La condesa de Chikoff en los jardines de Quilmes

“Siempre hay que mirar para adelante”. Así concluyó Cristina Kirchner su mensaje del sábado en Quilmes después de haber dedicado buena parte de los setenta y cinco minutos de su exposición al pasado, particularmente del período 2003-2015.

Su repaso histórico salteó los cuatro años del Frente de Todos, administración a la que se refirió como “la que vino después de Macri”. Allí está la clave: esa omisión expone el fenómeno Milei como casual, quitando la causalidad generada por el mandato previo. El presidente no dejó pasar la oportunidad y respondió de volea en tiempo real: “Uds. defendieron un modelo que se basaba en gastar sin límites y falsificar dinero para tapar el agujero”.

Dejar el gobierno con el 211% de inflación merece una explicación. La actual experiencia anarco-capitalista es menos un capricho de la historia que el resultado de uno de los caprichos más costosos de CFK: la candidatura de Alberto Fernández y la construcción de un artefacto de poder defectuoso y plagado de internas. Pretender que todas las facturas de esa gestión las pague el expresidente es tan cómodo como arbitrario. Ella fue vicepresidenta y, además, preceptora de importantes áreas de gestión. Como por ejemplo la energética, a la que le dedicó muchos minutos de su clase magistral.

A propósito de la modalidad docente que le imprime a sus actos, sinceró desde el escenario que Máximo “está podrido” con las lecciones a cielo abierto. La respuesta a la queja de su hijo fue elocuente: lo mandó a estudiar. Para facilitar la tarea pedagógica utilizó un lenguaje muy coloquial: “no me jodan”, “se cagan de hambre”, “déjense de pelotudeces”, “me importa una mierda”, “es un kilombo” y cosas así.

Aunque ella se auto perciba como la condesa de Chikoff lo cierto es que se esmeró en imitar la estética discursiva a la que recurre cotidianamente el león libertario. La vulgaridad se ha convertido en un lujo seductor para dirigentes de las ideologías más variadas. Al fin y al cabo, ambos coinciden en que importan más los modelos que los modales.

El stand up se ha consolidado como formato para viralizar fragmentos en las redes. Si la presencialidad escasea la virtualidad debe estimularse. Esta nueva versión de la resistencia con aguante se da en un contexto distinto a la anterior. Aquella, en el inicio de la administración de Cambiemos, venía después de la década ganada. Esta luego de la década perdida.

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Lo dejó claro en el comienzo mismo del evento Mayra Mendoza, cuando describió el itinerario del monumento de Néstor Kirchner: inaugurado en la sede del UNASUR de Ecuador en el 2014, trasladado al Centro Cultural en el 2020 y exhibido a partir de ahora en el municipio de la tercera sección electoral. Si la intención es evitar que termine en Calafate habrá que evaluar la posibilidad de renovar y ampliar el repertorio.

Como señalara Axel Kicillof durante la campaña electoral del año pasado, evitar la comodidad de repetir las canciones que todos conocen de memoria y animarse a componer nuevas letras y melodías. Quizás por ello el gobernador no fue invitado a compartir el escenario y tuvo que escuchar la música de siempre con el público.

La vulgaridad se ha convertido en un lujo seductor para dirigentes de variadas ideologías

Para dedicarse a componer con creatividad se necesita debatir diagnósticos, aclarar conceptos y responder algunas preguntas: ¿Es necesario o no el superávit fiscal? ¿Se trata de una anomalía que involucra a solo dos países en el mundo o es una meta virtuosa que se alcanzó en seis de los doce años de los gobiernos kirchneristas? ¿Se puede plantear consistentemente el objetivo de la justicia social en una economía estanflacionaria? ¿Vale reclamarle al actual oficialismo equipos sólidos y un plan de estabilización cuando no hubo ni una cosa ni la otra en la administración anterior?

La calidad bien entendida empieza por casa. La única frase con algún contenido autocrítico fue reconocerse como “medio mandona”. Quizás sea un tema para profundizar. Algunos parecen querer hacerlo. Al mismo tiempo que Cristina daba su discurso, el intendente de Esteban Echeverría Fernando Grey y el ex intendente de Hurlingham Juanchi Zabaleta se mostraban en X (ex Twitter) impulsando el hashtag #otravezsopa posando frente a un plato del brebaje. La ironía es un camino de ida y vuelta.

Es tan cierto la falta de variedad en el menú K como la necesidad de los desafiantes de tomar mucha sopa para estar a la altura. Quienes quieran innovar en el peronismo deberán sumar algo más que retuits y likes. Ya hubo amagues en el pasado que terminaron en la nada. Muchos factores incidirán en las posibilidades, pero la voluntad genuina de cambio resulta indispensable.