Más dudas que puntos en otra noche decepcionante

Estudiantes necesitaba ganar. No solo para revalidar el triunfo conseguido en Mendoza hace una semana, sino también para reencontrarse con la victoria en el Jorge Luis Hirschi, algo que aún no logró desde la llegada de Abel Balbo al banco de suplentes. Y con ese objetivo, el Pincha comenzó el cruce ante Sarmiento muy decidido, siendo, ahora sí, protagonista del mismo.

Con un dibujo táctico distinto al que venía utilizando, el DT apostó a un 5-4-1, con el cual en el primer tiempo prácticamente no sufrió. Por el contrario, el León logró sumar más gente el ataque por los costados y estuvo en varias oportunidades cerca de abrir el marcador, mostrando los mejores pasajes de un ciclo que crece en cuanto a las dudas.

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Con Benjamín Rollheiser, Fernando Zuqui y Pablo Piatti muy activos por delante de Santiago Ascacibar, los de Balbo tuvieron las más claras, alimentando a Guido Carrillo, el único faro del ataque albirrojo ayer en UNO.

El de Magdalena lo tuvo primero de cabeza, algo incómodo, y luego de zurda, tras una gran maniobra individual de Zuqui por la izquierda. Pero su remate se fue cerca del palo derecho de Sebastián Meza.

Lo cierto es que a diferencia de otros encuentros, el equipo mostró movilidad, toque corto y asociaciones casi constantes para llegar en más de una oportunidad a ocasión de gol. Pero cuando muchos de sus intentos tenían destino de arco, siempre se cruzaba una pierna de la muy cerrada defensa visitante.

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Lo lamentó Piatti, por ejemplo, con un disparo potente dentro del área, con el cual no pudo probar la seguridad del arquero de los dirigidos por Damonte.

En materia defensiva el Pincha no mostró grietas y en ningún momento se lo vio incómodo, más allá de alguna imprecisión en la salida desde el fondo. Sin embargo, con esa tranquilidad por su arco en cero, no pudo en los primeros 45 minutos lograr el desequilibrio necesario donde realmente suma para sus aspiraciones, la red de enfrente.

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Así, con otra lluvia de silbidos, pero en esta ocasión para el siempre polémico Andrés Merlos, que una vez más no estuvo a la altura y que obvió un tremendo codazo de Toledo sobre Carrillo que terminó con el Estudiantes recogiendo sus propios dientes del verde césped, se fue una primera etapa en la que los de Balbo hicieron mucho más que los de Damonte para un 1 a 0 que no llegó, pero que en el caprichoso juego de los merecimientos los tuvo como claros ganadores.

Ya en el complemento, Estudiantes siguió buscando, sin tanta precisión para ensanchar la cancha pero con igual deseo. Y rápidamente tuvo su recompensa.

Tras un tiro de esquina, el despeje corto le quedó a Ascacibar en la puerta del área. Y el volante, sin dudar, la tomó de aire para un remate que por fin no se encontró con una pierna visitante delante y que sorprendió a Meza para el desahogo albirrojo. Justo en el día de su cumpleaños 26, quien regresó del fútbol italiano por deseo propio se daba el gusto de convertir su primer gol con la camiseta del Pincha, y de hacerlo en UNO, para el delirio local.

Con la ventaja a su favor y la tranquilidad en el fondo, el León creció ante un Sarmiento que debió salir de su plan inicial, pero que casi cuenta con una chance inmejorable gracias a Merlos y un penal que nunca fue tal. El árbitro cobró una mano de Lollo que él solo vio. El VAR intercedió y lo corrigió minutos después. No así como debería haber hecho con Carrillo en su momento.

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Tras ese momento de incertidumbre, Balbo movió el banco y mandó a la cancha a Mauro Boselli y José Sosa por Zuqui, de muy buen partido, y Carrillo. Luego hizo lo propio con Mauro Méndez y Deian Verón, quienes ingresaron por Piatti, muy cansado, y Rollheiser, con alguna molestia.

Así, con nuevos protagonistas, el Pincha sumó piernas frescas y más presencia en el área opuesta, pero perdió por completo el control de la pelota. Y lo pagó carísimo.

Perdido en el campo y con un visitante urgido y obligado, ya con López y Melano en la cancha, los de Damonte aprovecharon un tremendo quedo del León para llegar a un empate que no estaba en los planes. Bettini mandó un centro cruzado y Toledo, solo por el segundo palo, cabeceó con comodidad para asistir del otro lado a Melano, quien también entró solo. Ley de ex pura, empate 1 a 1 y un contexto que se dio vuelta por completo.

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En nada, y otra vez por motus propio, el Pincha pasó de la alegría a los nervios. De los aplausos a las quejas. Y del aliento al “movete, Pincha, movete”.

El pitazo final profundizó la decepción en UNO, donde aún no conoce lo que es la victoria y nuevamente se cargó de dudas en cuanto al futuro.