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Un aliado contra la presión arterial: un ácido graso esencial podría ayudar a hipertensos

Hay algunos especialistas que hablan sobre el Omega 3, ya que podría mejorar la función vascular, reducir la inflamación y potenciar el control junto a la medicación, la dieta y el ejercicio

Un aliado contra la presión arterial: un ácido graso esencial podría ayudar a hipertensos

La presión arterial es un mal que crece en la población del país / Freepik

19 de Octubre de 2025 | 04:55
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En los consultorios médicos, cada vez más especialistas —entre ellos cardiólogos, clínicos y nutricionistas— recomiendan sumar suplementos de Omega 3 al tratamiento integral de las personas hipertensas. Si bien la medicación, la dieta equilibrada y la actividad física siguen siendo los pilares fundamentales para controlar la presión arterial, distintas investigaciones científicas avalan que este ácido graso puede potenciar los resultados y aportar beneficios adicionales para la salud cardiovascular.

El Omega 3 es un tipo de grasa poliinsaturada esencial, lo que significa que el cuerpo no puede producirla por sí solo y debe obtenerla a través de la alimentación o de suplementos. Sus principales componentes, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), se encuentran principalmente en pescados grasos como el salmón, las sardinas o el atún, aunque también existen versiones vegetales provenientes de algas o semillas como la chía y el lino. En los últimos años, múltiples estudios han demostrado que su ingesta regular puede contribuir a reducir los valores de presión arterial, mejorar la elasticidad de las arterias y disminuir la inflamación sistémica, factores clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Los especialistas explican que el efecto del Omega 3 sobre la presión arterial se debe a varios mecanismos fisiológicos. En primer lugar, mejora la función del endotelio, la capa interna que recubre los vasos sanguíneos y que se encarga de regular su dilatación y contracción. Cuando este tejido se deteriora, la presión tiende a elevarse. Los ácidos grasos Omega 3 estimulan la producción de óxido nítrico, una molécula que favorece la vasodilatación y facilita el flujo sanguíneo, reduciendo así la resistencia vascular. Además, poseen un potente efecto antiinflamatorio y antioxidante que ayuda a proteger las paredes arteriales del daño progresivo causado por el estrés oxidativo y la inflamación crónica, dos procesos que suelen estar presentes en los pacientes con hipertensión y síndrome metabólico.

Otro de los beneficios observados es la disminución de los niveles de triglicéridos, un tipo de grasa que, en exceso, favorece la rigidez arterial y el desarrollo de placas de ateroma. Según la American Heart Association, la suplementación con entre 2 y 3 gramos diarios de EPA y DHA puede reducir los triglicéridos hasta en un 30%. Esa mejoría del perfil lipídico no solo impacta en la presión arterial sino que también reduce el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular. “El Omega 3 no reemplaza a la medicación, pero tiene un efecto complementario muy valioso. En pacientes hipertensos, especialmente los que tienen sobrepeso, colesterol alto o antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, puede marcar una diferencia significativa”, sostiene la cardióloga argentina Silvia Ochoa, integrante de la Sociedad Argentina de Cardiología.

El impacto más notorio de los Omega 3 se observa en personas con hipertensión leve o moderada, donde las reducciones promedio de la presión sistólica rondan los 4 a 5 milímetros de mercurio y las de la presión diastólica unos 2 o 3 puntos, según distintos ensayos clínicos publicados en revistas internacionales como Journal of the American Heart Association y British Journal of Nutrition. Aunque el descenso pueda parecer pequeño, su efecto acumulativo y sostenido en el tiempo es clínicamente relevante, sobre todo cuando se combina con otros hábitos saludables. Además, en adultos mayores, los ácidos grasos ayudan a mejorar la flexibilidad de las arterias, que con la edad tienden a endurecerse y dificultan el control de la presión.

Los nutricionistas destacan también el papel del Omega 3 en la regulación del metabolismo y la sensibilidad a la insulina, factores que frecuentemente se alteran en los pacientes hipertensos. Por ese motivo, su incorporación no solo apunta a controlar la presión, sino a intervenir en el conjunto de desequilibrios metabólicos que caracterizan al síndrome metabólico y al riesgo cardiovascular global. En personas con dietas pobres en pescado o con consumo excesivo de carnes rojas y ultraprocesados, la suplementación adquiere una relevancia mayor, ya que el equilibrio entre Omega 3 y Omega 6 —otra familia de ácidos grasos presentes en aceites vegetales— es determinante para mantener una correcta respuesta inflamatoria del organismo.

Sin embargo, los especialistas insisten en que el uso de suplementos debe ser siempre supervisado por un profesional. Aunque los efectos secundarios son poco frecuentes, dosis elevadas pueden interferir con la coagulación o potenciar el efecto de medicamentos anticoagulantes. Por eso, antes de incorporarlos, es necesario evaluar la dosis adecuada, la calidad del producto y las posibles interacciones con otros tratamientos. Además, la suplementación debe integrarse en un plan más amplio que incluya la reducción del consumo de sal, el control del peso corporal, la actividad física regular y el manejo del estrés.

En definitiva, la creciente recomendación de los Omega 3 en pacientes hipertensos responde a una visión más integral de la salud cardiovascular. No se trata solo de bajar los números en el tensiómetro, sino de mejorar la estructura y la función de los vasos sanguíneos, reducir la inflamación sistémica y proteger al corazón de futuros eventos. En palabras de la nutricionista clínica Laura Díaz, “el Omega 3 actúa como una herramienta preventiva y terapéutica a la vez. No cura la hipertensión, pero ayuda a que el cuerpo responda mejor a los tratamientos y que el sistema cardiovascular funcione de manera más eficiente”.

Mientras la ciencia continúa profundizando en los efectos de estos ácidos grasos esenciales, la evidencia actual los posiciona como un complemento valioso dentro de un abordaje multidimensional. En un contexto donde la hipertensión sigue siendo una de las principales causas de muerte prematura en el mundo, cada recurso que contribuya a proteger las arterias y fortalecer el corazón suma un paso más hacia una mejor calidad de vida.

Algunos expertos refieren que este suplemento complementaría el tratamiento clínico

 

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La presión arterial es un mal que crece en la población del país / Freepik

Hay píldoras de Omega 3 para usar como suplemento / Freepik

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