Escuelas conectadas con el mundo natural

Frente a la pedagogía “blanca” (las recompensas) y la pedagogía “negra” (los castigos), la educadora Heike Freire reivindica la pedagogía “verde”, que propone un acompañamiento de los “procesos naturales” de desarrollo y aprendizaje en los niños, empezando por la reconexión con ellos mismos y con su entorno.

Freire reivindica el concepto de “biofilia” (amor a la vida) acuñado en su día por Erick Fromm y actualizado por Edward O. Wilson y Stephen Keller: “Hay un cariño espontáneo que puede apreciarse pronto en cualquier bebé con un crecimiento medianamente saludable: ama la tierra, le gustan el agua, las plantas, los árboles, los animales diminutos y los grandes... Por eso, cuando se encuentra entre ellos, expresa curiosidad, alegría y entusiasmo”, dice.

“La Naturaleza como madre y maestra”. Esa es la propuesta de la educadora, testigo y parte del “avance enorme” de la conciencia ambiental en los colegios desde que publicó “Educar en Verde” hace poco más de una década: “Muy poca gente valoraba entonces la necesidad del contacto con el mundo natural. Ver a una criatura jugando con tierra o buscando bichos, subido a un árbol o plantando una semilla, no parecía algo importante para su futuro”.

“Hoy, sin embargo, cada vez son más las personas que saben lo vital de ese contacto, su enorme trascendencia presente y futura”, puntualiza la pedagoga “verde”, editora de un reciente libro -“Patios Vivos”- con decenas de iniciativas a lo largo de nuestra geografía para desasfaltar los lugares de recreo y “renaturalizar” desde dentro las escuelas.

“Tenemos que construir una sociedad más amable, más humana, más lenta... y más conectada con el mundo natural”. La frase también es de Heike, y los cofundadores de la escuela de Gorina Arandú creen “en la necesidad de promover el contacto diario con la naturaleza, por necesidad vital, por las infinitas posibilidades de aprendizaje que brinda, porque no se cuida lo que no se conoce”.

LE PUEDE INTERESAR

Ozempic: llega la droga que en Estados Unidos parece “milagrosa” para bajar de peso

LE PUEDE INTERESAR

La brecha de género en la atención cardiovascular

En el árbol de cristal del Parque Pereyra / Arnadú

“Pensamos nuestros patios como espacios naturales, con tierra, plantas, árboles. Conectamos con el entorno, observando a los teros que anidan en la zona, viendo cómo enseñan a sus pichones o cuando necesitan agua donde refrescarse si hace mucho calor. Actualmente estamos trabajando con los chicos en la construcción de un mariposario para poder atraer mariposas a nuestras plantas y observar todo su ciclo de vida, desde que ponen los huevos, nacen las orugas y se alimentan, forman la crisálida, hasta verlas finalmente volar y comenzar un nuevo ciclo”, dicen Martín Romano y Mariana Soler, que son también representantes legales del espacio de enseñanza.

“También creemos que hay que ir más allá de la escuela, salir al exterior buscando el contacto con lo natural. El sábado pasado, por ejemplo, hicimos una caminata familiar al árbol de cristal en el Parque Pereyra, que tuvo una gran convocatoria. Además, hacemos salidas educativas a entornos naturales cercanos desde sala de 3 hasta el secundario. Y tenemos un proyecto de viajes y campamentos para que, año tras año, los chicos vayan conociendo diferentes lugares. Son progresivos, ya que en sala de 5 se quedan una noche a dormir en la escuela, luego van de campamento por la zona y cuando son más grandes viajamos a la playa, la laguna y las sierras. En estos viajes siempre buscamos educar en la realidad, en el vínculo auténtico con el lugar. Bañarnos en la laguna, en el mar, hacer una caminata o disfrutar de una fogata por la noche, en síntesis, vivir experiencias significativas de contacto con la naturaleza. Retomando a Heike Freire en su mirada hacia las necesidades de las nuevas generaciones: ‘Es a través del movimiento al aire libre cómo desarrollan sus sentidos, su psicomotricidad, su inteligencia espacial y social. El contacto con la naturaleza debería ser frecuente y cotidiano, para aprovechar los beneficios cognitivos, de memoria, atención y aprendizaje que aporta el entorno natural’”, comparten los responsables de la escuela de Gorina.

Por su parte, María Eugenia Scarpinelli es directora general del Colegio Esseri -fundado en 2016- y, según cuenta, es un lugar de enseñanza “basado en la neurociencia y en el bienestar del alumno. Es un proyecto con la mirada puesta en la persona y en el desarrollo de sus capacidades creativas, físicas, emocionales y cognitivas”.

En el establecimiento educativo, el contacto con la naturaleza ocupa un lugar primordial: “contamos con una amplia disponibilidad de espacios al aire libre, lo que añade un beneficio único a la práctica deportiva. El contacto regular con la naturaleza ha demostrado mejorar el bienestar emocional, fomentar la creatividad y promover un mayor sentido de pertenencia al entorno. Estar rodeados de naturaleza también reduce la fatiga mental, lo que resulta en una mayor capacidad para enfocarse en las tareas académicas después de los recreos activos en áreas verdes. Con eje en la ‘educación en movimiento’, nuestro programa incluye una mayor carga horaria de Educación Física y ‘recreos saludables’, lo que permite que los estudiantes participen en actividades físicas durante más tiempo a lo largo del día. La posibilidad de moverse más frecuentemente no solo previene el sedentarismo, sino que también crea oportunidades para que los alumnos desarrollen habilidades sociales y emocionales. Esta mayor exposición al deporte y a la recreación fortalece el trabajo en equipo, el liderazgo y el respeto mutuo, valores claves para el desarrollo integral”, detalla Scarpinelli.

“Nuestro predio nos permite llevar a cabo una gran cantidad de actividades y eventos al aire libre. Desde los ‘Esseri Camp’, uno de los eventos preferidos de nuestros alumnos, hasta la práctica diaria de deportes como fútbol, atletismo, vóley o handball. Además, con el foco puesto en el bienestar del alumno, llevamos adelante prácticas como yoga y mindfulness, que se potencian al estar en contacto con la naturaleza”.

La directiva asegura que “cada vez se conoce más sobre los múltiples beneficios, tanto cognitivos, como físicos y emocionales, que tiene pasar tiempo en la naturaleza. Con el aumento de exposición de los niños frente a las pantallas (potenciado aún más por la pandemia), los padres están preocupados por los efectos del sedentarismo y la desconexión con la naturaleza. Sumado a que existe una mayor conciencia y preocupación por el medio ambiente, desean que sus hijos desarrollen una relación más cercana con la naturaleza y valores de respeto hacia ella. En resumen, este interés por la educación al aire libre refleja el deseo de las familias de equilibrar el estilo de vida moderno con el bienestar físico, mental y emocional de sus hijos”.

Los chicos participan de las actividades de huerta / jardín Montessori

COMPROMISO CON EL PLANETA

“Estamos convencidos de que la educación ambiental es esencial para formar a los ciudadanos del siglo XXI. A lo largo de los tres niveles educativos que ofrecemos -Inicial, Primario y Secundario- fomentamos el cuidado del entorno y las prácticas sostenibles como pilares fundamentales de nuestra propuesta educativa”, dicen desde En Nueva Escuela Argentina (NEA) de la Ciudad.

“Desde proyectos interdisciplinarios que buscan generar conciencia y hábitos amigables con el medio ambiente, hasta iniciativas más amplias que conectan a nuestros estudiantes con el mundo, estamos comprometidos en construir un futuro mejor. Uno de nuestros mayores logros ha sido Unplastify, una propuesta educativa de National Geographic que invita a los jóvenes a desarrollar ideas para reducir el uso del plástico en sus contextos cotidianos. Nos enorgullece haber sido seleccionados, entre muchas escuelas de Sudamérica, como ganadores del premio Unplastify 2021 por nuestro proyecto Dulciclando, que busca reutilizar y revalorizar residuos plásticos”, recuerdan.

“Cuando los niños tienen libertad de contacto con la naturaleza, su fuerza no tarda en revelarse”

María Montessori

Además, destacan: “Somos miembros activos de la Red de Escuelas para el Desarrollo Sostenible (REDES), y trabajamos estrechamente con la organización Eco House, quienes lideraron la creación de la Ley de Educación Ambiental en Argentina. A través de talleres y acciones conjuntas, seguimos promoviendo un cambio cultural hacia un estilo de vida más sustentable”.

“Este año, hemos emprendido un nuevo desafío: el desarrollo de una huerta agroecológica en nuestra escuela. Este proyecto no solo nos enseña sobre el suelo, las plantas de estación y el cuidado del entorno, sino que también nos invita a reflexionar sobre los beneficios de una alimentación saludable y sostenible. La construcción de esta huerta desde cero está siendo una experiencia educativa profunda, que involucra a toda la comunidad escolar. El compromiso de NEA con el planeta es firme e inquebrantable. Creemos que la educación ambiental debe ser parte integral de la formación de nuestros estudiantes, para que puedan convertirse en agentes de cambio en un mundo que necesita soluciones urgentes para los desafíos ambientales”, afirman desde el equipo de Conducción del nivel Secundario.

Trískel Montessori -un jardín de Infantes público de gestión privada, que abrió sus puertas el 21 de abril de 2014- adopta la filosofía Montessori para acompañar a la primera infancia. Cuenta “un ambiente preparado: un lugar amplio y abierto, ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo del niño. La sala está dividida en áreas permitiendo una gran libertad de movimiento. Los niños pueden trabajar en grupos o individualmente, con el material diseñado científicamente, con propósito”, describe Cecilia Meroni, cofundadora del lugar, que está celebrando sus 10 años.

El ambiente Montessori, es multiedad, la componen niños y niñas de 3, 4 y 5 años; favoreciendo la cooperación espontánea, el deseo de aprender, el respeto mutuo y la incorporación profunda de conocimientos a través del ejercicio de enseñarle a otros. “Elegimos la filosofía Montessori dado que el modelo de educación está centrado en la persona, los niños y las niñas pueden desarrollar sus potencialidades, focalizando en sus ritmos de aprendizaje y respetando los tiempos naturales. En Trískel postulamos una enseñanza que valoriza la dignidad de cada persona, que promueve el cuidado del medio ambiente; que respete la diversidad en todas sus expresiones, propiciando la búsqueda colectiva de un modo de vivir y de relacionarse que contribuya a la construcción de un mundo más dialógico, equitativo y solidario en beneficio de todas las formas de vida que habitan el planeta”, resaltan.

Con respecto a la vinculación con la naturaleza, desde el jardín dicen que “cuando el niño se siente seguro y vinculado al entorno natural, las oportunidades de aprendizaje se multiplican. Aquí el ambiente exterior es tan valioso como el ambiente interior, resulta emocionante ver la curiosidad de los niños: apreciar las plantas, los insectos, descubrir una piedra o trepar un tronco. El jardín de infantes es una oportunidad para la conexión con la naturaleza, fortalecer el respeto por lo vivo y jugar en la naturaleza. María Montessori, expresó: ‘El niño es el mayor observador espontáneo de la naturaleza’. Por ello debemos ofrecer experiencias directas y concretas que los enriquezcan”, aseguran.

“En Trískel proporcionamos motivos de actividad durante la jornada; para contribuir a la tomar de conciencia y realizan tareas con propósito; algunos ejemplos: “clasificación de residuos”, en la sala los chicos diferencian en contenedores, verdes o negros, según el tipo de residuo”, señalan desde el jardín.

El reciclaje, fundamental / Nueva Escuela Argentina