Tener citas estando en pareja: aplicaciones que tientan a los casados a buscar aventuras

En tiempos en los que el discurso del amor romántico convive con nuevas formas de vinculación y sexualidad, la infidelidad sigue siendo un tema que atraviesa la vida afectiva de millones. Pero lo que antes se escondía en la sombra de la discreción y los encuentros casuales, hoy se manifiesta con algoritmos, notificaciones silenciosas y perfiles encriptados. Las aplicaciones de citas para personas que ya están en pareja tienen un nombre propio en este escenario: Ashley Madison, la más conocida y controversial. Y en Argentina, hay una ciudad que destaca con números que hacen ruido: La Plata.

Según los datos difundidos por la propia plataforma, entre octubre de 2022 y febrero de 2023, La Plata se ubicó entre las cinco ciudades más infieles del país, alcanzando el cuarto puesto en cuanto a cantidad de nuevos registros en proporción a su población. En otros rankings más amplios, la capital bonaerense figura en el puesto 18 dentro del top 20 de las localidades más activas. El fenómeno no pasa desapercibido en una ciudad universitaria, con tradición política y cultural, que ahora también carga con el estigma -o la bandera- de ser una de las más proclives a las aventuras extramatrimoniales.

Con el lema “La vida es corta. Tené una aventura”, llaman a buscar un affaire

Ashley Madison, creada en 2002 bajo el lema “La vida es corta. Tené una aventura”, es una red social destinada a personas casadas o comprometidas que buscan relaciones sexuales y emocionales por fuera de su vínculo formal. Se estima que más de 70 millones de personas en el mundo la han utilizado. En la Argentina, su crecimiento ha sido sostenido, especialmente en ciudades de tamaño medio como General Roca, Bahía Blanca, Escobar y, claro, La Plata.

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Los expertos en salud mental comentan que la existencia de estas plataformas no inventa el deseo de engañar, sino que lo canaliza de una manera más rápida, accesible y sin exposición social. “Antes se necesitaban excusas, oportunidades, terceros de confianza. Ahora alcanza con un celular y conexión a Internet”, explican. En ese marco, se vuelve menos sorprendente que tantos hombres y mujeres encuentren en estas aplicaciones una puerta abierta para explorar aquello que sienten vedado o insatisfecho en sus relaciones.

Los psicólogos alarman sobre el efecto que estas prácticas pueden tener no solo en las parejas, sino también en la percepción de intimidad y compromiso. “Muchos buscan validación. Se trata más de sentirse deseado que de concretar un encuentro. Pero eso no reduce el impacto emocional que puede tener una traición digital”, advierten. La autoestima, el ego, la rutina y la falta de conexión emocional son algunos de los factores que, sumados, disparan la decisión de registrarse en estas apps.

En particular, desde Ashley Madison aseguran que las mujeres en relaciones largas suelen acudir a la plataforma motivadas por la falta de deseo sexual o por sentirse emocionalmente ignoradas, mientras que los hombres lo hacen en busca de gratificación y contacto erótico. Los sociólogos argumentan que esta diferencia de motivaciones responde a patrones de socialización que siguen operando en pleno siglo XXI. “La sexualidad femenina sigue siendo reprimida en ciertos vínculos, y muchas mujeres encuentran en estos espacios una forma de ejercerla sin juicios”, sostienen.

En el caso de La Plata, los especialistas encuentran múltiples explicaciones posibles. Por un lado, se trata de una ciudad con fuerte densidad universitaria y profesional, lo que podría facilitar el uso de tecnología y la búsqueda de nuevas experiencias. Por otro, hay quienes ven en la cultura política y militante un terreno de vínculos más flexibles, aunque no necesariamente más honestos. Y no falta quien se anime a sugerir que la vida en una capital administrativa, con ritmo burocrático y horarios cruzados, puede fomentar una desconexión emocional que cada quien intenta resolver como puede.

Los psiquiatras advierten que la normalización de la infidelidad digital puede anestesiar la culpa, pero no la angustia. “Muchos usuarios terminan más atrapados en una doble vida que liberados. El secreto genera adrenalina, pero también ansiedad y disociación emocional”, explican. Las aplicaciones, con sus sistemas de suscripción, sus filtros de seguridad, sus chats encriptados y sus perfiles con seudónimos, están pensadas para sostener ese mundo paralelo. Pero nada de eso garantiza la felicidad.

Aunque existe un aumento en las prácticas de no monogamia consensuada, como el poliamor o las relaciones abiertas, la mayoría de los usuarios de estas plataformas no informan a sus parejas. Lo que buscan no es un nuevo modelo relacional, sino una válvula de escape. “Es la lógica del suplemento: tener todo sin resignar nada. Pero eso tiene un costo psíquico que tarde o temprano se paga”, comentan los expertos.

El crecimiento de estas apps plantea también un desafío cultural. ¿Qué pasa con el ideal de fidelidad? ¿Cuánto pesa la rutina en el deseo? ¿Es la infidelidad un fracaso individual o el síntoma de vínculos mal gestionados? La Plata, con su cuarto puesto en el ranking, no es una excepción, sino un espejo. Un espejo que, como tantos otros, no siempre devuelve una imagen agradable, pero que invita a pensar qué tipo de amor estamos buscando -y qué estamos dispuestos a hacer para encontrarlo.