Tatiana Vera: una Pantera de “acero inoxidable”

El hecho de nombrar a Tatiana Vera es inevitable no asociarla con Las Lobas, el equipo femenino de vóley de Gimnasia, sabiendo además el apego que tiene con los colores azul y blanco.

Tati Vera se encuentra en el país siendo parte del nuevo proceso que arrancó el seleccionado argentino femenino de vóley con Daniel Castellani como entrenador principal.

La armadora platense, oriunda de la barriada de Altos de San Lorenzo, viene de jugar en un gran nivel en Austria, donde con el equipo de Steelvolleys de Linz (algo así como las “chicas de acero”), que compartió plantel con Martina Serramalera (hoy en Banco Provincia) y el técnico argentino: Facundo Morando, consiguió un hecho inédito para el vóley femenino austríaco al conquistar las tres competencias de la temporada y como si fuese poco se llevó el premio a la mejor jugadora (MVP).

“Nuestro equipo contaba con un gran potencial, ya que estaba nutrido de jugadores estadounidenses, alemanas y checas”

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En los planes de Tatiana Vera (30 años) es continuar jugando la próxima temporada en otra Liga de Europa, ya se siente capacitada física y mentalmente para seguir actuando en nivel de exigencia del vóley mundial.

-¿Fuiste parte de un hecho inédito en el vóley femenino de Austria?

-Sí, es así, ya que con el equipo de Steevolleys de Linz redondeamos una temporada excelente al conseguir la triple corona de ese país: La Liga, la Copa de Austria y la Supercopa; aunque el club desde 2019 se puede decir que era el dominador de la Liga de vóley femenino de Austria.

-¿Y cómo ese el vóley en Austria?

-Cuenta con una Liga competitiva muy superior a la de España donde supe tener un paso. Es cierto que nuestro equipo contaba con un gran potencial, ya que estaba nutrido de jugadores estadounidenses, alemanas y checas. A tal punto que en la Liga solamente perdimos un partido; aunque también salimos a competir por el resto de países del continente europeo.

-¿Cómo te relacionabas dentro del equipo desde tu rol de armadora?

-A veces resulta un tanto dificultoso. Ahí se habla la mayoría en alemán, pero hice hincapié para mejorar mi inglés que era muy básico, pero por otro lado también tengo la faceta bien desarrollada de poder interactuar y socializarme con gente pese a que no hable el mismo idioma. En la previa a la competencia hicimos varias giras por otros países de Europa y eso me sirvió para ganar confianza y para que mis compañeras conozcan mi dinámica en la cancha.

-¿En lo personal te sirvió para crecer desde el punto de vista competitivo?

-Lógico fue una temporada muy buena y de mucho crecimiento. Y al margen de lo deportivo, el hecho de ayornarme a la cultura de un país como Austria, convivir con otra gente, otro idioma no es fácil, cuesta bastante. Con el paso del tiempo uno se va acostumbrando a salir de su zona de confort. Claro que también falta ese lado del afecto y estar cerca de la familia, pero también entiendo de que hago lo que me gusta y que en definitiva soy una apasionada del vóley.

-A la vuelta al país, te sumaste a la Selección Argentina.

-Me llamó el entrenador (Ricardo Castellani), estuve charlando para entrenar y también estoy en el grupo que va a participar de los partidos amistosos que se van a jugar contra Cuba. Estoy contenta de poder volver a vestir la casaca nacional con Las Panteras, que es un honor para cualquier deportista de su país.

-¿Cuáles serán tuvo próximos pasos?

-Después de este proceso con el seleccionado argentino voy a volver a jugar a Europa. Seguramente no a Austria, sino que estoy hablando con mi representante para tratar de cerrar con un equipo de otro país de aquel continente.

-¿Y un deseo para el futuro?

-Lo que hablo siempre con mi manager que es ir a jugar a otra Liga superior. Subir el nivel y ver hasta dónde me da y dónde llego. Me gusta tener desafíos superadores.