
Gremios docentes convocaron a un paro en La Plata tras las agresiones a docentes
Gremios docentes convocaron a un paro en La Plata tras las agresiones a docentes
Detuvieron a una funcionaria del Ministerio de la Mujer bonaerense por el ataque a la casa de Espert
Javier Milei en La Plata: así será el acto que encabezará este jueves
Tensión en Telefe por la pelea entre Germán Paoloski y Pilar Smith
Primera prueba positiva: Gimnasia venció a Defensa y Justicia en un amistoso
River, ante Inter de Milan, busca clasificar en su partido más difícil: formaciones, hora y TV
VIDEO.- Así una mujer caminaba por una vereda de La Plata y de repente se la "tragó" un pozo
Oportunidad para vender su auto usado publicando GRATIS sábado y domingo
Una "patota" golpeó a una legisladora de la UCR de Formosa a días de las elecciones
Mauro Icardi demandó a Wanda Nara con un duro castigo a las hijas: “No pueden ver a sus amigas”
Otra baja en Estudiantes: se lesionó Tobio Burgos y estará varias semanas afuera
Dolor en el fútbol argentino: falleció un jugador de San Telmo durante una operación de rodilla
El eclipse del siglo: un experto explicó cómo será el fenómeno y aclaró si se podrá ver en Argentina
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Alejandro Castañeda
Alejandro Castañeda
El apagón europeo logró el milagro de darle unas horas de estrellato a las viejas radios a transistores. Fue una venganza del ayer, cuando las cosas persistían en su ser y se conformaban con seguir siendo ellas mismas, abocadas a una sola faena, pero inocentes, sencillas y cumplidoras. Las radios conocieron su época de gloria cuando llegaron los transistores y salieron a pasear por las calles. Las ciudades se informaban con pilas. Pero las radios siempre siguieron allí, listas para volver a escena cuando se las necesite, sin rencor por haber sido tan olvidadas. Así como ellas, los mensajes que traen botellas arrojadas al mar, emisarios más remotos aún, también andan por ahí, dejando promesas de amor que se esclarecen con la lejanía.
En estos días, dos hechos reafirmaron la nobleza de esos amigos que se conformaban con integrar el magro batallón comunicacional del ayer. Lo del apagón fue inolvidable. Conmovía a los españoles, tan agrandados en su nuevo mundo, tener que aferrarse con uñas y dientes a las radios a transistores, por culpa de un corte de electricidad que dejó mudos y oscuros todos sus celulares, el compañero infaltable de estos días. Fue como la venganza de un ayer no tan lejano que alguna vez terminó arrasado por la nueva tecnología.
El apagón había anulado de un plumazo un sistema que parecía indestructible. Pero la vida, como siempre, siguió andando sin móviles. Con el cablerío inerte, las viejas pilas volvieron a ser buscadas, pero sobre todo las radios a transistores pudieron retornar a esas calles que hace mucho habían abandonado. Tenían la misión de llevar noticias y compañía a una población recalentada de urgencias y penumbras. Grupos de habitantes en todas las ciudades rodeaban al ocasional poseedor de una portátil que se esa noche convirtió en el portavoz de esas comarcas que estuvieron a merced de las sombras y el silencio. La alta tecnología tuvo que aceptar sus limitaciones. Porque como dijo Bauman “cuando se enciende el móvil se apaga la calle”. Los celulares de última generación, se mantuvieron al costado, inútiles, cabizbajos dejando que las orgullosas Spikas pasaran a ser portadoras del puñado de informaciones que se necesitaba conocer en esas horas extraviadas.
Las radios le devolvieron fraternidad y silencio al espacio urbano. La imagen tenía algo de acto religioso con esa fila de fieles desconcertados, sin audífonos ni selfies, atendiendo callados la narrativa mediática. Las portátiles callejeras enseñaron a saber escuchar en silencio, pero sobre todo, a que lo viejo nunca es desechable.
La otra noticia también habla de un antiguo sistema de comunicarse que esta vez vino recargado con un mensaje muy sensible. Crystal y Rick, dos turistas australianos que paseaban por la costa, vieron una botella arrastrada por las olas y, al notar que contenía algo en su interior, no dudaron en sacarla del agua. Lo que había dentro no era arena ni objetos valiosos, sino cenizas humanas y un mensaje. Las cenizas pertenecían a Geoff, un hombre cuyos seres queridos habían querido despedir de una forma poco convencional. La sorpresa dio paso al asombro cuando Crystal leyó el mensaje que acompañaba los restos: “Si la encuentras, arroja la botella a la marea saliente para que pueda continuar mi viaje”. Un mandato inimaginable y sugerente que no va dirigido a nadie pero vale para siempre. De alguna manera, en esa botella, Geoff sigue viajando, desafiando olas y tempestades, sin naufragar ni rendirse. Se niega a morir del todo y sólo ruega poder seguir estando como sea. El último pedido del hombre a sus familiares había sido que lo dejaran libre navegar por la corriente para que su alma pudiera conocer aquellos lugares a los que nunca había llegado. ¿Cuántas veces habrán abierto y cerrado la botella? ¿Cuántos lo descubrieron en el camino y lo dejaron seguir viajando? Esa botella que lleva por los mares los restos de Geoff trae un mensaje que lo prolonga y lo trasciende: es el emocionante rastro de alguien que no quiere abandonarnos del todo.
Recuerdos, perdidas, mensajes y evocaciones, de eso están hechos los sueños: Porque “la memoria –dice un aforismo- es el perro más estúpido: vos le tirás un palo y te trae cualquier cosa”.
LE PUEDE INTERESAR
Compañeros de ruta en los desafíos más duros
LE PUEDE INTERESAR
El martirio de las noches y madrugadas por las motos en Plaza Malvinas
Las portátiles callejeras enseñaron a saber escuchar en silencio
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$650/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$500/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí