Locura de dos: el trastorno mental que se apodera de algunas parejas

Lucía Martínez, una psicóloga clínica platense, ha tratado varios casos de folie à deux a lo largo de su carrera. “El desafío más grande es separar a las personas involucradas y trabajar con ellas individualmente”, explica. “Es crucial que el paciente que adopta el delirio entienda que está viviendo una realidad distorsionada inducida por la otra persona”.

Marcos y Laura, una pareja que sufrió este trastorno, compartieron su experiencia. “Al principio, no podía creer que algo así nos estuviera pasando”, dice Laura. “Marcos estaba convencido de que todos nuestros vecinos conspiraban contra nosotros, y lentamente, comencé a creerle. Fue un proceso muy insidioso”. Marcos añade: “Mirando hacia atrás, puedo ver cómo mi estrés y paranoia afectaron a Laura. Fue un tiempo muy oscuro para ambos”.

Por otro lado, Julia Romero, psiquiatra en un hospital local, destaca la importancia del tratamiento farmacológico. “Los medicamentos antipsicóticos son esenciales para estabilizar a los pacientes”, afirma. “Pero el apoyo psicológico y la reconstrucción de su percepción de la realidad son igualmente importantes”.

Elisa y Miguel, una pareja de berissenses, vivieron en carne propia este fenómeno. “Nunca pensé que mi depresión podría afectar a Miguel de esa manera”, comenta Elisa. “Estábamos tan aislados y dependíamos tanto el uno del otro que nuestros mundos comenzaron a fusionarse”. Miguel reflexiona: “Fue como estar atrapado en una pesadilla compartida. Con la ayuda adecuada, logramos salir adelante, pero fue un camino largo”.

En el intrincado entramado de las relaciones humanas, emergen fenómenos que desafían no solo nuestra comprensión cotidiana, sino también los límites de la psiquiatría. Uno de estos fenómenos es la “folie à deux”, un síndrome psiquiátrico tan raro como inquietante que ha capturado la atención tanto de profesionales de la salud mental como del público en general. Este trastorno, cuyo nombre significa literalmente “locura de dos”, describe una situación en la que dos personas que viven en estrecha proximidad y suelen estar relativamente aisladas del mundo exterior, comparten un mismo delirio psicótico. Esta condición no solo es un reflejo de la interdependencia psicológica que puede desarrollarse en ciertas relaciones, sino también una manifestación extrema de cómo la mente humana puede ser influenciada y moldeada por la cercanía emocional y física.

Para que la folie à deux se desarrolle, es esencial que al menos una de las personas involucradas padezca de un síntoma psicótico. Esta persona, a menudo referida como la “dominante”, es la que inicia y sostiene el delirio. La otra persona, a quien podríamos llamar el “subordinado”, adopta este delirio, compartiendo la misma visión distorsionada de la realidad. Esta dinámica puede parecer incomprensible a primera vista, pero revela mucho sobre la naturaleza de las relaciones humanas y la capacidad de la mente para adaptarse, a veces de manera perjudicial, a las influencias externas.

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Sucede cuando, en una pareja, uno de los involucrados padece un síntoma psicótico

Según el sitio especializado Psicología Madrid, la folie à deux es un fenómeno en el cual dos o más personas perciben la realidad de una manera ilusoria y compartida. Este trastorno no se limita a parejas románticas; puede ocurrir entre amigos, miembros de la familia e incluso en comunidades pequeñas donde la influencia mutua es intensa y constante. La condición es un ejemplo extremo de cómo la proximidad emocional y el aislamiento del resto del mundo pueden amplificar y distorsionar las percepciones individuales hasta el punto de crear una realidad compartida y delirante.

La manifestación de la folie à deux no es un diagnóstico común. Es, más bien, una curiosidad psiquiátrica, un fenómeno que despierta el interés por su rareza y sus implicaciones sobre la mente humana. La folie à deux ocurre cuando uno de los participantes, el dominante, experimenta una alucinación o un delirio durante un episodio psicótico y logra imponer esta visión a su compañero. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales describe cómo los delirios individuales pueden ser aceptados y creídos por el entorno, llevando a situaciones de histeria colectiva en casos más extremos. Esta definición subraya la capacidad del delirio para propagarse y ser interiorizado por aquellos que están emocionalmente cercanos al individuo psicótico.

La folie à deux no se manifiesta de una sola manera. Existen varias formas de este trastorno, cada una con sus propias características y dinámicas. Una de ellas es la folie simultanée, que ocurre cuando dos individuos, que previamente padecían trastornos psiquiátricos, se retroalimentan mutuamente sus delirios, creando un ciclo de influencia recíproca. En este caso, ambos individuos contribuyen activamente a la creación y mantenimiento del delirio compartido. Otra forma es la folie induite, donde una persona con trastorno psicótico desarrolla una paranoia y la otra persona, que también padece un trastorno psicótico pero no compartía inicialmente el mismo delirio, acaba adoptando esta paranoia. Estas variantes muestran la diversidad y complejidad del fenómeno, evidenciando cómo diferentes dinámicas interpersonales pueden llevar al mismo resultado: una realidad compartida y distorsionada.

Para ilustrar cómo puede desarrollarse la folie à deux, consideremos el caso de dos amigos que viven juntos en un entorno extremadamente aislado y estresante. Supongamos que, bajo la presión constante y el aislamiento, ambos empiezan a creer que están siendo espiados por el gobierno. Ninguno de ellos tenía síntomas psicóticos antes, pero la combinación de estrés y aislamiento desencadena el desarrollo de un delirio compartido. Este ejemplo hipotético, aunque simplificado, refleja cómo factores externos pueden actuar como catalizadores para la aparición de la folie à deux, mostrando cómo el entorno puede influenciar poderosamente la salud mental de las personas.

Se trata de una curiosidad o de un fenómeno que despierta el interés por su rareza

El término “folie à deux” y su concepto tienen sus raíces en Francia en 1877, cuando los psiquiatras Charles Lasègue y Jules Falret describieron el caso de un matrimonio, Margaret y Michael, quienes compartían delirios mutuamente reforzados. Aunque no pudieron determinar quién de los dos había iniciado el delirio, observaron que ambos se influenciaban recíprocamente, alimentando y sosteniendo sus creencias delirantes. Este caso pionero permitió a los psiquiatras catalogar esta condición mental y sentar las bases para futuras investigaciones y tratamientos.

El tratamiento de la folie à deux es un desafío tanto para los terapeutas como para los pacientes. La clave del tratamiento reside en separar a la persona inducida del entorno delirante, permitiéndole recuperar una percepción más clara y objetiva de la realidad. Este proceso puede ser emocionalmente difícil y requiere un enfoque delicado y comprensivo. Paralelamente, es crucial estabilizar a la persona dominante, quien ha construido y sostenido el delirio. Esto implica no solo la intervención psicoterapéutica, sino también el uso de tratamientos farmacológicos que ayuden a mitigar los síntomas psicóticos. El objetivo es que ambas personas entiendan la naturaleza de su trastorno y puedan trabajar hacia una recuperación que les permita reintegrarse a una realidad más saludable y funcional.

La folie à deux es un recordatorio poderoso de la complejidad y la fragilidad de la mente humana. Este trastorno, aunque raro, nos ofrece una visión profunda de cómo las relaciones íntimas pueden influir en nuestra percepción de la realidad. La mente humana, en su capacidad para adaptarse y ser moldeada por el entorno, puede llevar a manifestaciones extremas de interdependencia psicológica que desafían nuestra comprensión. Comprender y tratar este síndrome requiere no solo conocimiento y habilidad clínica, sino también una gran dosis de empatía y comprensión de las dinámicas humanas más profundas. Este fenómeno destaca la importancia de la salud mental en el contexto de las relaciones íntimas y subraya la necesidad de un enfoque holístico y compasivo en el tratamiento de trastornos tan complejos y fascinantes como la folie à deux.