo que tenía que hacer y aportó lo suyo. Con el empate y el punto cortó una racha incómoda de cuatro derrotas seguidas fuera de casa y además otorgó un descanso necesario al núcleo principal.

Quizás por primera vez dentro del ciclo de Zielinski, el Plan B salió de acuerdo a lo planificado previamente. Y ahora será cuestión de que el Plan A haga lo suyo para intentar meter al equipo dentro de los cuatro mejores de América.

Con el empate, el Pincha cortó una racha de cuatro caídas seguidas fuera de casa

La cita y la hora señalada es el jueves por la noche, momento en que Estudiantes buscará escribir en UNO otra página importante dentro de su historia particular con la Copa Libertadores.

BIEN ATRÁS, LE COSTÓ BASTANTE EN LA GENERACIÓN

Luego de unos minutos iniciales en los que no la pasó bien, Estudiantes pudo acomodarse en el partido y encontrar orden atrás, una de las premisas para el encuentro de ayer ante San Lorenzo, donde el objetivo era sumar como fuera.

Con muchísimos cambios y ausencias importantes en todas sus líneas, el primer tiempo dejó una tapada vital de Jerónimo Pourtau mano a mano con Ezequiel Cerutti, la cual privó al delantero local de sentenciar la “Ley del Ex”, y algunos intentos aislados de Benjamín Rollheiser y de Mateo Pellegrino en ataque, quien exigió cada vez que pudo a los centrales azulgranas a partir de su esfuerzo físico.

San Lorenzo manejó bastante más la pelota en el primer tiempo y se hizo profundo por las bandas, donde Eros Mancuso y Bruno Valdez otorgaron alguna ventaja. Pero solo aquella llegada de Cerutti tuvo destino de arco y se encontró con la buena respuesta del golero Pincha.

Piñeiro, uno de los juveniles que ayer estuvo desde el arranque y que completó una buena tarea / Fotobaires

Para el complemento, Zielinski modificó el esquema táctico y dejó atrás el 4-4-2 inicial para pasar a un 5-3-2 con el cual le pobló la mitad de la cancha a los de Insúa con las subidas de Mancuso y Lattanzio, ahora más cómodos, y donde Lollo, Nehuén Paz y Valdez se movieron en todo momento como bloque compacto de la última línea.

Estudiantes se volvió un equipo mucho más corto y aquella profundidad del Ciclón por las bandas del primer tiempo pasó a ser cosa del pasado.

Estudiantes le dio descanso al núcleo titular pensando en el cruce del jueves ante Paranaense

El Ruso y sus dirigidos resolvieron un potencial inconveniente en la faceta defensiva, aunque ahora faltaba la otra cuestión, la ofensiva.

Con el correr de los minutos y sin la claridad necesaria al momento de manejar la pelota (con otro encuentro flojo de Hernán Toledo), desde el banco saltaron a la cancha Franco Zapiola, Manuel Castro y Mauro Boselli, junto también con Agustín Rogel.

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Sin embargo, el pibe de Magdalena, que le imprimió otra velocidad y otra frescura a las transiciones albirrojas, nunca pudo desequilibrar desde su individualidad, en tanto que Castro, una constante por la banda derecha, tampoco estuvo en su habitual nivel y no logró alimentar al doble “9” visitante.

Ante esto, poco a poco Estudiantes se fue encariñando con un empate importante teniendo en cuenta el contexto. Y pese a algún remate lejano de Leonardo Heredia, quien probó en dos oportunidades, nunca se acercó con real peligro al arco defendido por Augusto Batalla.

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El encuentro solo dejó una nueva intervención fundamental de Pourtau bajo los tres palos, en este caso ante un cabezazo dentro del área chica de Agustín Martegani, y un desvío no menos importante de Lollo frente a un remate de Cerutti que buscaba arco.

Lo cierto es que el Estudiantes muletto salió ileso del Bajo Flores y desde hoy mismo trabaja pensando en la Copa Libertadores. Pero eso será otra historia.