¿Qué hacer en 24 hs en Capital?: cultura, historia y entretenimiento

Admirada por los extranjeros y no siempre valorada por los locales, a una hora del corazón de La Plata, Buenos Aires ofrece interesantes escapadas para disfrutar en 24 horas. Es una ciudad vibrante, saturada de cultura, historia y entretenimiento. Este lugar tan variado tiene actividades asequibles que permiten disfrutarlo. Desde paseos por sus emblemáticos barrios históricos, hasta espectáculos de tango en las calles y la exploración de sus numerosos parques y museos de acceso gratuito; la capital argentina tiene planes escondidos para todos los gustos y presupuestos.

El recorrido está pensado para hacerse a pie, ya que entre una y otra parada no hay más de seis cuadras y en total el plan tiene una distancia de 1.8 km.

PRIMERA PARADA

Uno de los recorridos sugeridos comienza en el imperdible Teatro Colón. Este icónico tesoro cultural rivaliza con los grandes teatros del mundo. Desde su inauguración en 1908, ha sido escenario de las actuaciones de renombrados directores, cantantes y bailarines. Su construcción, que duró casi 20 años, involucró a 1500 personas y destacó por su diseño acústico excepcional. En 2008, se sometió a una restauración completa, combinando su esplendor histórico con tecnología moderna. El Teatro también alberga talleres y un instituto de arte. Su arquitectura refleja la influencia europea y se puede conocer ya sea asistiendo a un espectáculo (ballet, ópera, orquesta filarmónica) o bien en las visitas guiadas.

Estas visitas son diarias, excepto en días festivos; el recorrido incluye el Foyer, Galería de Bustos, Salón Dorado y Sala Principal y tienen una duración de aproximadamente 50 minutos. En cuanto a las tarifas, el costo general de la visita es de $12,000. Para los residentes argentinos con DNI, se aplica una tarifa reducida de $5,000, mientras que jubilados, universitarios residentes y beneficiarios del Pase Cultural pueden disfrutar de la visita por $2,000. Los menores de 7 años no pagan entrada, y las personas con certificado de discapacidad y su acompañante también pueden acceder de forma gratuita.

ALMUERZO

Una vez terminado el recorrido por el Colón, a menos de diez minutos de caminata, se puede almorzar en el Centro Social Naval. Ubicado en una de las esquinas más tradicionales de la Ciudad de Buenos Aires este edificio es un rincón histórico creado por un grupo de jóvenes oficiales de la Armada Argentina. Con un significativo valor patrimonial, atesora detalles exquisitos. La primera impresión proviene de su imponente portón central, forjado a partir de cañones fundidos utilizados durante la Guerra de la Independencia, que anteriormente se hallaban en el arsenal naval. La sorprendente conjunción de los tonos negro hierro y el dorado del bronce crea un impactante contraste que cautiva la mirada de quienes ingresan al hall en el que se despliega una escalera central de mármol y una espléndida farola.

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Obra del arquitecto suizo Jacques Dunant y del francés Gastón Mallet, este palacete es un típico exponente de la arquitectura francesa de la Belle Époque y lo mejor es que no es necesario ser socio para conocerlo. Se puede visitar a través de visitas guiadas aranceladas. Así, se recorren los majestuosos salones y la biblioteca. El Salón Sarmiento contiene una de las pinacotecas más importantes del mundo vinculadas a la temática marina. En el segundo piso se encuentra el Salón de Fiestas, inspirado en una de las salas del Museo del Louvre. En el cuarto piso está la biblioteca, hecha enteramente de madera, con exhibidores vidriados, donación del empresario Miguel Mihanovich.

Pero si se quiere pasar el rato, se puede optar por otras alternativas, además de las visitas: por ejemplo, probar su gastronomía o asistir a las actividades culturales que organizan, en general de manera gratuita.

En su icónico ascensor, que aún conservan, se accede al restaurante en el sexto piso, que abre sus puertas de lunes a viernes, tanto para el desayuno como para el almuerzo. Si se prefiere desayunar, se asiste directamente entre las 9:30 y las 11:30. Por $1.600, esperan, como única opción, jugo, café y dos medialunas. A la hora del almuerzo, de 12 a 15:30, cuentan con un menú ejecutivo por $5.800. Esto incluye un plato principal, una bebida, un postre y un café. Las opciones son reducidas pero cambian día a día. Funciona únicamente con reserva, porque tiene alta demanda. Detalle a tener en cuenta: dado que se trata de un club de oficiales, para ingresar tienen un código de vestimenta elegante sport (no se puede entrar de pantalón corto ni de zapatillas).

Cúpula por pintores argentinos / Web

A LA TARDE, ENTRE COMPRAS Y CULTURA

Para seguir el paseo, y justo en frente, están las Galerías Pacífico. Este Shoppings Mall es uno de los más exitosos de Argentina y fue debido a su valiosa arquitectura y murales impresionantes. Declarado Monumento Histórico Nacional, cuenta con más de 150 tiendas de primeras marcas y un patio de comidas con 18 opciones gastronómicas.

Es un lugar ideal para comprar, sí, pero también para mirar, ya que su ostentosa cúpula decorada tiene murales de destacados pintores argentinos, incluyendo a Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, Demetrio Urruchúa y Juan Carlos Castagnino.

Este edificio fue diseñado en 1889 por los arquitectos Emilio Agrelo y Raúl Le Levacher para ser la sede de las tiendas Au Bon Marché. Sin embargo, nunca se utilizó para su propósito original y, poco después de su inauguración fallida, fue vendido al ferrocarril Buenos Aires al Pacífico. Entre 1896 y 1940, albergó el Museo Nacional de Bellas Artes y, en 1944, los arquitectos Aslan y Ezcurra realizaron modificaciones.

Finalmente, tras años de abandono, el edificio fue restaurado en 1990 y transformado en el centro comercial que conocemos hoy. Reabrió dos años después y se ha convertido en uno de los destinos de compras más populares de la Ciudad. Además, en la esquina de las calles Viamonte y San Martín, se encuentra el Centro Cultural Borges.

El Centro Cultural Borges es un espacio dedicado a las artes desde su inauguración en 1995. Ofrece una amplia gama de actividades que incluyen exposiciones, espectáculos, seminarios, conferencias, talleres y eventos culturales, abarcando desde las artes visuales hasta el tango.

Se puede visitar de miércoles a domingos, entre las 14:00 y las 20:00 horas. La mejor noticia es que todas las actividades son gratuitas. La visita a las exposiciones y la biblioteca no requiere reserva previa pero, a tener en cuenta, los conciertos y actividades en salas con capacidad limitada pueden requerir la reserva de entradas.

Techo con vitrales de La Ideal / Francina

FIN DEL RECORRIDO

Apenas a seis cuadras, y para terminar el paseo y merendar, La Ideal es una distinguida opción.

La Confitería Ideal es un auténtico tesoro ubicado en la calle Suipacha, en el microcentro de Buenos Aires. Este emblemático bar notable se destaca por su decoración interior, un viaje en el tiempo que data de la década de 1910.

Fundada en 1912, fue diseñada por el ingeniero C. F. González por encargo de su visionario fundador, Don Manuel Rosendo Fernández, un comerciante gallego. Aunque cerró sus puertas en 2017, un equipo de especialistas en bronce, madera, estuco, dorado a la hoja y vitrales trabajó para preservar su esplendor y su patrimonio histórico; y lo lograron. La confitería reabrió sus puertas en noviembre de 2022.

Este lugar es otro símbolo de la Belle Époque, con una cúpula centenaria compuesta por 60 paneles de vitrales y una moldura elaborada con cartapesta. Las arañas y apliques originales han sido pulidos y restaurados, al igual que los ascensores. Además, se acondicionó la Bombonera del primer piso y se revitalizaron los vitrales, manteniendo intacta su esencia original. Todo es de elaboración propia: cuentan con su propia panadería, cocina, pastelería y bombonería. Es un lugar único en la ciudad, ideal para disfrutar de un delicioso desayuno, merienda o comida, sumergido en la antigua Buenos Aires.

La historia de La Ideal también es rica en detalles interesantes. Su fundador, Manuel Rosendo Fernández, un inmigrante español, planificó meticulosamente cada aspecto del restaurante y la confitería para ofrecer el lujo de principios del siglo XX. Se dice que aquí funcionó la primera fábrica de helados de la ciudad. En la década de 1970, el primer piso se convirtió en un salón de tango para milongas, que todavía hoy se escuchan de fondo, y por sus mesas pasaron figuras ilustres como Hipólito Irigoyen, Arturo Frondizi, Jorge Luis Borges, Carlos Gardel, Yoko Ono y Allan Parker, quien eligió el lugar para filmar escenas de la película “Evita”. La Ideal es un verdadero monumento que merece ser visitado.

Esquina de Córdoba y Florida / Web