Por los ecos del costo de la deuda, el mercado tropezó de nuevo

La súper tasa fija de casi 31% anual en pesos a cinco años de plazo que se vio obligado a pagar el ministro Luis Caputo para conseguir US$ 1.000 millones para tratar de sostener las reservas del Banco Central (BCRA), y con eso intentar cumplir con lo acordado con el FMI a mediados de junio y pagar US$ 4.500 millones a bonistas el 9 de julio próximo, siguió cubriendo de sombra al mercado argentino en el último día de negocios de mayo.

El viernes terminó con una suba generalizada en todos los dólares, pérdida de reservas en el BCRA, bonos a la baja, con riesgo país en alza, y nuevo descenso para la Bolsa de Buenos Aires, con baja en bloque de hasta el 4% en los ADR argentinos que cotizan en la Bolsa de Nueva York.

Esta mala foto del mercado argentino tiene una explicación muy clara y confronta con un dato que surgió en los mercados internacionales. Como las consultoras estiman que mayo terminó con una inflación del 1,9%, con inflación del 0% en las últimas dos semanas, se teme que la tasa del 30% anual pagada por Caputo el miércoles se puede llegar a convertir dentro de no muchos meses en un costo de más del 20% anual en dólares, un costo que es completamente inconsistente.

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Un aspecto preocupante

Y esta dura realidad que sufre Argentina confronta con una realidad que congela la sangre. Un país como España tiene en este momento un déficit fiscal del 2,8% del PIB y, además, la deuda pública española equivale al 101,8% de su Producto. Mientras tanto, Argentina tiene una deuda de sólo el 85,33% del PIB y en este momento el país tiene superávit fiscal. Según estos datos, al pedir prestado, Argentina debería pagar una tasa muy inferior a la que pagan los españoles.

Sin embargo, Argentina pidió apenas US$ 1.000 millones que apuntan a costar una tasa del orden del 20% anual en dólares, al tiempo que España colocó nada menos que 15.000 millones de euros, es decir casi 17 veces más que lo pedido por la Argentina medido en dólares. Argentina pidió lo que pidió a 5 años de plazo. Y España pidió esos fondos, y tuvo que pagar apenas 3,25% anual.

¿Cuál es la razón de esta diferencia? Analistas del sector financiero afirman que España tiene más espaldas por ubicarse debajo del paraguas de la Unión Europea, mientras que Argentina está en el Mercosur, con un Brasil que está cada vez más complicado con el gobierno de Lula. Pero, fundamentalmente, el sobre castigo que debe afrontar Argentina obedece a los diez cortes de manga (defaults) que alegremente le hicimos a los acreedores, por recibir dinero con los brazos abiertos, pero poner objeciones a la hora de pagar.

Esta diferencia determina que mientras Argentina tiene un índice de riesgo país que se está acercando nuevamente a los 700 puntos básicos, España tiene un riesgo de apenas 59 puntos, es decir casi 0,5% más que lo que pagan los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, considerados los más seguros del mundo.

La batalla electoral en el medio

Toda esta cuestión se da en momentos en el que el Gobierno de Milei está sumergiéndose en el momento más intenso de la batalla electoral por la votación de medio término, con el primer test contra el kirchnerismo el 7 de septiembre en provincia de Buenos Aires y después el gran examen a nivel nacional con la elección del 26 de octubre, que definirá cómo quedará el Congreso para la segunda parte de la administración Milei.

Con ese contexto, el país enfrenta además una realidad que ya había sido adelantada por varios expertos, especialmente un economista de la talla de Ricardo Arriazu, que advirtió que en lo que viene la destrucción será más rápido que la creación, por lo que se atravesarán momentos sociales difíciles. Para tratar de sostener el superávit fiscal, el ministro Sturzenegger está tratando de ahorrar donde sea: advirtió que ahora irá por una desregulación en el INTA, porque “está sobre dimensionado, tiene 6.000 personas, 3.000 vehículos y gasta la mitad de las retenciones del maíz”.

En línea con eso, mientras el Gobierno acaba de declarar ilegales las huelgas en un sinnúmero de sectores que consideró esenciales, se enfrenta otro problema. Las aguas de la gran inflación han bajado, al no recibir aumentos significativos inmediatos, con emisión de pesos sin fin, como se hacía antes, ahora los asalariados perciben con más claridad que sus ingresos fueron dañados.

Argentina tiene un índice de riesgo país que se está acercando a los 700 puntos básicos

Un contexto internacional complejo

Al mismo tiempo, esta desafiante situación que tiene Argentina, encuentra ahora una realidad internacional más compleja. Luego de ser trabado por una escala judicial en su iniciativa para poner aranceles, el Presidente de EE.UU. logró que otra escala de la justicia lo avalara y, al mismo tiempo, salió a acusar a China de violar los acuerdos comerciales que acaba de firmar el secretario Scott Bessent en Suiza.

Así, las actas recién conocidas de la Fed indican que EE.UU. va hacia un crecimiento menor, con más inflación y menos empleo. Y, detrás de eso, el viernes las tasas largas de EE.UU. se siguieron desinflando: se pagó 4,1% anual a 1 año de plazo, 3,9% anual a 5 años, 4,4% anual a 10 años y 4,9% anual a 30 años. Y con eso, en el exterior el dólar subió 1% en Brasil y Chile, 0,5% en México, 0,2% contra el euro, la libra y el yuan, no cambió en Suiza y bajó 0,1% en Japón.

El mercado cambiario

Con esas nubes externas, el mercado cambiario local estuvo complicado, ya que todos los dólares, no solo los oficiales y los financieros, sino también el blue, siguen subiendo, y terminaron acumulando una suba semanal del 5%, dejando heridos a los que apostaron por hacer carry trade. Con el dólar oficial a $1.209,35, el BCRA no intervino en el mercado de cambios, pero al final del día la autoridad monetaria perdió reservas por US$ 1.510 millones (sin intervenir perdió US$ 2.106 millones durante mayo), esencialmente porque cuatro provincias salieron a comprar dólares para pagar vencimientos de deuda en moneda extranjera en la primera quincena de junio.

Con este impulso, el dólar blue subió $10 hasta $1.180, el Senebi subió $13,04 hasta $1.211,27, el MEP subió $11,31 hasta $1.192,07 y el contado con liquidación saltó $15,27 hasta $1.205. Con una gran particularidad: la brecha entre oficial y blue fue negativa del 3% y la del CCL con el mayorista fue del 1%.

En tanto, lejos de la mejora esperada ya que Caputo logró acceder los mercados internacionales luego de siete años y cuatro meses, tal como había conseguido por última vez en el gobierno de Mauricio Macri, los inversores ven con preocupación el costo pagado. Y, en consecuencia, con buen volumen, híper diversificado, los bonos argentinos bajaron 0,6% y el riesgo país subió 15 unidades, hasta 664 puntos básicos.

En papeles privados, con todos los manotazos que sigue dando Donald Trump (se fue de su equipo hasta Elon Musk, con el que repartían sonrisas imperiales hasta hace muy poco) hay preocupación en los inversores, al tiempo que nada menos que Jamie Dimon, CEO de JP Morgan advirtió que se viene una inminente crisis en el mercado de bonos. Con eso, finalmente hubo cierre mixto en la Bolsa de Nueva York, ya que el Dow subió 0,1%, el S&P cedió 0,1% y el Nasdaq achicó 0,3%. Al tiempo que la Bolsa de San Pablo bajó 1,1% y la de México perdió 1,3%.

El mercado bursátil argentino

Y, como sucede últimamente, la peor parte se la llevó el mercado bursátil argentino. Con $78.190 millones operados en acciones y $79.584 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,3%. En tanto que los ADR argentinos anotaron una baja en bloque del 1% al 4% para Central Puerto, Telecom, Loma Negra, TGS, YPF, IRSA, Cresud, Pampa E, Edenor y Supervielle.

Y si algo faltaba, fue una mala reacción en las commodities, con las agujas apuntando en contra de los intereses de Argentina. Hubo una baja del 0,2% para el petróleo. Los metales preciosos estuvieron en descenso. Los metales básicos también fueron a la baja. Los granos bajaron en todas las categorías en Chicago, mientras que en Rosario hubo subas para el sorgo, el trigo y la soja y sólo el maíz apuntó hacia abajo.