Realeza: las damas que rompen estereotipos y reinventan la moda

El otoño es la gran estación de la moda. Y, como vimos en la entrega anterior, las reinas y princesas europeas nos deleitan en cada una de sus apariciones con lo mejor de las colecciones de la temporada. Aunque… no siempre estrenan. Reciclar y reutilizar y la moda sustentable son los mantras que los artífices de la industria repiten cada mañana. Y sus regias clientas saben adecuarse a los nuevos tiempos. Muy lejos quedaron esas épocas en que una dama de la sociedad se vanagloriaba de no repetir jamás un vestido. Hoy lo hacen, y a mucha honra.

Siempre decimos que la elección del vestuario, de una joya, de un estilo no es un tema que debe tomarse al azar. Hay un mensaje detrás de una apariencia cuando de mujeres que están cerca del poder se trata y nuestras “chicas royal” lo tienen clarísimo. Veamos lo que se han puesto Matilde, la reina de los belgas, Letizia de España y la recién estrenada como reina, Camila del Reino Unido en sus apariciones otoñales.

La monarca de Reino Unido, toda de azul / Web

PRIVILÈGE DU BLANC PARA LA REINA MATILDE

En septiembre la reina de los belgas visitó junto al rey Felipe, al Sumo Pontífice en el Vaticano. Lo hizo con un vestido de Meer Couture, una casa belga cuyos trajes ya han lucido ella y sus hijas. Y era blanco inmaculado, por supuesto. Matilde es una de las pocas reinas que puede usar este color frente al Papa. Aunque se sabe que Francisco es bastante informal y no repara demasiado en estas tradiciones, lo cierto es que el protocolo existe. Y éste establece que las mujeres deben ir al visitar a Su Santidad de negro y recatadas. Las únicas que tienen privilège du blanc son las reinas de España, Luxemburgo, Mónaco y Bélgica, todos países católicos. Si bien Máxima sigue siendo católica no tiene este privilegio ya que los Países Bajos son un país protestante y por eso la hemos visto siempre de negro en el Vaticano. Por supuesto que hubo excepciones: la reina Isabel II, la monarca que más pontífices conoció, siempre había ido de negro al Vaticano pero con Francisco llevó un tapado malva claro. ¿Alguien hubiera osado decirle a Lilibet que no podía presentarse así porque estaba fuera del protocolo? Ah… y además llegó 15 minutos tarde. El jefe de la iglesia católica y la jefa de la iglesia anglicana tuvieron un muy agradable encuentro sin importarles a ninguno de los dos lo que llevaban puesto.

Lejos quedaron esas épocas en que una dama de la sociedad se vanagloriaba de no repetir un vestido

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De la familia real de los belgas la que se ha llevado todas las palmas en este otoño ha sido Luisa. La joven princesa, de 19 años, es la sobrina de Felipe y Matilde, los reyes de los belgas, y es muy aficionada a la moda. Aunque suele llevar ropa de nuevos diseñadores, hace unas semanas sorprendió al lucir en una fiesta un vestido que su abuela, la reina Paola, había estrenado en 1964. Y no es de extrañar: Paola era por aquellos años un ícono del glamour. De una belleza deslumbrante, fue una de las primeras princesas que mostró sin pudor piernas y escote y que no tuvo reparos en “vivir la noche” junto con su marido, el príncipe Alberto, en ese momento heredero del trono. O incluso, a veces, sin él. Ninguno de los dos hizo de la fidelidad un estandarte pero los años y el trono trajeron sosiego a la pareja que, a sus casi 90 años, se muestran cómplices y unidos. Aunque el desenfreno haya quedado olvidado se ve que en palacio aún se conserva el vestuario de aquellos años y de donde su nieta tomó prestado un modelo verde, strapless y con flecos en el ruedo al que le hizo pequeñas reformas. Le quedaba perfecto más allá de que el escote princesa denotaba el paso de los años. Y agradecemos a su hermano Ameryc que posteó la foto en su Instagram y al observador real @Blogmathilde por el hallazgo.

LETIZIA, LA MEJOR

Ya lo hemos dicho en estas páginas: la reina Letizia solo nos da alegrías con sus elecciones de vestuario. Hace años que prácticamente no tiene fallos. Con su buen gusto y un asesoramiento adecuado, a sus 51 años recién cumplidos ha encontrado su estilo y ha ampliado la elección de diseñadores. Será porque la vimos durante años con esos vestidos recargados y poco juveniles de Felipe Varela que ahora en cada aparición nos deslumbra. Esta semana se lució en Barcelona con un vestido de Dries van Noten, un belga cuya firma ha sido adquirida con un grupo catalán. El vestido negro, de seda, llevaba estampados motivos florales en dorado. Midi, con escote barco y sin mangas dejaba ver sus brazos y piernas torneadas y bronceadas. Claro que Letizia es acérrima enemiga del sol así que es sabido que ese color perfecto no proviene de mediodías en la playa sino de tratamientos estéticos sin riesgo. La reina también deslumbró con un vestido de The2ndskinco para inaugurar la temporada de ópera del Teatro Real. Que ya lo haya usado en ocasiones anteriores no lo desmerece sino todo lo contrario. Una pieza semejante, realizado en tafeta negra y que le queda perfecto, es atemporal, versátil y combinable. En lo que sí viene innovando la reina es en peinados. Nunca tuvo el pelo tan largo lo que le permite hacerse trenzas y ondeados. Por ahora, solo aplausos para Letizia.

Hay un mensaje detrás de una apariencia cuando de mujeres que están cerca del poder

LA REINA CAMILA, DEL CIELO AL INFIERNO Y VICEVERSA

La protagonista de la brecha real (amada y odiada con pasión en partes iguales) ha encontrado su estilo y de ahí no se mueve. Y de bien que hace porque los resultados son fantásticos. En un mundo en que el estereotipo de belleza está asociado al de un cuerpo perfecto, la ausencia de arrugas y la juventud eterna no es fácil lucir la ropa de alta costura cuando se tienen 76 años no disimulados, caderas anchas y canas genuinas. Pero Camila lo está logrando y en su primer viaje de estado como reina consorte, nada menos que a Francia, salió airosa más allá de algún contratiempo.

La princesa Luisa y su abuela Paola con el mismo vestido / Web

En París se enfrentaría con una mujer con la que tiene algunas cosas en común. Brigitte Macron, la primera dama francesa, también ha superado los 70 y, más allá de una peluca demasiado exagerada, tampoco ha buscado detener el paso del tiempo. Son mujeres que no solo han aceptado su edad sino que, al llegar ya maduras a la exposición mediática, se han tenido que reinventar y lo han hecho con sabiduría.

Los dos mejores looks otoñales de la reina Letizia / Web

Camila bajó del avión con un conjunto de abrigo y vestido rosa. La falda acampanada le jugó una mala pasada en la escalerilla del avión: el viento parisino se había propuesto levantársela y hacer volar su tocado y la reina no sabía qué atajar primero pero se notó que cada detalle había sido tenido en cuenta y, a pesar del temor de la reina, no hubo que lamentar ningún accidente. El traje estaba firmado por Fiona Clare al igual que el tapado blanco y el vestido animal-print verde que llevó los días posteriores. Aunque Brigitte contrarrestó con un traje Chanel rojo, un clásico que siempre gana, Camila salió airosa.

Pero donde realmente brilló fue en la gala. Un detalle no menor fue haber elegido a una firma francesa para la gran cena en Versalles. El vestido y la capa azul noche eran de Dior, vaporosos pero ausentes de detalles para no opacar la gran joya que lució: un collar y aros de zafiro a juego, un conjunto conocido como la Suite Victoriana. Aunque fue confeccionado en el siglo XIX, la reina Isabel II recibió esta parure de parte de su padre en 1947 y era una de sus joyas preferidas. Fue un gran homenaje de Camila a su suegra.

La reina Camila en su viaje a Francia / Web

A su regreso de Francia, Camila retomó sus actividades pero no como reina sino como madre y asistió a un encuentro en el festival literario de Breamar, en Escocia, en que su hijo era moderador. Y lo hizo con un atuendo que no suele estar en las apariciones públicas de las reinas: un jean ajustado, camisa blanca, suéter y blazer azul de esos que se tienen hace años y a los que se recurre cuando no querés pensar en lo que te vas a poner. Un aplauso para la versatilidad de la reina. Aunque por edad debería ser al revés, muchas veces Camila parece tomar como ejemplo a Máxima, que en eso de saber que ponerse para cada ocasión, es un ejemplo a seguir.

Aunque en Europa van camino al frío y nosotros ya estamos sacando el traje de baño de la baulera, siempre nos puede servir de inspiración un detalle, un color o un accesorio a la hora de elegir nuestros atuendos. Pero, por sobre todas las cosas, que nos sirvan como ejemplo para darnos cuenta de que ni la perfección ni la uniformidad están de moda. La diversidad; aceptarse y aceptar a los demás más allá de los estereotipos; buscar un estilo propio; reciclar y reutilizar, y sentirse cómodo y feliz con lo que nos ponemos es la tendencia y el gran aporte de las nuevas generaciones.

La reina Camila en Escocia con atuendo informal / Web