José Oscar Curciarello

El fallecimiento del doctor José Oscar Curciarello provocó muestras de profundo pesar en el ámbito de la salud y académico de la Región.

Había nacido en Ensenada, el 29 de noviembre de 1943. Junto a su hermano menor Rubén, fue criado por sus abuelos maternos.

Realizó los estudios secundarios en el colegio Nacional Rafael Hernández de la Universidad Nacional de La Plata y luego ingresó a la facultad de Medicina de la UNLP. Hizo la residencia en el Hospital San Martín, donde desarrolló gran parte de su carrera, como clínico y luego en la especialidad de gastroenterología y hepatología. Luego trabajó en el Hospital Rossi, donde creó el servicio de Hepatología y creó la unidad de transplantes hepáticos.

Reconocido especialista en enfermedades hepáticas, también trabajó en sanatorios privados, y fue docente de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, donde llegó a ocupar el cargo de Profesor Adjunto de la cátedra de Medicina Interna.

Quienes lo conocieron destacaron que fue líder desde chico. Formó equipos en el ámbito laboral. Se especializó en hepatología en Europa (Barcelona y París) y volcó toda su experiencia y conocimiento en el sistema de salud de La Plata.

Sus colegas, discípulos y pacientes reconocieron a lo largo de su amplia trayectoria profesional la capacidad para transmitir su conocimiento .

LE PUEDE INTERESAR

Las zonas que tuvieron una leve nevada en el conurbano bonaerense

LE PUEDE INTERESAR

Uno por uno: los barrios más afectados por el temporal en La Plata y cómo seguirá el clima

Su nivel de auto exigencia fue una de las principales características y lo supo transferir a sus alumnos y colegas. Tanto en el ámbito académico como el profesional su palabra siempre fue muy requerida ante diferentes circunstancias.

Formó una familia con Catalina Debernardi (también doctora), con quien tuvo dos hijas: Renata (investigadora del Conicet) y Catalina (profesora de Historia). La familia se amplió con la llegada de dos nietos (Mateo y Tiziano), a quienes les dedicó tiempo de alta calidad.

Además de la medicina y su familia, Pepe -como le decían en su familia y amigos- tuvo otras dos pasiones: el fútbol a través de su fanatismo por Estudiantes de La Plata y la caza, deporte que desarrolló en los momentos que su intensa agenda se lo permitió. Su humor oportuno y sofisticado fue otro de los rasgos de su personalidad.