Cuestiones “no menores”: robos y miedo en los comercios de calle 8

Los años pasan y los propietarios de los comercios de calle 8, principalmente desde 45 hasta 55, así como otros ubicados en varias arterias transversales, conviven con una realidad que no pasa de moda: los robos con diferentes horarios y modalidades.

Pero hay otro aspecto que -también como denuncian en ese sector de la Ciudad- está estrechamente asociado con esa inquietante problemática.

En tal sentido, son coincidentes los testimonios que atribuyen buena parte de los delitos a grupitos de menores de edad, que deambulan todos los días por el barrio.

Así volvieron a exponerlo cuando este diario en la tarde de ayer hizo un recorrido por los negocios de calle 8 y adyacencias.

“NOS LLEVARON LA CAJA FUERTE”

Uno de los muchos locales del centro comercial que ya se convirtió en blanco de la inseguridad, fue el drugstore “Open Market”, que está en 47 entre 7 y 8.

Su encargado, Jorge Zambrano (35), informó a EL DIA que hace dos semanas “vinieron tres pibes, a las 5 de la mañana de un domingo, y después que violentaron la cortina del frente del local, uno de ellos entró y los cómplices se quedaron de `campana´ afuera”.

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A diferencia de otros hechos similares, en los cuales los ladrones se alzaron con el dinero que había en la caja registradora y hasta, en algunos casos, también sustrajeron mercadería, la bandita de menores que delinquió en el citado drugstore, fue aún más ambiciosa.

En tal sentido, Zambrano reveló que “el que se metió en el negocio, consiguió robar la caja fuerte, pese a que estaba amurada, que tenía en su interior 140.000 pesos”.

Luego citó que “hace casi 4 años que estamos acá y fue el único robo importante que tuvimos, porque en otros momentos sufrimos la sustracción de mercadería por mecheros. Aunque en uno de esos casos, ocurrido hace un año, el monto de la mercadería que nos sacaron fue por un total de 40.000 pesos”.

Asimismo, dejó en claro que “los robos en comercios de esta zona se intensificaron en los dos últimos años, por lo que nos vamos enterando por comentarios y viendo además en el grupo de WhatsApp de los comerciantes”.

Enseguida puntualizó algunos de los episodios delictivos en negocios de las cercanías.

“Al maxikiosco que tenemos en 8 y 48, ya le robaron varias veces y, ya desde las 8 de la noche, ahí atienden con rejas que se ponen en el frente”, reflejó.

También consignó que “en un comercio de venta de ropa de 48 entre 7 y 8, rompieron también de madrugada la entrada al local y prácticamente lo vaciaron”.

El encargado del drugstore, a su vez recordó que “al negocio de venta de celulares de 8 y 48 le robaron dos veces en un mes, por lo que tuvieron que hacer instalar una cortina metálica para proteger sus vidrieras”.

“Y al kiosco de 47 entre 8 y 9, le robaron a principio de este año”, memorizó después.

Por otra parte, aludió a que, de acuerdo a lo que suelen observar cuando entran o pasan por comercios de la zona, lo mismo que cuando quedan filmados por cámaras de seguridad, “estos chicos tienen entre 10 y 18 años”.

Subrayó que los negocios del lugar quedan mayormente desamparados durante las madrugadas. “De noche calle 8 y las arterias transversales son como un pueblo sin ley, porque casi nunca se ve pasar a un patrullero. Y de día, anda un móvil policial alguna que otra vez”, sentenció preocupado.

“SE TE RÍEN EN LA CARA”

En tanto, Soledad Pérez (30), encargada del negocio de ropa masculina “Vancouver”, de 8 entre 49 y 50, que tiene además una sucursal en City Bell, también se refirió al drama de los robos en el Centro.

Ante la consulta de este diario sobre la inseguridad, indicó que “por acá roban ladrones de diversas edades, pero en los grupos de WhatsApp alertan del peligro que representan los menores de edad, que deambulan por esta zona”.

Puntualizó al respecto que “es cosa de todos los días de estar atentos ante esta situación, porque por ejemplo acá han venido estos chicos, por lo general de 10 a 14 años, a molestar”.

“Casi siempre andan en grupos de a tres, a veces drogados y hasta con alguna botella de cerveza en mano. Tocan los maniquíes y hasta te hablan desafiantes”, describió.

Soledad refirió también que “si llamás al 911 para que se vayan, llega el patrullero y huyen enseguida. Pero cuando notan que se fue la Policía, vuelven al local y se te ríen en la cara”.

Como reflexión final indicó que “se aprovechan de que son menores de edad y no les podés hacer nada. Se jactan de eso. Se manejan con total impunidad”.