Basura muy cara: se lleva el 25% de los ingresos de La Plata

Por el alto costo económico y ambiental que tiene, así como también por su insostenibilidad, el entierro de residuos urbanos en rellenos sanitarios es una alternativa que las ciudades modernas tienden a dejar como última opción. En su lugar destinan sus recursos a lograr reducir la generación de basura y reciclar su mayor cantidad, un camino al que La Plata intentó sumarse en 2009 al aprobar su ordenanza de Basura Cero, que introdujo el sistema de bolsas verdes en la Ciudad. Anunciada como un punto de inflexión, quince años después de puesta en marcha aquella iniciativa, el manejo de la basura de los platenses casi no cambió.

En todo el tiempo transcurrido desde entonces la cantidad de residuos sólidos urbanos que los platenses generan y pagan por enterrar en el predio de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) no ha sufrido un cambio sustancial. Con pequeñas variaciones interanuales, la cifra se viene manteniendo desde fines de la década pasada en alrededor de 300 mil toneladas por año. Para darse una idea de su magnitud, su volumen equivale a unas 600 piletas olímpicas; o bien, si todos esos residuos se extendieran en una capa de un metro de altura, a unas 210 canchas de fútbol profesional.

Fruto de ello es la montaña de relleno sanitario que viene creciendo año tras año frente en el predio de la CEAMSE en Punta Lara. A él ingresan cada año alrededor de 70 mil camiones recolectores llevando residuos urbanos -tanto de La Plata como de Ensenada, Berisso, Brandsen y Magdalena- para su tratamiento, compactado y disposición final.

Su ritmo de crecimiento se se ha mantenido casi invariable a lo largo de las últimas décadas pese los esfuerzos de muchos platenses por reciclar. Y es que -como se verá en las próximas notas de esta serie- el sistema de separación de desechos reciclables en bolsas verdes no ha llegado a alcanzar resultados significativos: según datos oficiales, apenas el 2% del total de la basura generada por la Ciudad se llega efectivamente a recuperar.

En suma, mientras otras ciudades de la escala de La Plata (como San Francisco o Zaragoza) han logrado reducir el volumen de la basura que entierran a más de la mitad; el plan local de Basura Cero sigue siendo más bien una expresión de deseos con un enorme costo no sólo ambiental. Porque lo cierto es que seguir enterrando unas 300 mil toneladas de basura por año le cuesta a los platenses cerca del 25 por ciento del presupuesto municipal; una enorme cantidad de dinero que se “entierra” en lugar de destinarse a mejorar la infraestructura o los servicios de la Ciudad.

UNO DE LOS MAYORES GASTOS

Aunque blanco de constantes cuestionamientos por parte de los vecinos, los servicios de recolección y disposición de residuos representan uno de los mayores gastos que tiene la Municipalidad. Los acuerdos que La Plata mantiene con la firma ESUR, a cargo del grueso de la recolección, y la CEAMSE, responsable de su disposición, representan entre el 20% y el 25% de los presupuestos anuales, una suma que a principios del año pasado equivalía a la masa salarial de todo el personal municipal. Pero la Comuna paga además una complementación de la recolección realizada por cooperativas de trabajadores.

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El servicio contratado con ESUR abarca la recolección de residuos habituales (húmedos) en unas 24.500 cuadras y de residuos no habituales (secos) en unas 21.000 cuadras a realizarse con una frecuencia de seis días a la semana en el casco histórico y centros comerciales de las localidades, y de tres días a la semana en la periferia. Así consta en el contrato que la Municipalidad firmó con la empresa recolectora en 2018, luego de que ésta ganara la licitación convocada por el Municipio con un pliego de condiciones que el Concejo Deliberante había aprobado el año anterior, y que regirá hasta junio de 2027.

“Es necesario que la sociedad platense se permita debatir lo que gasta en la gestión de residuos”

Si bien, pese al requerimiento de EL DIA, el Municipio no dio precisiones sobre el monto destinado a lo largo del año pasado al manejo de los residuos, distintas fuentes consultadas coincidieron en señalar que representó cerca de una quinta parte de la ejecución presupuestaria, casi lo mismo que el año anterior. De hecho, según la rendición de cuentas del ejercicio municipal 2023, el gasto destinado a la gestión de residuos fue de $16.860 millones sobre un gasto total de $86.236 millones; o sea el 19,5% del presupuesto municipal.

Este año el gasto proyectado por el Municipio para el manejo de la basura es incluso porcentualmente mayor. Según datos oficiales ronda los $75.542 millones ($43.373 millones por el servicio de traslado y tratamiento, $5.488 millones por tareas de separación y $26.679 millones por recolección de no habituales), lo que representa, sobre un presupuesto de $302.356 millones, el 24,9% del total.

Dentro de ese gasto se halla el servicio de disposición final que se le abona a la CEAMSE, una cifra que la empresa se negó a precisar a este diario pese a que rige una ley nacional (la 25.831) que garantiza el acceso a la información pública ambiental. No obstante su negativa EL DIA pudo averiguar que a fines del año pasado la tarifa por cada tonelada de basura recibida en el predio de Ensenada rondaba los $14 mil; de modo que el costo anual que abonaría La Plata por sus 300 mil toneladas anuales equivaldría a unos $ 4.200 millones aproximadamente.

Frente a semejante erogación, que no representa por otra parte una alternativa sostenible, distintas organizaciones ambientalistas de la Región sostienen que “es necesario que la sociedad platense se permita debatir el dinero que se utiliza en la gestión de residuos sólidos urbanos”.

“Si existiera la voluntad política de cambiar el paradigma actual con que se manejan los residuos y orientarlo hacia una verdadera economía circular no sólo se obtendrían beneficios ambientales; sino que además se evitaría terminar enterrando casi 250 pesos por cada 1000 que recibe el Municipio, fondos que claramente podrían destinarse a otros objetivos”, sostiene Marcelo Garofalo, presidente de Nuevo Ambiente, una de las ONGs más comprometidas con la problemática a nivel local.

Con este convencimiento, Nuevo Ambiente le envió al intendente Julio Alak y al presidentes del Concejo Deliberante de La Plata, Marcelo Galland, una propuesta para crear una mesa de diálogo sobre la cuestión que permita establecer “una política de Estado en la materia” más allá de quien gobierne.