“Fue un clásico hermoso, fue un grandísimo partido de quienes jugamos”

Llegó en silencio. “Traca” era el apodo que simplificaba el apellido complicado. “Stracqualursi” se escribió una y otra vez, aquel 3 de febrero de 2010 y durante los 13 años que el Lobo estuvo sin victorias en el derbi. Dos goles, un penal errado y un 3 a 1 para la historia (el otro lo hizo Cuevas) ante un rival que 40 días antes había complicado al Barcelona en Abu Dabi. A la distancia, recuerdos que se agigantan desde su Rafaela natal, donde volvió a vivir tras una gran carrera y lo encontró este medio para hablar de “su” clásico.

-Fuiste la figura y el goleador del anteúltimo triunfo de Gimnasia en un clásico, ¿que recordás de aquel partido?

-Ese clásico fue hermoso. Es un partido que voy a llevar siempre en mi mente. Son esos partidos que aunque pasen los años la gente siempre los recuerda. Mi hijo era chico y hoy con 14 años a veces me pregunta sobre ese clásico o vemos videos. La verdad es que fue hermoso lo que viví, lo que sentimos. Era un plantel que la peleaba, con mucha gente de experiencia y mucho sentido de pertenencia, que fue la clave del campeonato que habíamos hecho para poder salvarnos. Fue un clásico inolvidable.

- Ustedes no venían bien y Estudiantes había jugado dos meses antes la final del Mundial de Clubes. ¿Cómo se prepararon?

- Veníamos de haber perdido en Mendoza con Godoy Cruz. No veníamos bien. Hacía muy poco que Estudiantes había jugado la final del Mundial de Clubes contra un Barcelona al que le había hecho partido. Pero era un clásico. La cancha explotaba. Había llovido. Estaba todo dado para que salga una tarde hermosa y gracias a Dios se nos dio. La preparación fue rara porque no hubo mucho tiempo. Recuerdo que a ese partido llegué con un golpe fuerte en las pantorrillas, tipo “paralítica y la mañana anterior había ido a hacer trabajitos con los doctores para ver si llegaba o no. Era mi primer clásico y un golpe no me iba a impedir jugarlo, porque hacía muy poco que estaba en el club. Gracias a Dios pude jugar y hacer goles que fueron muy importantes.

- Controlaron el partido pero a poco del final Verón puso el 2-1 ¿Fue una preocupación en ese tramo final del juego?

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- Fue un grandísimo partido de casi todos los que jugamos. A un nivel muy alto, con mucha actitud y garra. Tuve la mala fortuna de errar el penal. Hasta ese momento el partido estaba súper controlado. Después, con el descuento de ellos hubo una preocupación porque era un partido en el cual no pasaba nada y el descuento trae incertidumbre y nerviosismo porque estábamos muy cerca de ganar un clásico importante para nosotros y para la gente. Después, lo pudimos definir y festejamos.

- ¿Cómo fue el festejo?

- Estaba mi viejo en la cancha, así que fue algo hermoso para ambos. Hacer un gol en el clásico, que él esté presente, poder dedicárselo, que esté mi hijo chiquito. Y el segundo fue un desahogo por el sabor agridulce de haber convertido pero también haber errado el penal. El segundo fue sacarse la espina que me había quedado.

- ¿Que recuerdos tenés de Gimnasia?

- Los mejores. Pasé dos años hermosos, más allá de la etapa difícil que transitaba el club. A mi Gimnasia me dio la posibilidad de poder vivir del fútbol y voy a estar eternamente agradecido. Yo venía de un Argentino A desde donde es muy difícil dar el salto a primera división. Llegué a un plantel con muchos jugadores de experiencia, que habían transitado por Europa y me recibieron de la mejor manera. Me hicieron muy fácil la adaptación. Pude debutar en primera y dar a conocer mi nombre. Gimnasia fue uno de los pasos más importantes de mi vida futbolística. Y estando allí nació mi hijo, que también es algo maravilloso. Los recuerdos que tengo son imborrables.

“Gimnasia me dio la posibilidad de vivir del fútbol y le voy a estar eternamente agradecido”

Denis Starcqualursi, exdelantero de Gimnasia

- Tuviste una gran carrera que se inicio en Gimnasia en el fútbol grande. ¿Que momentos rescatas de tu paso por el fútbol?

- Miro para atrás y me doy cuenta de que nunca imaginé poder tener este paso por el fútbol. Uno lo soñaba, pero lo veía muy lejos. Gimnasia fue muy importante como trampolín de mi carrera porque me dio la posibilidad de poder ser profesional y entender que podía vivir del fútbol, cosa que antes no pensaba. Y después gracias a Dios tuve momentos que sigo recordando como ese clásico, los tres goles en cancha de Boca, salir goleador del fútbol argentino, convertirle un gol a Chelsea o en el primer clásico en Ecuador hacer los dos goles de la victoria. Soy un agradecido a lo que me dio el fútbol, que además me hizo crecer como persona.

- Tuviste que dejar de jugar. ¿Te costó la decisión? ¿Donde estás y a qué te dedicas?

- Tuve hace unos años un problema en la cabeza del fémur. Me lo descubrieron en Italia. Fueron dos o tres años de probar si podía seguir, no queriendo ver la realidad. Y seguir apostando, porque es un deporte que me apasiona. Me encanta el día a día, el vestuario, la adrenalina que conlleva ser jugador de fútbol. El domingo, la cancha, son cosas que me costó mucho dejar. Todavía no lo asimilo, porque a veces uno se quiere mentir a sí mismo y decir que lo superó, pero cuesta. Viví muchos años de esto y siempre lo disfruté, más allá de los momentos buenos que el futbolista transita dentro o fuera de la cancha. Si volviera a nacer, lo volvería a elegir porque es algo que amo. Uno sabe que arranca una nueva vida y creo que va a estar vinculada al fútbol. Tengo emprendimientos en Rafaela, colaboro en las juveniles de Unión de Sunchales y puedo disfrutar un poco más del día a día con mis hijos y mi familia, capacitándome para lo que viene.