Así fue el recorrido de Argentina rumbo al ansiado y esperado título

Con Lionel Messi como bandera y en una competencia cuyo nivel creció a medida que transcurrieron las fechas, Argentina al fin pudo volver a gritar campeón: en el mítico Maracaná de Río de Janeiro, frente a Brasil. Mejor, imposible. Un verdadero sueño. 

De este modo, con todo lo que significa haber ganado este clásico que puso en juego una Copa América que levanta el mejor equipo del continente, nuestra Selección transitará el camino que le falta recorrer en las Eliminatorias para lograr el pasaje al Mundial de Qatar 2022.

Para Argentina, que no festejaba un título desde el año 1993, cuando se adjudicó la  Copa América organizada por Ecuador, de esto hace ya 28 años, esta conquista en Río significa verdaderamente un punto y aparte, porque el seleccionado albiceleste dejara de  empezar cada competencia con el peso de tener que ser el campeón.

Lo mismo Messi, quien llegó en su mejor versión a Brasil para jugar esta Copa América con un equipo que llegó en medio de interrogantes tras los empates contra Chile y Colombia, por las Eliminatorias, y pudo despejar esas dudas, o al menos parte de ellas, con el correr de las fechas.

El conjunto argentino desarrollado por Lionel Scaloni, con variantes en cada una de las presentaciones, se afirmó paso a paso, y aunque en general la estatura futbolística alcanzada en los tramos iniciales de cada encuentro, después de la etapa clasificatoria fue como que se hizo más fuerte en defensa.

En esta campaña de menor a mayor, que tuvo a un Messi infaltable, porque ni siquiera aceptó resignar minutos en cancha cuando la clasificación estaba asegurada, fueron apareciendo jugadores que en algunos casos presentaron credenciales que no se les conocía.

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Tales los casos de Nahuel Molina, quien se puso a la altura de un consagrado como Gonzalo Montiel; Cristian Romero, aunque en este caso complicado por una lesión de rodilla; Guido Rodríguez, que puso en jaque la titularidad de Leandro Paredes como mediocampista central; Nicolás González, quien ganó protagonismo por la izquierda en pulseada con Ángel Di María; y Emiliano (“Dibu”) Martínez, el arquero que fue personaje central en nuestro país tras los penales atajados en la definición frente a Colombia.

Camino al título, Argentina empató 1-1 contra Chile en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro con un tiro libre de Messi; venció 1-0 a Uruguay en el Mané Garrincha de Brasilia con un cabezazo de Guido Rodríguez; hizo lo mismo ante Paraguay  también en la capital brasileña, en este caso con anotación de Alejandro (“Papu”) Gómez; y con una formación alternativa goleó 4-1 a Bolivia en el Arena Pantanal de Cuiabá, tantos firmados por Messi en dos oportunidades, una de penal, “Papu” Gómez y Lautaro Martínez.

Este fue el recorrido de la formación albiceleste en el Grupo A, que se adjudicó con 20 unidades, producto de tres victorias y un empate, siete goles a favor y dos en contra. 

Por cuartos de final le correspondió eliminarse frente al cuarto del Grupo B, Ecuador, el seleccionado dirigido por el argentino Gustavo Alfaro, al que terminó ganándose en el Pedro Ludovico Teixeira de Goiania por una diferencia de goles más grande que la distancia entre ambos equipos dentro de la cancha. El final mostró un 3-0 que avanzó con anotaciones de Rodrigo De Paul en la recta final del primer tiempo y de Lautaro Martínez  y Lionel Messi en los últimos suspiros del encuentro.

El derecho a jugar la finalísima con Brasil llegó luego de un triunfo para la historia, por lo electrizante que fue el desempate por la vía de los penales frente a Colombia en Brasilia, al término de un partido que finalizó igualado 1-1 con tanto de Lautaro Martínez para los argentinos y festejo por el 3-2 registrado en una tanda de remates que consagró a Emiliano Martínez, el arquero del Aston Villa del fútbol inglés que le ganó el puesto a Franco Armani. “Dibu” tapó tres de los cinco penales que le ejecutaron los colombianos y se ganó el reconocimiento del país entero.

Contra Chile, en el debut, el conjunto albiceleste sacó ventaja pasada la primera media hora, cuando Messi frotó la lámpara en un tiro libre, y a poco de iniciado el complemento, un penal que se pudo evitar, desembocó en el empate 1-1.

El primer triunfo llegó frente a Uruguay: Messi volvió a ser el eje, y un centro suyo conectado de cabeza por Guido Rodríguez certificó el 1-0. En ventaja, entregó la pelota y aguantó sin mayores sobresaltos.

La Selección volvió a ganar por la diferencia mínima contra Paraguay, lo cual le anticipó la clasificación a cuartos. Ángel Di María, que asistió a “Papu” Gómez para el 1-0, y Sergio Agüero, fueron titulares en una formación que volvió a perder el control en la etapa complementaria.

Con el pasaje asegurado, Scaloni dispuso una formación alternativa para cerrar el Grupo A contra Bolivia. En este contexto, igual se produjo un show de goles, producto de dos las anotaciones de Messi y las restantes a cargo de “Papu” Gómez y Lautaro Martínez.

La etapa de eliminación directa comenzó ante Ecuador. El partido se desarrolló en los mismos términos que los anteriores y tras sacar ventaja a través de Rodrigo De Paul, el alivio llegó sobre la hora, vía Lautaro Martínez y Messi.

En semifinales, el sufrimiento resultó mayor, porque tras un gol a primera hora de Lautaro Martínez el equipo de Scaloni volvió a perder altura y la paridad llegó caso como una consecuencia lógica. Pudo ser todo o nada en los 90 minutos, pero llegaron los penales y el arquero se convirtió en  héroe