“El rinoceronte” de Durero y la revolución artística salida de las imprentas

VIENA

EFE

Desde el renacentista Alberto Durero hasta el representante de la corriente pop David Hockney, las diferentes técnicas de impresión del grabado han atraído a artistas durante siglos. El museo Albertina de Viena reúne ahora obras maestras del género.

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La exposición, titulada “Durero, Munch, Miró - Los grandes maestros del grabado”, presenta hasta el 14 de mayo decenas de piezas desde el siglo XV hasta finales del XX y explica cómo “el perfeccionamiento de las técnicas de impresión permitió al arte viajar por Europa”.

Entre las xilografías expuestas se destaca “El rinoceronte” (1515), que Durero trazó sin haber visto al animal, sólo sobre la base de descripciones escritas y el boceto de un ejemplar capturado.

Un sultán de la India envió en 1515 un rinoceronte como regalo al rey de Portugal, Manuel I. La llegada del primer ejemplar que se veía en Europa desde la época de los romanos causó una enorme expectación. El rey portugués envió el animal al Papa como presente, pero Ganda, que es como se llamaba el rinoceronte, murió en un naufragio frente a las costas italianas.

La trágica historia de Ganda y su rareza hizo que todo el mundo quisiera ver al animal, que en Europa tenía casi la categoría de mitológico, y la xilografía de Durero se convirtió en todo un éxito de la época, con cientos de ejemplares vendidos.

La expo es un desfile de obras maestras no solo de Durero, sino de Goya, Munch y Miró

La confluencia a partir de mediados del siglo XV del papel y las nuevas técnicas de impresión, tanto de tipos móviles, para producir libros, como de grabados, permitió la difusión de piezas de arte a una escala y a una velocidad desconocida hasta entonces.

“Eso hizo posible que una composición de Rafael en el Vaticano pudiera llegar en pocas semanas a Alemania o a Londres. El trabajo de un artista podía darse a conocer en pocas semanas, permitió al arte viajar por toda Europa”, explica el director de Albertina, Klaus Albrecht Schröder.

Durero, que además de ser un maestro del buril tuvo un gran olfato para los negocios, contrató a vendedores para colocar sus grabados en los mercados o en ferias, y tuvo un enorme éxito con su rinoceronte imaginado.

“Hasta el siglo XX la imagen de Durero se incluyó como una descripción de un rinoceronte, pese a que ahora sabemos que no es exactamente igual”, indica Schröder. Durero dibujó un ejemplar con dos cuernos, con escamas en las patas y con una piel no sólo gruesa sino similar a una armadura.

GOYA, MUNCH Y MIRÓ

El objetivo de la exposición no es una cronología sobre el desarrollo del grabado, sino un desfile de obras maestras que incluyen también piezas de Francisco de Goya, Edvard Munch o Joan Miró, entre muchos otros.

También se puede apreciar la evolución del grabado, desde las incisiones sobre madera que se entinta y después se imprime sobre papel, hasta las litografías o la más moderna serigrafía.

Todas las obras proceden de la propia colección del Albertina, que tiene uno de los mayores fondos de artes gráficas del mundo con más de un millón y medio de piezas originales.

La exposición pasa desde los primeros maestros, como Durero, a la escuela italiana de Andrea Mantegna, el detallismo de Rembrandt, el simbolismo de Goya y sus Desastres de la Guerra y Caprichos.

Del siglo XIX se muestran algunas emblemáticas piezas litográficas de la colorista cartelería de Toulouse-Lautrec y los trabajos expresionistas de Edvard Munch, entre muchos otros.

Al final de la muestra se homenajea también a Käthe Kollwitz (1867-1945) que, con sus obras expresionistas de gran fuerza, fue la primera maestra del grabado. También hay piezas de Miró y de David Hockney, entre otros artistas del siglo XX.

Sin embargo, la exposición no abunda en obras contemporáneas, algo que hará en otra muestra que llevará por título “De Andy Warhol a Damien Hirst - La revolución del grabado” con obras de 1960 en adelante.

Para cerrar una trilogía sobre el grabado, Albertina dedicará a partir de marzo una gran exposición a Picasso con motivo del 50 aniversario de su muerte y en la que se incluirá también su trabajo gráfico.