Comunidad: ¿El dinero hace a la felicidad?

El Informe Mundial de la Felicidad 2023, conocido en inglés como el “World Happiness Report” evalúa y clasifica a 156 países de todo el mundo. Por sexto año consecutivo, Finlandia ha sido reconocida como la nación más feliz del mundo, mientras que Argentina ha escalado cinco posiciones en la clasificación elaborada por la ONU con respecto al año anterior.

En esta última edición, se tomaron en cuenta varios factores para evaluar los “niveles de felicidad autodeclarados” a nivel global, incluyendo el apoyo social, los ingresos, la salud, la libertad, la generosidad y la ausencia de corrupción.

Finlandia, el país líder en felicidad, ha obtenido puntuaciones destacadas en diversos aspectos, como la esperanza de vida saludable, el PIB per cápita, el apoyo social, la baja incidencia de corrupción, la generosidad en la comunidad y la libertad para tomar decisiones clave en la vida.

En la edición número 11 de este informe, los diez países más felices del mundo en 2023 son los siguientes: 1. Finlandia; 2. Dinamarca; 3. Islandia; 4. Israel; 5. Suecia; 6. Noruega; 7. Suiza; 8. Luxemburgo; 9. Nueva Zelanda; 10. Austria.

En contraste, los países menos felices suelen estar afectados por conflictos armados. Afganistán ocupó el último puesto (137), mientras que Líbano se ubicó en la posición 136. El informe también destacó la situación de Ucrania, un país actualmente en guerra, que se situó en el puesto 92, y Rusia en la posición 70.

¿QUÉ ES LA FELICIDAD?

La búsqueda constante de riqueza y comodidad material a menudo lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de la felicidad.

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La felicidad es un concepto profundamente subjetivo y personal. Para algunos, puede estar relacionada con la acumulación de riqueza y posesiones, mientras que para otros, la felicidad se encuentra en las relaciones interpersonales, el propósito de vida o la paz interior.

Finlandia, el país líder en felicidad, tuvo puntuaciones destacadas en diversos aspectos

Según Aristóteles, la felicidad representa el objetivo fundamental que persigue todo ser humano, siendo el bien el deseo supremo que guía todas las acciones humanas. En su obra, el filósofo emplea el término griego “eudemonia” (que se traduce como “felicidad”), pero que también puede significar prosperidad, riqueza, buena fortuna, vivir bien y florecimiento.

Más de veinte siglos después, Kant sostendrá que la verdadera felicidad está vinculada a la moralidad. Para él, ser una persona buena y actuar de acuerdo con el deber es esencial para la felicidad genuina. Y Buda enseñará que la felicidad se alcanza al liberarse del sufrimiento y el deseo. Abogó por la meditación, la comprensión y la renuncia al apego como vías para alcanzar la felicidad.

Los estudios sugieren que las relaciones personales y la satisfacción con la vida son indicadores clave de la felicidad / Pexels

Una definición que alineada a lo que pensaba San Agustín de Hipona: “Sé lo que es el tiempo, pero si me lo preguntas, ya no lo sé”. Saber lo que es la felicidad, sentir felicidad, quizás sea más fácil que definirla. Un concepto que escapa a ataduras y que zigzaguea entre épocas.

LA MEDICIÓN DE LA FELICIDAD

Si resulta difícil definirla, más aún será medirla. La medición de la felicidad es un desafío complejo. Si bien se han desarrollado diversas herramientas y encuestas para evaluar el bienestar subjetivo de las personas, sigue siendo un concepto esquivo que varía según las circunstancias y la perspectiva individual. A pesar de ello, los estudios sugieren que las relaciones personales y la satisfacción con la vida son indicadores clave de la felicidad, y estas dimensiones pueden evaluarse de manera relativa.

La determinación de los países más felices del mundo se basa en datos recopilados y en general se mide: el PIB per cápita (costo de vida), apoyo social, esperanza de vida saludable, libertad para tomar decisiones vitales, niveles de corrupción y la pregunta central que evalúa el nivel de satisfacción con la vida en una escala del 0 al 10.

El World Happiness Report utiliza esta información para medir y clasificar la felicidad de los países. Estos estudios permiten a los gobiernos establecer objetivos para mejorar la vida de sus ciudadanos y abordar problemas específicos en sus regiones. Además, aunque los parámetros básicos son consistentes, los informes pueden variar debido a eventos actuales y cambios en el contexto socioeconómico de cada región.

Los jóvenes en Dinamarca, el segundo país más feliz según el informe citado / Freepik

Los propios finlandeses tienen una perspectiva más compleja. A pesar de elogiar la red de seguridad social y los beneficios de la naturaleza y el deporte, también mencionan sentimientos de culpa, ansiedad y soledad. Los finlandeses son más propensos a describirse a sí mismos como “bastante sombríos” o “un poco malhumorados” en lugar de “muy felices”. Además, expresan preocupación por amenazas a su estilo de vida, como la política de extrema derecha, la guerra en Ucrania y las relaciones con Rusia. Aunque Finlandia es considerada el país más feliz, sus ciudadanos simplemente se sienten contentos y valoran una vida sustentable en la que saber cuándo tienen suficiente es la clave.

EL NÚMERO DE LA FELICIDAD

Aparentemente la pregunta correcta no es si el dinero da o no felicidad, sino si cuánto dinero.

Un estudio, llevado a cabo en 2010 por investigadores de la Universidad de Princeton, concluyó que alcanzar un ingreso anual de $75.000 dólares se correlacionaba de manera más estrecha con la satisfacción financiera y el bienestar emocional de las personas. Es importante destacar que ganar una cantidad mayor, como $100,000 dólares, no generaba una diferencia significativa en los niveles de felicidad, mientras que percibir menos de $75.000 dólares se asociaba con niveles más bajos de felicidad y mayores niveles de estrés, desilusión y tristeza.

Es importante considerar en este punto, que si bien hay una variación entre estados, los norteamericanos necesitan entre $60.000 y $80.000 dólares anuales para vivir bien. Trasladado a la Argentina, equivaldría a ganar un mínimo mayor a 4,2 millones de pesos mensuales (a dólar blue).

Esto llevaría a concluir que un factor crucial en la búsqueda de la felicidad es la satisfacción de las necesidades básicas. Para la mayoría de las personas, tener acceso a alimentos, techo, atención médica y educación es esencial para vivir una vida feliz. Cuando estas necesidades no se satisfacen, la falta de recursos puede generar estrés y ansiedad.

En contraste, los países menos felices suelen estar afectados por conflictos armados

Si bien más dinero no es necesariamente sinónimo de más felicidad una vez que se han satisfecho las necesidades básicas, es importante reconocer que menos dinero puede llevar a la insatisfacción y si una persona lucha por cubrir sus necesidades esenciales. Por lo tanto, el dinero puede tener un impacto significativo en la felicidad cuando se encuentra en los extremos de la escala económica.

EXCAPITAL DE SUICIDIOS

Finlandia tiene una reputación por inviernos severos y altos números de suicidio. Sin embargo, la tasa de suicidio en Finlandia ha disminuido a la mitad desde 1990 gracias a campañas de salud pública que brindaron un mejor tratamiento y apoyo a las personas en riesgo. Aunque algunas personas en el extranjero mantienen una percepción negativa de Finlandia, la OMS la ubica en el lugar 22 en cuanto a las estadísticas, y expertos en salud mental sugieren que la depresión y el riesgo de suicidio no están necesariamente relacionados con factores climáticos, sino más bien con el apoyo social y la disposición para buscar ayuda, algo que lo que Finlandia se ha vuelto más aceptado, especialmente entre los hombres, en los últimos tiempos.

De hecho, según datos de 2020, Estados Unidos tiene una tasa de 13,90 por cada 100.000, mientras que en 2021, Finlandia tiene 13,48 por cada 100.000 habitantes.

EN LATINOAMÉRICA

A pesar de los desafíos económicos y sociales, los latinoamericanos muestran niveles de felicidad más altos de lo que sus ingresos podrían predecir, según el Informe Mundial de la Felicidad. Esto se debe en gran parte a la abundancia y calidad de las relaciones cercanas y familiares en la región. La cultura latinoamericana valora las relaciones personales y se dedica tiempo para nutrirlas, lo que tiene un impacto positivo en la satisfacción familiar y la felicidad. A pesar de las dificultades, la familia y las relaciones cercanas ofrecen un fuerte apoyo emocional, lo que contribuye a la felicidad de las personas en la región. Costa Rica lidera la clasificación de los países latinoamericanos en términos de felicidad, seguido por México, Chile, Panamá, Brasil, Argentina y otros países de la región. En cuanto a la felicidad de los inmigrantes, México se destaca como el país de la región donde los inmigrantes informan niveles altos de felicidad, incluso superando a Estados Unidos en este aspecto.

Una mujer se baña en el agua helada de Finlandia, uno de los principales atractivos turísticos / Web

Por su parte, Argentina ha logrado ubicarse en la posición número 52, obteniendo una calificación de 6,02 sobre un máximo de 10 puntos. Esto representa un avance significativo, ya que ha subido cinco posiciones en comparación con el informe del año anterior, en el cual ocupó el puesto 57.

Es importante destacar que este informe anual sobre la felicidad no solo proporciona una visión de la percepción del bienestar en diferentes naciones, sino que también ofrece valiosas ideas para los gobiernos y las políticas públicas, permitiéndoles abordar áreas que pueden mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y promover un mayor bienestar en la sociedad en su conjunto.